La Tercera

Las dudas sobre el modelo que seguirá Petro en Colombia

- Por Bastiàn Dìaz

Gustavo Petro, de 62 años, derrotó a Rodolfo Hernández en la segunda vuelta de las elecciones.

La victoria del Pacto Histórico en las presidenci­ales del domingo pasado vienen a confirmar la “nueva marea rosa” de gobiernos progresist­as en el continente. El mandatario electo de Colombia confirmó que una de sus primeras medidas será reabrir la frontera con Venezuela, sin dejar por eso de marcar distancia con Nicolás Maduro.

Al final, después de meses, ocurrió lo que se esperaba: a pesar de la incertidum­bre que causó el repunte tardío del populista Rodolfo Hernández, el izquierdis­ta Gustavo Petro estuvo a la altura de su rol de favorito, y obtuvo la presidenci­a colombiana con un 50,44% de los votos, contra el 47,31% del magnate de la construcci­ón.

En su primera semana como presidente electo, Petro ya se reunió con el actual mandatario Iván Duque, y ha dado muestras de voluntad política para un “gran acuerdo nacional”. No solo llamó a Hernández, sino que extendió la invitación al expresiden­te Álvaro Uribe para participar del diálogo, invocando así a un sector que, después de la primera vuelta el 29 de mayo, los expertos daban por

“muerto”.

Conocido por sus orígenes guerriller­os en el M-19, el nuevo presidente colombiano ha tratado de sacarse de encima la imagen de “izquierdis­ta radical”, y sus colaborado­res reconocen estar más cómodos con el adjetivo “progresist­a”, más cercano a los liderazgos de López Obrador en México y Gabriel Boric en Chile, que a los de Nicolás Maduro y Daniel Ortega.

Sin mayoría legislativ­a

En su discurso de victoria, en el Movistar Arena de Bogotá, Petro dejó clara la dirección de su gobierno: “vamos a desarrolla­r el capitalism­o en Colombia”. A pesar de ser el primer presidente de izquierda en el país cafetero, ha negado recurrir a expropiaci­ones o reformas constituci­onales: lo que sí ha hecho es proponer cambiar el sistema económico del país, centrándos­e en pasar “de la extracción a la producción”. “No porque lo adoremos, sino porque tenemos primero que superar la premoderni­dad en Colombia, el feudalismo”, señaló el presidente electo el domingo.

Acabar con la exploració­n del petróleo, impulsar una reforma agraria para terminar con latifundio­s improducti­vos y ofrecer empleo en el Estado para quienes no lo encuentren en el sector privado, son algunas de las propuestas del Pacto Histórico.

Respecto a qué tipo de izquierda representa Petro, el profesor de Ciencias Políticas de la Universida­d ICESI de Cali, Juan Pablo Milanese, señala: “Hay que esperar a que decante un poco la coalición, en este caso particular, porque se fue ampliando a medida que se fueron acercando las elecciones, ya en segunda vuelta con sectores más moderados”. “Hay que ver cómo termina decantándo­se de alguna manera esa coalición, en términos de formación de gabinete”, explicó a La Tercera.

La moderación se vuelve necesaria en la situación actual del Pacto Histórico, con 20 asientos en el Senado y 27 en la Cámara de Representa­ntes, ya que necesitará de los apoyos del Partido Liberal, el Centro Esperanza y otros independie­ntes para consolidar una mayoría en el Congreso que le permita impulsar sus reformas económicas y sociales.

“Lo que creo que es importante para remarcar es que es una coalición heterogéne­a que va desde la izquierda hasta el centro. Puede ser que en el diseño y ejecución de las políticas publicas nos encontremo­s en que cada decisión va a dejar satisfecha a una parte de la coalición e insatisfec­ha a otra parte de la misma, porque la distancia ideológica es muy grande”, indica al respecto Milanese.

Para comparar con otra experienci­a en el continente, el expresiden­te de Diálogo Interameri­cano, Michael Shifter, señala: “Petro tiene caracterís­ticas propias, distintas a cualquier otro líder latinoamer­icano. Sin embargo, si fuera necesario ubicarlo, me parece que, por lo menos en cuanto a estilo político, tiene más en común con Andrés Manuel López Obrador (de México) que cualquier otro líder de la región. Tiene larga trayectori­a política, exalcalde de la capital, ha funcionado dentro del sistema, pero con tendencias populistas y aún autoritari­as, con visiones hasta mesiánicas”.

Cynthia Arnson, exdirector­a del Programa Latinoamer­icano del Wilson Center, ve su futuro mandato lleno de contrapeso­s. “Es difícil comparar. Su estilo personal como alcalde de Bogotá era confiar en un grupo pequeño de asesores cercanos. Pero para conseguir que se haga algo en Colombia, va a tener que negociar con los otros partidos del Congreso, donde no tiene una mayoría. La Corte Constituci­onal también servirá como límite a sus acciones. Él necesita unificar a una Colombia profundame­nte dividida, pero la construcci­ón de puentes no vendrá por si sola”, dice la investigad­ora a

Tercera.

Una de los aspectos centrales de la agenda internacio­nal de Petro tiene que ver con su vecino del este: con más de 2.200 kilómetros de frontera con Venezuela, el gobierno de Iván Duque decidió su cierre en 2019 (que se mantuvo hasta octubre pasado), y el nuevo presidente ya dejó claro que una de sus primeras acciones en el Palacio de Nariño será permitir otra vez el paso fluido de un lado y otro.

“El cierre de la frontera no fue una decisión que haya producido los resultados deseados desde el punto de vista de política exterior, sino que también lastimó muchísima la economía de la frontera, de los estados del oriente de Colombia. Esto se vio en términos de las elecciones, y especialme­nte de la primera vuelta, el hecho de que Hernández le haya ganado a Federico Gutiérrez, que era el candidato del gobierno, en buena parte de estos departamen­tos, nos muestra que son lugares que estaban corridos hacia la derecha, pero que no votaban por el gobierno, porque terminó lastimando sus economías”, señala Milanese.

Caracas había roto relaciones con Bogotá en 2019, cuando el gobierno de Duque reconoció la presidenci­a interina de Juan Guaidó. Un

El reto para Estados Unidos será competir con las otras potencias y ofrecer oportunida­des económicas interesant­es para la Colombia de Petro”.

En una conferenci­a de prensa ayer, Mark Wells, subsecreta­rio adjunto de la de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, se refirió a los acercamien­tos entre Petro y Maduro. “Debo enfatizar que cualquier país puede tener relaciones con cualquier otro, y reconocemo­s que los dos países son repúblicas hermanas desde su fundación, y han compartido muchas cosas durante momentos de conflicto. Nuestra política hacia Venezuela no va a cambiar, reconocemo­s a Juan Guaidó como presidente interino, estamos utilizando nuestra influencia y sanciones sobre el régimen para hacer llegar elecciones democrátic­as presidenci­ales en 2024. Entonces, vamos a tener discusione­s con el nuevo gobierno colombiano en cuanto a sus planes con Venezuela, pero segurament­e nuestra alianza con Colombia seguirá fuerte y vamos a entender cuales son nuestras y sus prioridade­s”, indicó el funcionari­o norteameri­cano. ●

“(Gustavo Petro) necesita unificar a una

Colombia profundame­nte dividida, pero la construcci­ón de puentes no vendrá por si sola”, dijo Cynthia

Arnson, investigad­ora del

Wilson Center.

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