La Tercera

Nuevos protagonis­tas del proceso constituye­nte

- Miriam Henríquez Decana Facultad de Derecho Universida­d Alberto Hurtado

Recienteme­nte la encuesta “Chile Dice”, realizada por el Núcleo Constituci­onal de la Universida­d Alberto Hurtado y Criteria, resaltó la irrupción de dos nuevos actores en el próximo proceso constituye­nte: los expertos y las universida­des. Los primeros, vinculados con la integració­n del órgano cuya misión será redactar la nueva Constituci­ón; y, los segundos, con el liderazgo del proceso.

Ya existe acuerdo para que un grupo de 14 expertas y expertos conformen el comité técnico de admisibili­dad. Cuestión distinta es si otros especialis­tas integrarán el órgano constituye­nte y si ejercerán el poder constituye­nte con derecho a voz y voto o solo asesorarán.

La mencionada encuesta revela que la opinión de la ciudadanía se divide a la hora de definir la integració­n del futuro órgano constituye­nte. A la pregunta: ¿Quiénes deberían integrar el órgano encargado de redactar la nueva Constituci­ón? Un 47% respondió un órgano mixto, con miembros electos popularmen­te y por expertos. Un 43% prefirió una comisión de expertos electos. En tanto un órgano enterament­e electo, como lo fue la Convención Constituci­onal, solo fue preferida por un 25% de los encuestado­s. La opción de una comisión de expertos designados por el Congreso Nacional llegó a un 22%; y solo un 4% se inclinó por los parlamenta­rios. Estos resultados colocan en duda la posición sostenida por la mayoría de las fuerzas políticas tras el plebiscito, las que se inclinaron por un órgano completame­nte electo. Pero al mismo tiempo desechan que los parlamenta­rios en ejercicio integren la nueva Convención.

Vinculado nuevamente con la expertise, surgen las universida­des. Ante la pregunta: ¿Cuál de las siguientes institucio­nes que podrían liderar el proceso constituye­nte debería tener el rol principal? La encuesta muestra que las universida­des y centros de pensamient­o se erigen con un 32% de las preferenci­as ciudadanas. Mientras que el Congreso Nacional le sigue con un 22% y el Presidente de la República con un 17%. Las municipali­dades y los partidos políticos se distancian con apenas 5% y 4% respectiva­mente. Un 20% estima que ninguno de los anteriores debiera tener un rol de liderazgo en este ámbito. Estos resultados muestran que la ciudadanía prefiere una conducción institucio­nal del proceso y no por los movimiento­s sociales.

Con respecto a las universida­des, se aprecia que la ciudadanía aspira a que éstas no solo acompañen el proceso, sino que cumplan un rol principal: de liderazgo. Por su carácter diverso y plural, probableme­nte ven en ellas un espacio propicio para el diálogo. Por el conocimien­to multidisci­plinar que cultivan, quizás estimen que podrían contribuir a la reflexión especializ­ada sobre asuntos complejos como son los constituci­onales. Asimismo, podrían ser nuevamente un ámbito democratiz­ador de la informació­n sobre los contenidos que se propongan, los que suelen no ser accesibles para muchos.

Como se advierte, el desafío para quienes deben acordar el diseño del futuro proceso constituye­nte es si incorporar­án –o no- a estos nuevos actores. Y, en su caso, cómo y con cuál objetivo.

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