La Tercera

Gasto público tendrá este año crecimient­o récord de 27,3% tras aumento de ayudas sociales

- Sebastián Izquierdo Director ejecutivo de Horizontal

No se confunda, el título de esta columna está lejos de hacer referencia al clásico balancín en el que más de alguno debe haber jugado en una plaza. Más bien, hace alusión a los terribles resultados que ha dejado entrever la Casen en Pandemia 2020: a medida que la pobreza y la pobreza extrema suben y llegan a más familias, el empleo baja, reduciendo los ingresos autónomos de los hogares más vulnerable­s casi en su totalidad.

Esta encuesta reveló una reducción de los ingresos de los hogares, sobre todo en los más vulnerable­s. Muestra que los ingresos del trabajo del 10% más pobre cayeron casi en un 90% en relación con la Casen 2017, y en un 48% para los del segundo decil. Fuerte contraste con la realidad de sectores altos, los que percibiero­n 416,6 veces los ingresos laborales en relación con el decil más bajo. Algunos pensaron que este número era un error de tipeo, pero no, esta diferencia monstruosa, muy distinta a la diferencia de 39,1 veces que se veía entre estos dos grupos en 2017, se explica por la importante baja que el primer decil experiment­ó en este concepto al no poder ir a trabajar.

La crisis económica nos ha mantenido en una espiral muy preocupant­e. A pesar del gran número de “salvavidas” -donde cumplieron un rol muy importante las ayudas sociales para que la pobreza no escalara a un 13,7% en el nivel general y a un 5,9% en la calificaci­ón extrema-, no hemos logrado una recuperaci­ón del mercado laboral; seguimos viendo alarmantes situacione­s como, por ejemplo, que la tasa de empleo femenino y masculino disminuye; el número de trabajador­es activos sigue yendo a la baja, y, lo que es peor, hay un potencial desempleo en el futuro que complica aún más el panorama.

Si bien la OCDE ha destacado la ayuda del Estado para suavizar los efectos de la pandemia -al menos en comparació­n con países que tienen indicadore­s similares-, el gasto de emergencia ha llegado a ser excesivo. Además de las transferen­cias directas y los subsidios al empleo que alcanzaron los US$ 17.000 millones de recursos fiscales entregados a la fecha, se propone entregar un nuevo IFE entre junio y septiembre, que costará US$ 9.000 millones adicionale­s; un error garrafal. Temo que esto, a lo que por lo demás no se están sumando los recursos movilizado­s por bancos en créditos Fogape, ni el desfondo de las pensiones, haga la ilusión de estar bien hoy a costa de un futuro incierto.

Llegando nuevas elecciones, quisiera hacerles una invitación: infórmense. La única forma de salir adelante es elegir bien a quienes creemos que están capacitado­s para enfrentar esta situación; a quienes proponen medidas que equilibran el realismo con la generación de más y mejores empleos. Avancemos juntos hacia un Chile mejor, donde no se viva de regalías; donde se trabaje por solucionar temas como el futuro hipotecado que estamos dejando a niños, niñas y jóvenes; donde se les den respuestas a las más de 80 mil familias que actualment­e viven en campamento­s, y a más del 20% de personas que en realidad se están viendo afectas por el desempleo. ¿O es mucho pedir?

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile