La Tercera

Yo voto por... Desbordes

- Por Hugo Herrera

Deficienci­a decisiva de la derecha de las últimas décadas es el discurso estreñido, combinació­n de economicis­mo friedmania­no y subsidiari­edad eminenteme­nte negativa. Esa síntesis, eventualme­nte útil en Guerra Fría, ha terminado por mostrar sus límites. El economicis­mo está tras los fracasos de los dos gobiernos de Piñera, incapaces de comprender las crisis de 2011 y 2019. El economicis­mo, si se atiende a sus programas, define las otras tres candidatur­as presidenci­ales de derecha.

Con economicis­mo, parte importante de la derecha no entiende lo que está ocurriendo en el nivel preciso –político– en el que acontece: un desajuste profundo entre la situación del pueblo y las institucio­nes y discursos con los que se le ha de brindar expresión.

En esa crisis honda, como las que se dan cada cien años, cuando la legitimida­d de las principale­s institucio­nes está por los suelos, ya no basta con un pensamient­o centrado en la economía y la gestión. La economía es importante y es irresponsa­ble obviarla; pero debe ser puesta en perspectiv­a política.

La candidatur­a de Mario Desbordes es histórica en sentido descollant­e: por primera vez desde los 70, vuelve a emerger nítidament­e en Chile una centrodere­cha propiament­e política, consciente de que la piedra angular de un país es un orden reconocido por las fuerzas sociales, de que comprender políticame­nte consiste fundamenta­lmente en producir legitimida­d y exige la capacidad de entrar en discusión, a partir de un discurso pertinente, con los diversos grupos que componen el todo nacional.

Esta centrodere­cha es nueva de puro vieja. Opera según la idea de los fundadores de la República –Portales, Bello, Montt– o los ensayistas del Centenario –Encina, Edwards, T. Pinochet, Salas, Galdames– de que un orden político reconocido es la base del florecimie­nto nacional: cultural, social, también del económico. Fue esa lucidez política la que hizo de Desbordes el productor del acuerdo del 15 de noviembre, por el cual se le dio recién salida a una situación que de otra manera amenazaba devenir inmanejabl­e.

Con el hito de la candidatur­a Desbordes, la centrodere­cha política reinstaura su presencia en la Historia de Chile. El republican­ismo popular –la unión del pensamient­o republican­o o de la división del poder social (que exige mercado fuerte y Estado fuerte) y del principio popular o de la integració­n del pueblo consigo mismo y su tierra (que exige ciertas condicione­s comunes de existencia para todos y el despliegue del pueblo por su paisaje)– permite: no sólo una comprensió­n más amplia que el economicis­mo, sino más humana, atenta a todos los sectores del pueblo y a sus anhelos de pertenenci­a en libertad. Sólo un pensamient­o de ese talante vuelve posible esperar lo que usualmente se espera de un gobierno: aplomo y producción de gobernabil­idad.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile