Ni el águila consuela a Niemann
Pese a pulverizar el hoyo 12 y descontar en la última bandera, la jornada del chileno estuvo marcada por un tormentoso inicio, quedando lejos de la cima en el Abierto Británico.
Superar el corte del único major que le faltaba fue una alegría para Niemann. Una prueba más que lograba vencer en su carrera. Una corta, pero meteórica. El guión inicial de una película que parece destinada a marcar época. Era una semana soñada.
Pero hoy le tocó conocer en primera persona la pesadilla llamada “Royal St George´s”. El campo que nace entre los roqueríos de la costa del condado de Kent, y que colinda con el Paso de Calais, es un desafío no apto para cualquiera. Sus profundos bunkers (que Joaco tildó como “cementerios”), lentos greens e incómodos “rough” dan con una ecuación muy peligrosa. Si no estás en tu día, los problemas se agrandan rápido.
Y eso fue lo que sufrió Niemann. Clavar un bogey en el primer hoyo del sábado dejó en claro que tendría que remar desde atrás para dar con las claves que permitieran los aplausos. Pero estas se resistieron.
Sumó golpes a su tarjeta en la bandera 5, 7, 8, 10 y 12. Siendo esta penúltima su castigo más duro.
El doble bogey que sufrió en el décimo hoyo demostraba la frustración del talagantino en un torneo tan legendario como complejo. Cruzar el Atlántico para buscar la gloria en Inglaterra no es algo fácil. Requiere de paciencia, adapdesesperada. tación y una pizca de suerte.
Pero Joaco tiene un toque especial, algo indescriptible que demuestra que tiene madera para estar arriba por muchos años. Pese a estar viviendo un día horrible, con la confianza por los suelos, de un momento a otro cambió todo.
En el 14, con un +6 en el día a sus espaldas, pulverizó el par 5 cinco con un águila. Una jugada extraordinaria, pero que no tenía espacio para grandes celebraciones. Niemann tenía que concentrarse y seguir, porque a esas horas los hoyos finales estaban dando varios birdies.
Así fue como batalló en esas últimas banderas de forma Igualar con el campo no servía, solo tenía que descontar para intentar escalar algunas de las posiciones que había perdido durante el transcurso del día.
Un birdie que llegaría en la última bandera. Donde muchos ya desisten y tratan de cerrar el día con un par, para dejar de luchar con la incomodidad, el talagantino siguió luchando por un premio que le permite seguir soñando. Ya no con los puntos altos, pero sí con irse de Kent con la frente en alto y la tarjeta bajo el par.
Joaco disputa hoy la última ronda del cuarto major de la temporada. Llega al cierre con un +2 que lo tiene en la posición T58 del Abierto Británico. No fue un día de celebraciones ni aplausos, sino de frustración y lucha. A veces son esas jornadas las que te llevan a dar un paso adelante para el futuro.