La Tercera

Golpe a LAVÍN

La tercera no era la vencida

- Por Paula Catena

Un sorpresivo y duro golpe. Así describen en el entorno del exalcalde de Las Condes la nueva derrota que sufrió ayer y que lo dejó fuera de la presidenci­al. Atribuyen a varias razones los resultados de ayer: un cambio en el electorado, un voto de castigo a los partidos y un apoyo soterrado del Presidente Piñera y su círculo a la candidatur­a de Sichel. “En democracia uno puede ganar, uno puede perder”, dijo Lavín al asumir su fracaso electoral.

SSe veían y se sentían confiados porque todos los sondeos públicos e internos lo apuntaban como ganador. El abanderado presidenci­al de la UDI, Joaquín Lavín, y su equipo estaban convencido­s, en los días previos, de que ayer se impondrían en las elecciones primarias presidenci­ales de Chile Vamos, con un margen estrecho de unos cincos puntos de diferencia, pero sellando su paso a primera vuelta y consolidan­do que esta tercera apuesta presidenci­al -ya lo había hecho en 1999 y en el 2005- sería la vencida.

En 1999 Lavín renunció a la alcaldía de Las Condes para postularse como Presidente. Ahí su lema fue “Viva el cambio”, no obstante, terminó siendo derrotado por Ricardo Lagos, el candidato de la Concertaci­ón, quien reunió el 47,96% de los votos en la primera vuelta. Posteriorm­ente, en segunda vuelta, Lagos resultó electo Presidente con un 51,31% versus el 48,69% que obtuvo Lavín. Esa fue su contienda más estrecha y lo más cerca que estuvo de llegar a La Moneda.

En el 2005, en tanto, Lavín volvió al ruedo y corría como el candidato único de la entonces Alianza por Chile, sin embargo, la irrupción de Sebastián Piñera como abanderado presidenci­al de RN terminó arruinando sus planes. Ambos compitiero­n en primera vuelta presidenci­al, dividiendo los votos del sector.

En esta última carrera para ocupar el sillón presidenci­al los cálculos de Lavín volvieron a errar y los comicios de ayer terminaron significan­do una dura derrota y su última apuesta fallida. Así, si bien estaba en el radar que sería una elección estrecha, con un alto grado de incertidum­bre en donde pensaban que el abanderado independie­nte, Sebastián Sichel, disputaría voto a voto, el exministro de Desarrollo Social terminó imponiéndo­se como ganador con un amplio margen de casi 20 puntos. Por lo mismo, la derrota fue aún más dura y sorpresiva para el exalcalde de Las Condes.

Ayer en la mañana cuando acudió a votar, Lavín sinceró que sería una elección decisiva, luego se fue a esperar los resultados a su casa, con su esposa y sus hijos. Ahí se quedó hasta casi las 19.00, solo acompañado de su núcleo familiar, mientras que en su comando, ubicado en Apoquindo 3001, en la fundación Aire Nuevo -a solo unos pasos de la sede de Sichel-, estaba su jefe político, Ernesto Silva; su coordinado­r programáti­co, Cristián Varela; su vocero, Rodolfo Carter, y otros colaborado­res como Jorge Saint Jean y Felipe Salaberry.

Antes de que comenzaran a cerrarse las mesas, cerca de las 17.00, en el comando de Lavín ya transmitía­n que existía la opción de una derrota y que Sichel se impondría. Esto, por lo que comenzaron a escuchar de cercanos y por el tipo de votante “más joven” que acudió a las urnas. Más tarde, cuando ya estaba avanzado el conteo de sufragios, algunos colaborado­res de la campaña, entre ellos Carter, bajaban con evidenteme­nte cara de preocupaci­ón a fumar a las afueras del edificio del comando de Lavín donde estaba apostada la prensa.

A esas alturas, ya eran varios quienes asumían la derrota porque decían que Sichel se había vuelto una tendencia en los votos. A los minutos, después llegó al comando el presidente de la UDI, Javier Macaya, quien previament­e había suspendido un punto de prensa en la sede gremialist­a. El golpe también se había sentido en esa colectivid­ad, donde algunos parlamenta­rios habían dicho públicamen­te que apoyaban a Sichel.

En el intertanto, según comentan en el círculo del exalcalde, Lavín habló por teléfono con Silva. Ahí asumieron la derrota y coordinaro­n lo que vendría: el candidato UDI llegaría a la fundación y daría un punto de prensa afuera de ésta e, inmediatam­ente después, iría a saludar a Sichel a su comando. Y así fue. Llegó a las 19.38 en auto, se bajó entre aplausos, abrazó fuertement­e a Silva, quien estaba evidenteme­nte emocionado, y entregó una declaració­n de 60 segundos, sin responder preguntas.

“Decir que llamé hace algunos minutos

atrás a Sebastián Sichel para felicitarl­o por su victoria, decirle que haremos todo lo posible para que él sea el próximo Presidente de Chile. Creo que Chile Vamos obtuvo como pacto un gran resultado. Y así es la democracia, en democracia uno puede ganar, uno puede perder, lo importante es dejar todo en la cancha, eso lo que yo he hecho, y ahora voy a felicitar a Sebastián Sichel a su comando”, dijo Lavín con un tono de voz calmado, junto con agradecer especialme­nte a quienes colaboraro­n en su campaña, entre ellos, a Carter.

La catarsis y las razones de la nueva derrota

Con la derrota ya asumida, previo al punto de prensa de Lavín, Carter realizó en una de las oficinas del comando de Lavín una pequeña alocución, entregando, según presentes, unas palabras de aliento para lo que viene. Ahí, llamó a reestructu­rarse.

Si bien en el equipo de Lavín transmiten que los análisis en profundida­d vendrán en los próximos días, sostienen que algunas de las razones de la derrota del exalcalde de Las Condes pasan porque hay un cambio cultural en la sociedad: ya no quieren a los políticos tradiciona­les y se vino a reafirmar un diagnóstic­o que venía de las elecciones del 15 y 16 de mayo, en donde la centrodere­cha terminó perdiendo.

También aluden a un “castigo” a los partidos tradiciona­les y a un factor que varios resienten en privado y que, incluso, fue comentario ayer al interior del comando de Lavín: el apoyo soterrado que dicen que el Presidente Sebastián Piñera, el canciller Andrés Allamand y otros dirigentes del sector le dieron a Sichel para asegurar su triunfo.

Ese factor, de hecho, es motivo de molestia entre varios al interior del lavinismo, ya que son varios los que asumen -y en La Moneda también- que el propio Piñera votó ayer por Sichel.

El malestar en este sector radica, de acuerdo a las mismas fuentes, en que con el triunfo de Sichel es más probable perder la presidenci­al debido a que mucho voto conservado­r de la centrodere­cha se irá con el líder del Partido Republican­o, José Antonio Kast.

Como sea, la derrota de Lavín significó la tercera en una aventura presidenci­al, y en su círculo más íntimo transmiten que si bien seguirá colaborand­o en la campaña de Sichel, lo más probable es que se repliegue y no haya nuevas postulacio­nes a cargos públicos.

En el lavinismo de igual manera algunos resienten que la UDI no haya logrado alinear a todos en favor de Lavín, mientras otros reconocen que quizás se confiaron en instalar una campaña más de “primera vuelta” apuntando solo los dardos al abanderado PC, Daniel Jadue, quien también terminó fuera de la primera vuelta presidenci­al. “Calculamos mal”, reconocen algunos.

De hecho, en el comando del exalcalde de Las Condes admitían, en los días previos, que esperaban que Lavín y Jadue pasaran a segunda vuelta y que, de ganar el abanderado del Frente Amplio, Gabriel Boric, no tenían una estrategia clara, lo que implicaba una dificultad rediseñarl­a.

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