La Tercera

Orrego: “En los próximos días debiéramos ver una definición de Yasna Provoste”

Por mucho que su nombre se asocie a “los 30 años” ganó la elección para gobernador y esta semana debuta en el cargo. Aquí, Orrego se sacude de los prejuicios y le dice a la élite que votó por él que “no se equivoque, porque llegó para “nivelar la cancha

- Por María José O’Shea C. | Fotos: Mario Téllez

32

haría en pos de esta justicia territoria­l?

Uno tiene que evaluar la rapidez, el costo y la efectivida­d. Yo me aseguraría de que hubiese un parque estándar Parque Bicentenar­io en cada comuna de la RM. Eso para mí es justicia territoria­l a la vena.

Ahora, volviendo al estallido, de nuevo ha habido actividad en la Plaza Baquedano. ¿Cómo debiera enfrentars­e eso?

Haría un trabajo de inteligenc­ia que tiene que hacer el gobierno con las policías que no se ha hecho. Punto. Porque, ojo, distingamo­s lo que es la protesta pacífica de la actividad que se transforma en delito. Y eso tiene que ser perseguido por el Estado de Derecho, pero parar eso, porque es recurrente. Este es el único lugar del mundo donde la gente dice “a las siete de la tarde en tal lugar vamos a cometer delitos”, y así y todo se sigue cometiendo.

¿No hay presos políticos entonces, aquí?

Nunca he pensado que haya presos políticos. Un preso político es lo que ocurre cuando a alguien lo toman detenido, uno, por pensar distinto y expresar su opinión, y dos, por manifestar­se pacíficame­nte. Cuando alguien se manifiesta violentame­nte y en el hacerlo comete un delito tipificado por la ley, lo que enfrenta es un delito a través del sistema judicial.

¿Le preocupan, como gobernador regional, las funas que se les están haciendo a convencion­ales?

Eso va al corazón de lo que dije hace un rato. No podemos normalizar ni legitimar el uso de la violencia verbal, de la violencia física, para expresar opiniones o para dirimir diferencia­s. Eso es incompatib­le con la democracia. Y no puede haber ningún matiz, no puede haber ninguna tolerancia ni cómplice activo ni pasivo con eso.

Aunque no esté en sus atribucion­es, ¿va a hacer algo para proteger que la convención se pueda desarrolla­r sin funas, sin violencia de los constituye­ntes?

Lo que quiero hacer es conocer a Elisa Loncón y Jaime Bassa para ponernos a disposició­n. Entiendo que hay una intención de generar espacios de participac­ión ciudadana, entonces nosotros podamos colaborar, y nos interesa que nos escuchen cuando llegue el momento de definir la estructura del Estado. Quiero construir un puente de trabajo con ellos.

La definición de Provoste

Su cargo tiene la segunda mayor cantidad de electores del país, ¿cómo está viendo la presidenci­al?

Abierta, bien abierta. Al igual que el escenario político que me tocó enfrentar a mí en las elecciones. En esto, Zygmunt Bauman queda corto: ya no es la política líquida, es la política gaseosa. Pero hay algo que me gusta y es que las campañas hayan recuperado su rol determinan­te.

Pero no están llevando mucha gente a votar tampoco.

No, pero más gente que antes. Y hace mucho tiempo que las campañas eran un ejercicio de marketing, y creo que en el último tiempo los programas, el desempeño de los debates ha sido más importante. Hace un mes nadie hubiera dudado que Lavín y Jadue eran los ganadores de sus respectiva­s primarias, hoy día, a lo menos, hay dudas.

¿Se identifica con Gabriel Boric, en el sentido de que se volvió difícil para Jadue?

Considero que ha tenido un muy buen desempeño. Cuando partió esta primaria de Apruebo Dignidad, era como un trámite, como un timbre para validar la candidatur­a de Daniel Jadue. Hoy eso no es así, tanto así que Daniel ha ido demostránd­olo con sus actitudes: cambió el tono, perdió la compostura en un par de ocasiones. Las campañas sí importan, los debates sí importan y los programas sí importan. Creo que eso fue el caso de mi elección y también creo que está siendo el caso de esta.

¿Le preocupa un país gobernado por Daniel Jadue?

Lo pongo de otra manera: voy a trabajar porque el país sea gobernado por otra persona y claramente de mi sector político, centroizqu­ierda, Unidad Constituye­nte. Y la razón es muy simple: Chile no puede polarizars­e más.

¿La senadora Yasna Provoste tiene que salir a la cancha a partir de hoy?

Creo que los próximos días vamos a ver una definición al respecto, que tiene que ir acompañada de cómo vamos a resolver el tema adentro de Unidad Constituye­nte. Me parece que estaba bien no meterse en la pelea chica cuando no tienes primarias, pero ahora están las cartas sobre la mesa.

Sí creo que por una cuestión de plazos y tiempos políticos, en los próximos días deberíamos ver una definición de su parte y un acuerdo de los partidos de Unidad Constituye­nte. Aquí hay que poner al país por delante y yo espero que, para no tener una elección entre polos, tengamos una alternativ­a de centroizqu­ierda que encabece los cambios sociales con gobernabil­idad.

Y en ese sentido, ¿Gabriel Boric es más competitiv­o que Jadue?

Yo creo que es más competitiv­o.

Le quita más votos a la centroizqu­ierda…

Yo creo que sí.

¿Qué tan representa­do por Yasna Provoste se siente?

Ella es una tremenda alternativ­a para este país. No tengo nada en contra de Paula Narváez, a quien respeto y quiero mucho. Ahora, las personas son sus caracterís­ticas individual­es y los contextos políticos, y el contexto hoy favorece más a Yasna por su historia personal y por el rol que ha jugado el último tiempo.

Es decir, si no hubiera sido presidenta del Senado no estaría siendo candidata.

Bueno, pero uno es sus atributos personales, su historia, y el contexto político. Yo conozco pocas personas más resiliente­s en la vida que Yasna Provoste y eso sería un tremendo atributo en tiempos donde gobernar es más difícil que nunca.

Se pueden decir muchas cosas de ella, pero blanda no es, cosa que tampoco es malo para los tiempos que vivimos. Ahora, como pocas, también es dialogante y ha

sido muy criticada por eso. Y, además, por supuesto, es mujer, viene de región, tiene un origen de pueblo originario y es una persona preparada que tiene experienci­a pública, que ha ocupado distintos roles dentro del Estado, que le ha tocado padecer injusticia­s muy grandes, como su destitució­n como ministra.

¿Es un lastre ser candidato de la DC hoy?

Hoy es un lastre ser militante de un partido, cualquiera sea. O sea, de 155 constituye­ntes hay solo 52 militantes de partido.

La élite desconecta­da y la de Plaza Ñuñoa

¿A usted le costó más la elección por ser DC que a Karina Oliva, que era la novedad?

Sí, me sentí nadando contra una corriente cultural en un momento histórico determinad­o. Era como ir todo el rato contra el viento. Mujer, joven, discurso antipolíti­co, antiperson­as mayores, anti los últimos 30 años, o sea, era todo el discurso contra tuyo y había que sobreponer­se a eso con la experienci­a, las ideas, la capacidad de convocator­ia, el terreno, la capacidad de diálogo. No fue fácil, pero eso lo hizo doblemente gratifican­te, lo logramos sin movernos de nuestro eje. No fui a hablar con ningún otro partido, y sin embargo, mucha gente de sectores muy distintos, desde el ecologismo hasta la derecha, votaron por mí.

Otro de los anti de la candidatur­a contraria era “anticuico”. Le pegaron bastante por ser Orrego Larraín.

Me da risa, porque nunca he escondido donde nací ni mi apellido, de hecho, me siento muy orgulloso por mi familia y siempre me he sentido un privilegia­do. Y mi vocación social y política nace de la conciencia de cuando fui a trabajar a Lo Hermida, en primero medio, y vi que había una mayoría de nuestro país que no tenía las mínimas cosas que yo había tenido por obvias durante mi vida. Ahora, sacar a colación los apellidos en un contexto donde están los Hassler, los Vodanovic, los Boric, los Sara Larraín, Juan Pablo Orrego, es casi como divertido… ¿Desde cuándo que tu cuna determina tu pensamient­o político y tu vocación de vida? O sea, yo era y soy distinto del resto de mi familia. Me fui a vivir a una población a los 20, ¿dime cuál es la parte cuica?

Parte del estallido es el cuestionam­iento a la élite y sus privilegio­s.

Si hay alguien que nunca ha mirado el origen social para hacer sus equipos, que está todo el día en terreno escuchando y trabajando e incorporan­do personas, soy yo. Entonces hay un elitismo en la izquierda dura de los que creen que todo se define en la Plaza Ñuñoa y tienen bastante menos calle y trabajo social popular. Y hay, por supuesto, elitismo en la gente que tiene un origen social alto que nunca bajó de la cota mil. Yo soy parte de esa crítica: aquí no solamente el mundo de los privilegio­s, sino que el mundo de las burbujas, virtuales y reales, nos está matando. La gente no tiene ni idea en el país que vive, no sabe cómo vive la gente con la cual trabaja, no ha ido a la población. Por eso es tan dramática la segregació­n. Cuando la élite vive en su mundillo y cree que sus problemas son los problemas del Chile real, claro, cómo va a haber voluntad política y acuerdo para hacer las reformas que tenemos que hacer.

Igual votó por usted la élite.

Claro, porque al final, enfrentado ante dos alternativ­as, dijo “bueno, este señor será de izquierda, pero es un tipo que es un demócrata, que sabemos lo que va a hacer, que no se va a saltar las leyes”. Pero que no se equivoque la gente que votó por mí: yo vengo a hacer cambios sociales, a nivelar de otra manera la cancha y eso significa que vamos a tener que darles más plata a las comunas que tienen menos. Eso se llama justicia social. Con todo el cariño por Vitacura, pero hay que sacar plata ahí y llevarla para otro lado.

¿Sabes cuál es el principal problema de salud de los adultos mayores en la zona poniente? Fractura de cadera por caerse en las veredas. Entonces uno dice: “Chile país jaguar” ¿y no tenemos plata para veredas?

“Sacar a colación los apellidos en un contexto donde están los Hassler, Vodanovic, los Boric, los Sara Larraín, Juan Pablo Orrego, es casi divertido”,

¿Y tiene atribucion­es para eso? ¿Para traspasar plata de un lado a otro?

Tengo plata para incidir con los recursos que tengo y apalancar nuevos recursos. Mira, yo creo en las reformas estructura­les y voy a participar del debate de la Constituci­ón y voy a ir a la pelea para que las nuevas leyes nos den más recursos y más atribucion­es, y voy a pedir los servicios públicos al gobierno central. Pero a Dios rezando y con el mazo dando. Mientras, voy a hacer lo mismo que yo como alcalde: buenos diseños, buenas alianzas, buenos convenios tanto con el sector público como privado.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile