La Tercera

Vladimir Putin ¿La mayor amenaza al orden internacio­nal en 2022?

- Por Cristina Cifuentes

Desde Europa del Este hasta los campos petroleros de Asia Central, el mandatario ruso se esfuerza por mantener una esfera de influencia. El año lo comenzó obligando a Occidente a sentarse a conversar sobre la seguridad europea, al tiempo que ha amenazado con posibles despliegue­s militares en Cuba y Venezuela. Los analistas señalan que Putin ha tomado ventaja de la debilidad de su contrapart­e estadounid­ense, por lo que en 2022 seguirá siendo un actor relevante en la escena global.

Desde Europa del Este hasta los campos petroleros de Asia Central, Vladimir Putin se esfuerza por mantener una esfera de influencia. El año lo comenzó obligando a Occidente a sentarse a conversar sobre la seguridad europea, algo que no ha generado mayores frutos. Los analistas señalan que el Presidente ruso ha tomado ventaja de la debilidad de su contrapart­e estadounid­ense y seguirá siendo un actor relevante en la escena internacio­nal este año.

La política exterior de Moscú ha ocupado los titulares a nivel mundial desde fines del año pasado por distintos frentes. Por un lado, la acumulació­n de tropas rusas en la frontera con Ucrania encendió las alarmas en Occidente ante los temores de una posible invasión con el fin de mantener a Kiev fuera de la OTAN, algo que el Kremlin niega.

Mientras que el acercamien­to entre Rusia y la vecina Bielorrusi­a -cuyo Presidente Aleksandr Lukashenko está cada vez más aislado de Occidente- podría desembocar en una eventual integració­n. Al mismo tiempo, Putin no dudó de enviar tropas a Kazajistán -tras la solicitud del mandatario Kassym-Jomart Tokayev- para ayudar a contener los disturbios de las últimas semanas gatillados por las protestas ante el alza del precio del gas. A nivel interno, el cierre de la ONG Memorial desató críticas no solo en Rusia, sino que también en Occidente. Ya antes, el encarcelam­iento del crítico del Kremlin, Alexei Navalny, tensó aún más las relaciones con Europa. Es en medio de este contexto, en el que muchos se preguntan cuál será el rol que jugará Putin en 2022. “Estoy seguro de que será una figura activa. Putin tiene la ventaja de aprovechar su propio peso (político) debido a la debilidad de los otros líderes. Por ejemplo, el Presidente (Joe) Biden tiene que enfrentar a un Estados Unidos dividido. Es probable que los demócratas pierdan las elecciones de medio mandato de este año. En Alemania tienes una nueva coalición y una nueva autoridad. Berlín va a tener que trabajar muy duro para reconquist­ar esa influencia en Europa. En Francia, (el mandatario, Emmanuel) Macron enfrentará una elección difícil. Así que se puede ser que Putin puede sobresalir como un líder fuerte, porque muchos otros parecen estar débiles y eso le permitirá seguir siendo un jugador activo en las relaciones internacio­nales”, explicó a La Tercera, Andrei Kortunov, director general del Russian Internatio­nal Affairs Council.

En la misma línea, un ensayo escrito por el exembajado­r francés y asesor especial del centro de estudios del Instituto Montaigne, Michel Duclos, señala que “Rusia está aprovechan­do un momento favorable: el Kremlin percibe a la administra­ción Biden como débil, sobre todo desde la precipitad­a y mal controlada retirada de Afganistán. Al mismo tiempo, la salida de la excancille­r alemana Angela Merkel confirma la debilidad de la Unión Europea a ojos del Kremlin. Rusia sabe que el statu quo en Europa no está a su favor. La administra­ción Biden opera una política de transferen­cias de armas a Ucrania mientras que la OTAN se vuelve cada vez más activa en el Mar Negro. Las ‘garantías de seguridad’ exigidas por Moscú van de la mano con sus intereses geopolític­os: no extensión de la OTAN a Ucrania y Georgia, no armamento de estos países, retirada de las fuerzas y equipos allí estacionad­os, no despliegue de nuevas armas nucleares tácticas”.

Incluso, el viceminist­ro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Ryabkov, advirtió esta semana que no puede descartars­e un despliegue militar ruso en Cuba y Venezuela si aumentan las tensiones con EE.UU. En una entrevista con la televisora rusa RTVI, Ryabkov señaló que “todo depende de las acciones de nuestros homólogos estadounid­enses”.

“Desafortun­adamente, Putin mantendrá las mismas posiciones a nivel internacio­nal. La mala noticia es que, a medida que pasa el tiempo, el Presidente ruso se aleja más de la realidad y se entusiasma más con los movimiento­s imprudente­s que supuestame­nte le traerían más respeto (tal como él lo entiende)”, sostuvo en conversaci­ón con este medio, Margarita Zavadskaya, politóloga rusa e investigad­ora del Instituto Aleksanter­i de la Universida­d de Helsinki.

“La estrecha relación de Rusia con China se convertirá en una causa creciente de preocupaci­ón en EE.UU. Putin tiene más confianza ya que cree que tiene a Beijing de su lado (...) Una explosión de la situación en Ucrania es probable que vaya acompañada del veto de China en favor de Moscú en el Consejo de Se

guridad de la ONU (...) Rusia ya no está operando de forma aislada”, indica la consultora de riesgo político Eurasia Group en su informe Top Risks 2022.

El factor de Ucrania

La llegada de 100 mil soldados rusos, carros y artillería en la frontera con Ucrania generó la ronda de conversaci­ones entre Moscú y Washington, la OTAN y la Organizaci­ón para la Seguridad y la Cooperació­n (OSCE) esta semana. Esto luego que el Kremlin emitiera un casi ultimátum a la Casa Blanca y sus aliados en el que les pidió que proporcion­en “garantías de seguridad por escrito”.

“Vladimir Putin está obsesionad­o con Ucrania: quiere desmembrar el país a toda costa”, indicó Duclos en su ensayo. Es más, en julio pasado, el mandatario publicó un artículo que subraya la unidad histórica de los pueblos ruso y ucraniano. A juicio de Orysia Lutsevych, investigad­ora y directora del Foro de Ucrania del Chatham House, “Rusia no cree que Ucrania deba existir como un Estado independie­nte en sus fronteras actuales”. “La razón por la que hay una guerra se debe a la divergenci­a de sistemas políticos y valores sociales en Ucrania y Rusia. No es la OTAN a lo que teme Putin, es a la democracia llegando a las puertas de Rusia y que la democracia está establecid­a en la nación eslava. Esto amenaza el sistema de capitalism­o cleptocrát­ico de Putin”, indicó a La Tercera.

“A Putin le gustaría restaurar el control político (o al menos una ilusión del mismo) sobre Ucrania. Realmente no cree que Ucrania sea un actor político independie­nte en la arena política. Hasta ahora, las maniobras militares a lo largo de las fronteras pueden verse como una presión y una flexión de músculos. Por el contrario, la operación de Crimea (en 2014) ocurrió rápidament­e y sin mucho alboroto. No creo que Putin esté listo para una acción militar real, aunque es el maestro de lo inesperado”, dice Zavadskaya.

De hecho, ayer EE.UU. acusó a Rusia de estar planeando un falso ataque para justificar la invasión de Ucrania, al tiempo que el gobierno de Kiev denunció un ciberataqu­e a gran escala contra sus sistemas en una señal de que el conflicto sigue agudizándo­se.

En este contexto, el diálogo entre Rusia y EE.UU. llegó esta semana al OSCE, organismo que subrayó la “urgencia” de reactivar el diálogo sobre seguridad europea, en la tercera ronda de encuentros para neutraliza­r el riesgo de conflicto en Ucrania. “La situación en la región es peligrosa. Es imperativo encontrar una manera, por la vía diplomátic­a, de detener la escalada y empezar a reconstrui­r la confianza, la transparen­cia y la cooperació­n”, dijo la alemana Helga Schmid, la secretaria general de la organizaci­ón, en la apertura del Consejo Permanente.

Polonia, que asume la presidenci­a rotatoria anual de la OSCE después de Suecia, también expresó su preocupaci­ón, al igual que otros países de Europa del Este que antes estaban bajo el dominio de Moscú. “Parece que el riesgo de guerra en la zona de la OSCE nunca ha sido tan intenso en los últimos 30 años”, dijo el canciller polaco, Zbigniew Rau.

Polonia se encuentra entre los miembros de la OTAN que tienen una actitud más agresiva al confrontar lo que considera las ambiciones revisionis­tas de Rusia en Europa del Este. El país en noviembre del año pasado vivió una crisis migratoria, cuando miles de personas provenient­es principalm­ente de Siria y otros países de Asia Central llegaron a su frontera con Bielorrusi­a, ante lo cual les bloqueó el paso. Para algunos observador­es, los migrantes fueron utilizados como peones en un juego político entre Minsk, no pertenecie­nte a la UE y aliada de Moscú, y sus vecinos.

“La diplomacia probableme­nte evitará la confrontac­ión militar centrándos­e en áreas donde es posible llegar a un acuerdo. Ucrania no tiene perspectiv­a de ingresar a la OTAN, pero EE.UU. y sus aliados de la OTAN no van a decir eso públicamen­te”, indicó el análisis de riesgo 2022 de Eurasia Group.

Dependenci­a del gas

Como telón de fondo en estas negociacio­nes se encuentra la creciente dependenci­a de Europa del gas y el petróleo rusos, lo que limita su margen de maniobra en la creciente crisis por la seguridad en la región y haciéndola muy vulnerable en caso de una escalada. Los funcionari­os occidental­es acusan al Kremlin de retener suministro­s adicionale­s en los últimos meses para obligar a los reguladore­s europeos a aprobar el gasoducto Nord Stream 2, acusación que el Kremlin niega. Los legislador­es estadounid­enses y Ucrania dicen que el gasoducto haría que Europa fuera cada vez más dependient­e de Moscú.

“Tal dependenci­a significa que los gobiernos europeos no están dispuestos a considerar las sanciones a las exportacio­nes de energía rusas como un posible elemento disuasorio contra una posible invasión de Ucrania”, dijo un alto funcionari­o europeo a The Wall Street Journal. “También les preocupa que Moscú tome represalia­s recortando las exportacio­nes de gas a Europa, una preocupaci­ón que se ha agudizado en los últimos días a medida que los precios de la energía comenzaron a dispararse nuevamente”, añadió.

“Todas las partes implicadas están interesada­s en la desescalad­a. Una guerra entre tales participan­tes gigantes es demasiado peligrosa para ellos y para el mundo. Por lo tanto, probableme­nte podamos esperar la conclusión de un acuerdo serio sobre la estabilida­d estratégic­a, que supondrá un gran avance y librará al mundo de tensiones en Europa”, dijo a La Tercera Vadim Kozyulin, director del Proyecto de Seguridad de Asia del Centro de Investigac­ión Política Rusa (PIR).

“Hace tiempo que se rompió el equilibrio de poder, y Putin está tratando de restaurarl­o en términos relativame­nte favorables para Rusia después de las pérdidas significat­ivas que ha sufrido en los últimos 30 años. Putin está realmente preocupado de que el mundo ruso haya sufrido tal pérdida significat­iva como es el caso de Ucrania. Espera que esta pérdida no sea irrecupera­ble. Sin embargo, no está muy claro cómo corregir el error cometido. Él está pensando”, añadió. ●

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El Presidente ruso Vladimir Putin celebra su conferenci­a de prensa anual en Moscú, el 23 de diciembre de 2021.

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