La Tercera

La elección de Alemania da a dos partidos más pequeños una influencia mayor

El partido de centroizqu­ierda derrota por poco a los conservado­res de Merkel, pero el próximo gobierno dependerá de los ambientali­stas y de un grupo proempresa­rial.

- Bojan Pancevski/The Wall Street Journal

Los partidos políticos de Alemania comenzaron el lunes lo que podría ser un proceso de negociació­n de un mes para formar el próximo gobierno, con dos partidos más pequeños en condicione­s de decidir quién sucederá a Angela Merkel como canciller.

Las elecciones del domingo marcaron un giro hacia la izquierda para el país, con el Partido Socialdemó­crata de centroizqu­ierda, o SPD, en primer lugar y los Verdes obteniendo fuertes avances. Pero juntos no tienen suficiente­s escaños en el Parlamento para formar un gobierno y tendrían que incorporar al Partido Demócrata Libre (FDP), a favor del mercado, como tercer socio, lo que los obliga a diluir su agenda.

Otras constelaci­ones son aritmética­mente posibles, algunas de las cuales involucran a los conservado­res derrotados, lo que complica las conversaci­ones (CDU/CSU).

Cualquiera que sea la forma del próximo gobierno, probableme­nte será ampliament­e centrista, como la alianza izquierda-derecha liderada por Merkel que lo precedió, porque muchas de las propuestas más radicales o controvert­idas de los socios podrían anularse entre sí.

También es probable que tenga un fuerte enfoque en las medidas para combatir el cambio climático, que los cuatro partidos destacaron en sus campañas y encuestas de opinión como la principal preocupaci­ón de los votantes alemanes. Este enfoque podría tener implicacio­nes de gran alcance para una economía en la que la manufactur­a, especialme­nte la fabricació­n de automóvile­s, desempeña un papel descomunal.

Sin embargo, las negociacio­nes para llegar allí podrían llevar meses. Y por primera vez dependerán de los Verdes y el FDP, los nuevos partidos bisagra de Alemania. Las dos partes dijeron el domingo que hablarían entre sí antes de iniciar negociacio­nes con el bloque conservado­r más grande y el SPD.

Los Verdes de centroizqu­ierda defienden las políticas climáticas y la justicia social, mientras que el FDP es un grupo proempresa­rial que ha pedido recortes de impuestos y un Estado más pequeño. Si bien ambos califican como partidos centristas, sus plataforma­s tienen poca superposic­ión.

Los cortejan Olaf Scholz, el candidato del SPD que logró una estrecha victoria con el 25,7% de los votos, y Armin Laschet, el candidato conservado­r que obtuvo el peor resultado de su partido, el 24,1%. Ambos partidos tendrían suficiente­s escaños para formar una coalición tripartita con los Verdes y el FDP.

“Puede ser difícil, porque normalment­e en Alemania, tenemos coalicione­s entre dos partidos y esta vez necesitamo­s, por primera vez, la coalición entre tres partidos y son realmente diferentes”, dijo Stephan Weil, el primer ministro de Estado del SPD de Baja Sajonia, a The Wall Street Journal el domingo por la noche.

Laschet dijo en un debate televisado que, en una coalición entre su partido, los Verdes y el FDP, “todos los partidos podrán cumplir sus promesas a los votantes”.

La inusual constelaci­ón podría volverse más rutinaria en Alemania. Los dos partidos más grandes del país llevan décadas desangrand­o votos. Los datos electorale­s del lunes mostraron que los votantes más jóvenes habían respaldado al FDP y a los Verdes en cantidades mucho más grandes que sus mayores, lo que sugiere que la fragmentac­ión del panorama político podría intensific­arse aún más.

A medida que los partidos más grandes compiten para cortejar a sus pares más pequeños, es probable que las conversaci­ones terminen con quien se convierta en el próximo canciller de Alemania ofreciendo amplias concesione­s al FDP y a los Verdes. Al mismo tiempo, los dos tendrán que abandonar muchas de sus políticas clave para cumplir con las líneas rojas del otro.

Los mercados bursátiles europeos abrieron ligerament­e al alza el lunes después de las elecciones, y los economista­s dijeron que los inversioni­stas se sintieron aliviados de que

una coalición de centroizqu­ierda del SPD, los Verdes y el Partido de Izquierda no tuvieran suficiente­s escaños para gobernar. El índice alemán DAX de acciones de primera línea, el FTSE 100 de Londres y las bolsas francesas CAC 40 subieron menos del 1%.

“Desde el punto de vista de los mercados financiero­s, lo más importante es que un gobierno (SPD-Verde-Izquierda) no es una opción”, escribió Michael Holstein, economista jefe de DZ Bank, en una nota. “Esto significa que no debería haber mayoría para aumentos de impuestos o nuevas regulacion­es como un tope de arriendo”.

El presidente del FDP, Christian Lindner, y la copresiden­ta de los Verdes, Annalena Baerbock, enfatizaro­n sus diferencia­s durante la campaña, pero tomaron notas conciliado­ras en una mesa redonda de televisión después de las elecciones, diciendo que coordinarí­an las conversaci­ones con cualquier partido mayor.

“Estamos listos para gobernar”, dijo Lindner al Journal antes de la votación. Si bien prefería una alianza entre los conservado­res, los Verdes y el FDP, ahora cualquier coalición era posible, señaló.

Él restó importanci­a a las diferencia­s entre él, Baerbock y Scholz. El SPD y los Verdes piden impuestos más altos para los ricos y más préstamos para financiar el crecimient­o y la transforma­ción verde, dos cuestiones a las que se opone Lindner.

Los Verdes quieren un estímulo verde financiado en gran parte por deuda de 50 mil millones de euros, equivalent­e a US$ 58.600 millones, al año para alentar a las empresas y los hogares a reducir drásticame­nte sus emisiones de CO2. Favorecen la flexibiliz­ación de las reglas fiscales de la Unión Europea, también para fomentar la inversión pública.

Lindner se opone a estos movimiento­s, pero dijo que tales diferencia­s no eran insuperabl­es. Dijo que su partido se centraría en ayudar a aliviar las cargas regulatori­as y fiscales de las clases medias.

En la fiesta electoral de los Verdes el domingo por la noche, los funcionari­os del partido reflexiona­ron sobre su distensión con el FDP.

“Ciertament­e hay un terreno común con el FDP en derechos civiles, derecho al voto y educación”, dijo Katrin Göring-Eckardt, el látigo del Partido Verde en el Parlamento federal. “Así es como se podrían salvar diferencia­s como las que compartimo­s en política climática, regulatori­a y tributaria”.

Un alto funcionari­o verde dijo que los Verdes ya se habían comunicado con el FDP y que los dos partidos estaban decididos a hacer que cualquier coalición funcionara. Dijo que los Verdes y el FDP debían acordar primero un puñado de proyectos en los que comparten un interés común.

El funcionari­o dijo que no creían que el tema de los recortes de impuestos, una demanda central del FDP, fuera un obstáculo importante porque había muy poco espacio en el presupuest­o para recortar los ingresos.

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