CATÁSTROFE EDUCATIVA, PRIORIDAD NACIONAL
SEÑOR DIRECTOR:
Nuevas estadísticas educativas muestran los devastadores efectos de la pandemia. La deserción entre 2021 y 2022 alcanzó a 50.529 estudiantes, subiendo un 24% respecto del 2019. Las tasas de asistencia diaria a jardines, escuelas y liceos alcanzan solo 83%, 5,3 puntos porcentuales menos que el 2019. El cuadro completo de la catástrofe educativa lo tendremos con los resultados del Simce, que reflejarán los bajos aprendizajes que nuestros estudiantes han podido alcanzar.
Estas alarmantes estadísticas de abandono y ausentismo escolar debieran motivar una respuesta de envergadura de parte del gobierno y la comunidad nacional. Se está en presencia de una violación flagrante del derecho a la educación para miles de niños, niñas y adolescentes que tendrá consecuencias no solo para ellos mismos, sino que para la sociedad chilena en su conjunto y sus posibilidades de desarrollo humano.
La urgente acción pública frente a esta catástrofe debiera al menos tener los siguientes ejes: a) comunicar que es la prioridad actual, allegando recursos humanos y materiales significativos para enfrentarla; b) aprender de experiencias de escuelas y sostenedores que sí han logrado mitigar la deserción y el ausentismo; c) disponer herramientas que permitan a las comunidades educativas ser más eficaces en su acción (p. ej., sistemas de alerta temprana de estudiantes en riesgo, tutorías de apoyo individualizado, programas de revinculación); d) fijar metas a alcanzar durante los años 2023 y 2024, que sean comunicadas y monitoreadas; y d) convocar a todas las organizaciones educacionales, públicas y privadas, a unirse y movilizarse detrás de esta tarea nacional.
José Weinstein
Director Programa de Liderazgo Educativo UDP