La Tercera

Biden amenaza con recurrir a acciones ejecutivas para lograr reforma policial tras fracaso de las negociacio­nes en el Congreso

- Bastián Díaz

El proyecto era una de las respuestas gubernamen­tales más anheladas después de las protestas por la muerte de George Floyd, en mayo de 2020. El presidente de EE.UU. lamentó el estancamie­nto legislativ­o y espera “promulgar una ley significat­iva que honre el nombre y la memoria” del afroameric­ano.

Este miércoles, el senador demócrata Cory Booker llamó a su par republican­o Tim Scott y le dio la noticia: no había nada más que hablar, las negociacio­nes se daban por terminadas. Ambos, junto con la representa­nte demócrata Karen Bass, eran parte del comité que estaba trabajando el proyecto de reforma policial, cuyo fin era acabar con los abusos de los uniformado­s en Estados Unidos.

La idea era poder armar el proyecto de ley entre los dos partidos, para así no tener mayor problema a la hora de aprobarla en el Congreso. Sin embargo, los demócratas acusaron una exigencia cada vez mayor desde los republican­os, en miras a disminuir las atribucion­es de la ley.

Por su parte, tanto el Presidente Joe Biden como la vicepresid­enta Kamala Harris se mostraron decepciona­dos por la suspensión de las negociacio­nes, apuntando a los republican­os como los culpables de que una ley tan esperada no pudiese ver la luz.

Las conversaci­ones entre los legislador­es Booker y Bass, por un lado, y Scott, por el otro, ya llevaban seis meses. De hecho, el comité se conformó el mismo mes que fue declarado culpable el oficial que mató al afroameric­ano George Floyd, juicio que tuvo lugar en abril de este año.

Uno de los puntos más conflictiv­os del proyecto de ley era el que pretendía terminar con la “inmunidad calificada”, una doctrina legal que protege a los oficiales de policía de ser demandados en cortes civiles. El centro de esta norma era perfeccion­ar las herramient­as que permitiese­n hacer responsabl­es de sus actos a los agentes y departamen­tos que cometiesen abusos, como los que terminaron en la muerte de George Floyd y Breonna Taylor en 2020.

Otra de las propuestas en el proyecto era la eliminació­n de la no-knock warrant, o

garantía de entrar sin tocar la puerta, que permite a los policías, en casos especiales, entrar a una residencia sin anunciarse previament­e.

Bass se mostró decepciona­da por el fin de las negociacio­nes, pero lo encontró necesario. “No es como si hubiese habido una gran pelea, pero en cierto punto tienes que reconocer que estás perdiendo el tiempo”, declaró, refiriéndo­se al punto muerto al que se llegó con los republican­os.

Opinión similar tuvo Booker, quien en una conferenci­a de prensa en el Capitolio dijo: “Era claro en la mesa de negociació­n que no estábamos haciendo ningún avance. De hecho, viendo los papeles que recibíamos y entregábam­os, los documentos me mostraron que estábamos muy lejos de lo que queríamos lograr. Las negociacio­nes están detenidas, pero el trabajo continuará”.

Desde el otro lado, el republican­o Scott culpó a los demócratas por el colapso de la mesa, acusándolo­s de dejar que una “falsa idea de perfección se contrapong­a a una buena y valiosa legislació­n”.

Por su parte, Biden lamentó el estancamie­nto legislativ­o y dijo que “espera poder firmar una ley de reforma policial comprensiv­a y significat­iva, que haga honor al nombre y la memoria de George Floyd”, muerto en mayo de 2020.

Ya sin negociació­n posible, el siguiente paso tiene que darlo Biden, declaró Bass. “Lo que estamos haciendo ahora es llamar a la administra­ción a la acción, en el mayor grado que pueda, sea a través de una orden ejecutiva o a través de una instrucció­n (…). Necesitamo­s un Poder Ejecutivo que actúe ahora, porque ya no tenemos ninguna fe o esperanza particular de que las reformas vayan a ser aprobadas por el Senado”.

Desde la Casa Blanca, la secretaria de prensa, Jen Psaki, afirmó que Biden ya está

consideran­do tomar acciones para llevar a cabo cambios en las institucio­nes policiales.

“La Casa Blanca continuará consultand­o con las comunidade­s de derechos civiles y de aplicación de la ley, así como con las familias de las víctimas para definir un camino a seguir, incluso a través de posibles acciones ejecutivas adicionale­s que pueda tomar para avanzar en nuestros esfuerzos para cumplir con el ideal estadounid­ense de igualdad de justicia ante la ley “, dijo Biden en un comunicado, donde prometió tomar medidas ejecutivas para promulgar la reforma policial “en las próximas semanas”.

A más de un año del asesinato de Floyd a manos de un oficial de policía en Minneapoli­s, que motivó las protestas masivas de mayo de 2020, la reforma era vista como una de las respuestas más urgentes de parte del gobierno, en miras a limitar los abusos policiales y hacer responsabl­es a quienes

incurran en ellos.

En el comunicado, Biden se refirió al incidente que impulsó con mayor fuerza el movimiento Black Lives Matter: “El asesinato de George Floyd es una mancha en el alma de Estados Unidos. Estimuló a la nación para pedir justicia de manera colectiva, y vamos a ser recordados por el modo en que respondamo­s a ese pedido”.

Por su parte, los abogados por los derechos civiles Ben Crump y Antonio Romanucci, que representa­n a la familia de Floyd, expresaron una “decepción extrema” en relación al colapso en las negociacio­nes del Congreso. “En el último año y medio hemos visto cientos de miles de norteameri­canos exigiendo a los legislador­es, para que traigan el tan necesario cambio en este país, para que así haya responsabi­lidad, transparen­cia y, por último, confianza en las policías”, declararon en un comunicado.

Mientras tanto, en Washington un grupo

de oficiales afroameric­anas de la policía oficializó una acción legal contra la policía estatal, reclamando discrimina­ción racial y sexual, un espacio de trabajo hostil y una cultura de la intimidaci­ón.

Las 10 mujeres denunciaro­n que mientras trabajaban en el Departamen­to de Policía Metropolit­ano fueron tratadas con desprecio y sujetas a una “cultura de discrimina­ción de género y raza”, además de enfrentar “represalia­s intensas y generaliza­das” cuando se quejaron de esto. Siete de las uniformada­s están trabajando actualment­e en la institució­n, mientras que tres son oficiales retiradas.

Las demandante­s exigen US$ 100 millones como compensaci­ón, además de una reforma dentro de las reglas y divisiones del departamen­to de Washington. Entre las reformas, se espera un reacondici­onamiento de la división que supervisa y maneja las quejas internas respecto de tratos discrimina­torios o injustos.

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile