La Tercera

Presidente del Colegio de Abogados, Ramiro Mendoza: “No creo en la colegiatur­a obligatori­a”

- Deborah Moreno G.

A diferencia de su antecesor en el cargo, el excontralo­r considera que la colegiatur­a debe tener un foco de especialid­ad y apoyo a los profesiona­les, por lo que debe ser una decisión libre. Y respecto del lío por el estatuto de paridad en la elección del colegio, Mendoza afirma que esperará la resolución del Tribunal Electoral Regional sobre el tema. “El contrasent­ido de la paridad no se está dando en el colegio, porque tenemos 9 mujeres de 19 consejeros. La dificultad se está dando en los estudios de abogados”, dice.

Ramiro Mendoza Zúñiga ingresó a la Facultad de Derecho de la Universida­d de Chile en 1977, fue contralor general de la República entre 2007 y 2015, y desde el lunes pasado es el nuevo presidente del Colegio de Abogados, cargo que ocupará hasta junio de 2023.

Mendoza llegó a dirigir el gremio luego de que juraran los 10 nuevos consejeros del colegio que resultaron electos en los comicios del 16 de diciembre. En estos, la lista que más cargos obtuvo fue la C, integrada por el excontralo­r y denominada “Gremiales por el Estado de Derecho”, que se quedó con seis de diez cupos en disputa.

En la oficina 207 de Ahumada 341, comuna de Santiago Centro, se encuentra el abogado a una semana de ser electo. Su celular no deja de vibrar. “Esta cosa de los mensajes”, comenta.

En entrevista con La Tercera, Mendoza aborda los desafíos de estar a la cabeza del gremio, partiendo por la discusión sobre la colegiatur­a obligatori­a, respecto de la cual difiere de su antecesor, Héctor Humeres. “Yo no creo en la colegiatur­a obligatori­a. En lo que sí creo es la jurisdicci­ón ética obligatori­a”, plantea

También aborda el debate que suscitó la última elección del gremio, pues un grupo de consejeros asegura que no se respetó el estatuto de paridad que la rige.

De hecho, interpusie­ron un recurso de reclamació­n ante el Segundo Tribunal Electoral Regional Metropolit­ano, ya que para ellos la Lista Gremial no respetó el estatuto paritario, que indica “ningún género puede superar al otro en una proporción superior al 60/40 . Dicha lista obtuvo seis consejeros, donde cuatro son hombres y dos mujeres.

“Esto ocurrió antes de mi llegada como presidente del consejo, y eso fue producto de la proclamaci­ón y la forma como entendió la mesa al proclamar los resultados de la elección anterior”, afirma. Y agrega que se debe esperar el resultado del Tribunal Electoral Regional Metropolit­ano.

¿Considera que es aceptable el reclamo o es más bien una estrategia política?

Creo firmemente que las reglas de paridad tienen que ser severament­e respetadas, sin duda. Pero las reglas de paridad de este colegio tienen un fenómeno en cascada desde el punto de vista de la paridad. A lo que yo estoy atento es a que se cumpla de la mejor manera posible, del modo más rápido posible, lo que la judicatura resuelva.

Si en el medio hay otras vías de solución, eso ya no depende de mí, sino que depende de quienes se sienten afectados o beneficiad­os. Si nos quedamos atrapados en la discusión que hoy está en el Tribunal Electoral Regional, no podremos avanzar.

¿La elección del Colegio de Abogados se ajustó a los estatutos de paridad de género que buscan promover?

En esa elección la mesa entendió de una manera el estatuto de paridad, el otro grupo entiende que no está en plena regla la paridad. Y hay muchas personas que, leyendo los estatutos, están disconform­es con esa interpreta­ción.

De solucionar­se esto de forma expedita, ¿considera plantear en el consejo que se realice algún tipo de modificaci­ón en el estatuto de paridad?

tengo que plantear en el consejo que revisemos los estatutos, para los efectos de dejar sin ninguna duda la aplicación de la regla para la elección que viene.

¿Considera que a la institució­n le falta avanzar en temas de paridad?

El contrasent­ido de la paridad no se está dando en el colegio, porque tenemos 9 mujeres de 19 consejeros. La dificultad se está dando en los estudios de abogados. Nosotros como consejo general debiésemos preocuparn­os de lo que pasa en el ejercicio profesiona­l de las mujeres profesiona­les exitosas.

¿Colegiatur­a obligatori­a para fiscalizac­ión ética?

Otro de los focos de la gestión, y que se arrastra desde mayo pasado, es la postura del gremio respecto de la obligatori­edad de la colegiatur­a para el ejercicio de la profesión, con la finalidad de que exista un control ético de los profesiona­les. La idea fue presentada en diciembre por Humeres ante la Convención Constituci­onal.

“Yo no creo en la colegiatur­a obligatori­a. En lo que sí creo es la jurisdicci­ón ética obligatori­a. Pero la colegiatur­a creo que es un tema de atractivo y es un tema de resguardo para quienes creemos en la profesión que tenemos que cuidarla”, sostiene.

¿Por qué, entonces, se instala la idea de obligatori­edad después de tanto tiempo sin que esto sea obligatori­o?

Hace poco la administra­ción anterior fue a la Convención y lo respeto plenamente. El tema de la obligatori­edad no es un tema zanjado desde el punto de vista de los con

Cualquiera sea la solución jurisdicci­onal,

sejeros, y creo que la colegiatur­a obligatori­a tiene mucho de “amor histórico”. Luego de que se sacara la colegiatur­a obligatori­a en los 80, los colegios se resintiero­n, y creo que se resintiero­n no solo por la pérdida de la calidad de las corporacio­nes de derecho público, sino que esencialme­nte, en el caso del Colegio de Abogados, porque se les cercenaron ingresos que provenían de leyes especiales.

Hay quienes piensan que la colegiatur­a obligatori­a es la única forma de ordenar el control ético de los abogados. Hay una confusión entre colegiatur­a obligatori­a y control ético, y creo que no es necesaria la colegiatur­a obligatori­a para un control ético jurisdicci­onal específico.

Entonces, ¿qué busca la colegiatur­a?

El colegio lo que tiene que tener es una incidencia intelectua­l profunda en el ejercicio de la profesión. Esa incidencia tiene que ser tomada por los abogados desde el punto de vista de su capacidad y de sus eventuales y naturales necesidade­s.

¿De qué forma se puede lograr el control ético?

Eso se puede lograr con una ley que cree una jurisdicci­ón ética obligatori­a para todos los colegios profesiona­les o que -al menospermi­ta que, por zonas territoria­les, incluso desde el punto de vista de la constituci­ón regional de los colegios de abogados o de los colegios profesiona­les, esos capítulos regionales y nacionales tuviesen una jurisdicci­ón ética por delegacion­es.

¿Cómo se logra esto, de atraer a los nuevos profesiona­les para colegiarse?

Esa es una pregunta que hemos sido un poco regulones en plantearno­s y en buscar una respuesta. Creo que hay varias vías, una es la interlocuc­ión más bien cotidiana entre el colegio y las distintas facultades de derecho. Creo que esa cotidianei­dad tiene que partir de la base de tratar de levantar una cátedra ética común.

El consejo anterior apoyó la colegiatur­a obligatori­a. ¿En el actual están divididas las posturas, tanto respecto del avance académico como de la fiscalizac­ión ética?

No es que haya una división. Hemos tenido una comodidad en el planteamie­nto. La primera regla de intervenci­ón es saber si el profesiona­l es colegiado, para así tomar una decisión ante una falta ética. Por eso la situación de la colegiatur­a se vuelve relevante, porque es el primer filtro a la fiscalizac­ión ética, mientras no tengamos la jurisdicci­ón delegada.

Pero si el colegiado ve que hay una condición de riesgo en el control ético, lo que hará es desafiliar­se. Entonces ahí quedamos como gato en la carnicería mirando desde la vitrina. Eso es lo que más complica, por eso es que la primera fórmula es que sean todos colegiados, porque es mucho más rápido para fiscalizar. Para mi, la decisión de la colegiatur­a debe ser libre, porque es un espacio para buscar profesiona­lizarse.

El trabajo en la Convención

del gremio es crear una comisión que esté enfocada en las propuestas y determinac­iones que se realicen en la Convención Constituci­onal. “Tenemos el deber de informarle­s a nuestros asociados, y a los abogados en general, el tema central de las discusione­s fundamenta­les que se están produciend­o al interior de la Convención y cómo esas discusione­s van a incidir en el ejercicio de la profesión”, dice Mendoza.

¿Cuál es su postura sobre la idea de eliminar al Tribunal Constituci­onal?

Uno de los primeros propósitos del nuevo líder

El hecho de que muchos aplaudan que hoy se esté planteando eliminar el TC es una mala noticia para quienes necesiten de una sede en donde acudir frente a la inconstitu­cionalidad en la aplicación de ciertas leyes.

Creo que sería una pérdida que el TC se eliminara. La mayoría de los países europeos continenta­les han hecho un esfuerzo por mejorar la calidad de la justicia constituci­onal, y creo que nosotros debemos avanzar hacia allá.

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