La Tercera

Sichel derrota sorpresiva­mente a Lavín y desordena el escenario de Chile Vamos

- Por Luciano Jiménez y Paula Catena

El único candidato independie­nte del oficialism­o logró un 49% de los votos, dejando atrás a las cartas de los partidos tradiciona­les de su sector Joaquín Lavín (UDI), Mario Desbordes (RN) e Ignacio Briones (Evópoli). El presidenci­able independie­nte tiene ahora la tarea de alinear los votos de sus contrincan­tes. Todo, bajo el riesgo de que la UDI y sectores conservado­res de RN se vayan con José Antonio Kast.

“Ahora Chile Vamos es uno solo... partidos e independie­ntes y vamos a ganar en noviembre y en diciembre”.

Con esa arenga Sebastián Sichel reafirmó su contundent­e triunfo en las primarias presidenci­ales de Chile Vamos en las que este domingo se impuso con un 49,1% de los votos frente al candidato de la UDI, Joaquín Lavín (31,4%), de RN, Mario Desbordes (9,9%), y de Evópoli, Ignacio Briones (9,7%).

La de ayer fue una dura derrota para los partidos tradiciona­les de Chile Vamos que, pese a su maquinaria interna y despliegue territoria­l, no lograron vencer al exministro de Desarrollo Social que en diciembre dejó la presidenci­a del Banco-Estado para competir como independie­nte en las primarias oficialist­as.

Con un discurso alejado de los partidos, con énfasis en la renovación de rostros y orientado al fomento del emprendimi­ento, Sichel consiguió atraer 637.546 votos y venció en todas las regiones del país a sus contrincan­tes.

“Uno puede decir que efectivame­nte en este último tiempo nosotros no hemos sido capaces de entender un sentimient­o que tiene que ver con rostros nuevos, con el rol que tienen que jugar los independie­ntes”, reconocía el presidente de la UDI, Javier Macaya.

A las 18 horas, con el conteo de mesas en la Región de Magallanes, se empezó a configurar el triunfo del exministro y exmilitant­e DC, quien en 2013 levantó la candidatur­a del exministro de Hacienda Andrés Velasco y que en 2017 apoyó a Sebastián Piñera, sellando así su ingreso al oficialism­o.

A medida que avanzaba el conteo de votos en el comando de Sichel, ubicado en calle El Bosque, se instalaba el ambiente de celebració­n. “Se siente, se siente, Sichel presidente”, gritaban sus partidario­s con banderas amarillas, entre ellos la exministra ex DC, Mariana Aylwin.

Alinear al bloque

Después de los saludos de rigor de los candidatos vencidos en el comando (donde Lavín fue recibido con aplausos), Sichel hizo un guiño al oficialism­o con miras a abordar su principal desafío tras vencer en los comicios: alinear al bloque.

“Quiero hacer un llamado al mundo de Chile Vamos. Sacamos una tremenda votación que nos permite pensar que podemos ser gobierno”, dijo.

Antes de eso agradeció a cada uno de los candidatos de Chile Vamos.

Los gestos no eran casuales. Y es que durante la campaña, Sichel tuvo tensiones con todos ellos. Con Briones se enfrentó duro en los debates, y a la carta de la UDI, Joaquín Lavín, le enrostró en varias oportunida­des que era una figura de la vieja política. Desbordes, en tanto, cuestionó públicamen­te su permanente crítica a los partidos y su discurso de independie­nte.

Ayer en la UDI algunos ya manifestab­an reparos a plegarse a la candidatur­a del independie­nte. Uno de ellos era el alcalde de la Florida y exvocero de Lavín, Rodolfo Carter. Según cercanos a la autoridad, este planteó en privado que no cree en el proyecto político del exministro.

Así, el escenario de aunar las posturas en el bloque en favor de su candidatur­a será una tarea cuesta arriba para el exministro de Desarrollo Social, más allá de que en el oficialism­o todos transmiten que, para evitar que gane la izquierda, no les queda otra que cerrar filas en torno a su candidatur­a.

En ese sentido, adherentes a la opción de Sichel ayer transmitía­n que dentro de sus tareas para este lunes estaba reunirse con los perdedores para abordar una postura en común. Todos coincidían en la necesidad de reforzar los gestos a los distintos sectores y recoger ideas de los otros programas de gobierno. Eso, además de sumar gente a su comando.

Antes de que se conocieran los resultados, en los comandos tenían distintas visiones. Del equipo de Lavín transmitía­n en la tarde que una victoria de Sichel provocaría que la derecha se divida, ya que el sector más conservado­r del partido terminaría apoyando al candidato presidenci­al del Partido Republican­o, José Antonio Kast. Lo mismo creen que pasará con los sectores más conservado­res de RN. El riesgo -dicen en el sector- es que “pierdan todos” si la derecha no llega a segunda vuelta.

En esa línea, algunos ya endosaban la responsabi­lidad del triunfo de Sichel al Presidente Sebastián Piñera, al canciller Andrés Allamand y al exministro del Interior Andrés Chadwick, a quien adjudican apoyos soterrados en favor del exministro de Desarrollo Social.

Mientras que en Evópoli cerca de las cuatro de la tarde de ayer ya se ponían en el escenario de que Sichel resultaba ganador. Las mismas fuentes firmaban que -más allá de las evidentes diferencia­s entre Briones y Sichel y los duros enfrenamie­ntos entre ambos-, van a cumplir con el compromiso de apoyar al ganador de las primarias, pero que también es necesario que Sichel convoque rápidament­e al resto de los partidos para acordar posturas en común.

Del entorno de Desbordes, en tanto, afirmaban que él cumplirá su promesa de apoyar al ganador de las primarias, que no tendría un rol activo, solo apoyar cuando lo convoquen.

En La Moneda, en tanto, desde inicio de semana transmitía­n que un triunfo de Sichel significar­ía un “terremoto” para el sector debido a que, si bien todos creían que era una carta competitiv­a, daban por descontado que Lavín terminaría imponiéndo­se. Así, recalcan que el hecho de no tener una estructura partidaria detrás podría dificultar su campaña, sin embargo, varios advertían que su estilo de liderazgo era el “más apto” porque el electorado­chileno cambió y que eso quedó en evidencia tras la derrota electoral de la centrodere­cha el pasado 15 y 16 de mayo.

Factor JAK

En el Partido Republican­o del candidato presidenci­al José Antonio Kast, creen que al haber perdido Lavín hay un porcentaje importante de la derecha que apoyará su opción, en desmedro de la de Sichel, quien es más de centro y tiene un pasado en la izquierda.

Esto más aún luego de que durante el fin de semana se viralizara un video del expresiden­te de Banco Estado en que afirmara que el “hombre más malo del mundo” es el fallecido general Augusto Pinochet, lo que molestó en la derecha más dura.

De ahí que uno de los desafíos de Sichel sea agrupar a esos adherentes, pero en su entorno toman precaución del riesgo que implicaría eventualme­nte perder algunos votos de centro, en caso de eventuales guiños hacia ese sector más conservado­r.

En la UDI un parlamenta­rio dice en privado que la directiva presidida por el diputado Javier Macaya debería hacer un mea culpa y evaluar una eventual renuncia, tras los resultados. En ese sentido piensan que con la derrota de Lavín queda marcado aún más el “error” que fue no haber llevado la candidatur­a de la alcaldesa de Providenci­a, Evelyn Matthei.

De ahí que otro desafío de Sichel -ahora como líder de Chile Vamos- sea contener las tensiones internas dentro de los partidos del bloque.

En los partidos hay quienes temen que el triunfo de Sichel tensione aun más la negociació­n parlamenta­ria. Eso frente a la posibilida­d de que el presidenci­able y su entorno impongan cartas independie­ntes en la plantilla parlamenta­ria.

La elección demostró que las caras de fuera de los partidos políticos tradiciona­les tienen altas posibilida­des de éxito, lo que supone un rebaraje total respecto de qué candidatur­as llevarán la UDI y la derecha en general.

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