Cartas al Director
EL CÁNCER NO IMPORTA
SEÑOR DIRECTOR:
El cáncer es actualmente la primera causa de muerte en Chile. Setenta y dos personas mueren cada día producto de esta enfermedad, tres decesos cada hora. Pese a esta terrible realidad, el tema no es prioridad, excepto para los pacientes, sus familias y los equipos de salud que a lo largo de Chile hacen su mejor esfuerzo con lo poco que tienen.
Este jueves visité el servicio oncológico del Hospital Carlos Van Buren de Valparaíso, donde conocí a un equipo joven, entusiasta y lleno de amor por su trabajo, que funciona en un pequeño edificio donde se atiende a todos los pacientes de las regiones de Valparaíso y Coquimbo. En algunos boxes atienden en camillas ginecológicas porque no hay otras, y en pacientes paliativos manejan una lista de espera de 500 personas, que aún no han sido vistos por un especialista.
Se trata tan solo de un ejemplo de la realidad del cáncer en Chile, donde luego del Covid estamos viviendo un apande mi aoncológicaqu ese refleja en las listas de espera. Los datos son elocuentes: Si en el tercer trimestre de 2021 las garantías GES retrasadas en cáncer cervicouterino eran de 2.277 casos, en el tercer trimestre de este año eran 4.795 casos (incremento de 110,58%). En el mismo período, en cáncer de mama se pasó de 1.598 casos a 2.617 (incremento de 63,77%). En cáncer gástrico se aumentó de 959 a 2.180 casos (incremento de 127,32%). Podría seguir, pero creo que ha quedado claro el punto.
Con nuestra Ley Nacional del Cáncer la sociedad civil demostró su capacidad de aporte y movilización, sin embargo, si bien se ha avanzado en la implementación de algunos aspectos de la ley, aún no contamos con el Registro Nacional ahí mandatado, ni tampoco con el Reglamento del Fondo que ya debería estar implementado.
Pese a toda la evidencia y buenas intenciones, a diferencia del Covid, en cáncer la urgencia no existe. Será labor de la sociedad civil levantarse nuevamente para que el cáncer sea de verdad una prioridad.
Carolina Goic Directora Ejecutiva Fundación Foro Nacional del Cáncer Autora de la Ley Nacional del Cáncer
SOBRE LA LEGITIMIDAD DE LA INSTANCIA CONSTITUYENTE
SEÑOR DIRECTOR:
Aparentemente la coyuntura constitucional ha salido de la discusión ciudadana, sin embargo, conscientes de la necesidad de actualizar el diseño institucional que nos rige, las fuerzas políticas con una relativa regularidad han mantenido espacios de conversación, los que permitieron definir las denominadas Bases Constitucionales que establecen contenidos mínimos y morigeran propuestas refundacionales o extremas a plasmarse en una nueva Carta, e igualmente posibilitaron concordar el establecimiento de un Comité Técnico de Admisibilidad que asegure que las iniciativas que se formulen no vulnerarán dichas Bases. Las tratativas se encuentran detenidas en lo que respecta a quienes redactarán el texto constitucional que se proponga y cómo serán elegidos.
Si bien también existe consenso en que los especialistas o técnicos deben jugar un rol y tener una mayor incidencia en la propuesta constitucional que se elabore, la configuración de la instancia constituyente, a mi juicio, para que cuente con la debida legitimidad democrática, solo puede tener dos vías de generación; la primera es que sea un órgano, Comité o Consejo totalmente electo por la ciudadanía conformado por un número que no supere los 80 integrantes de carácter paritario y con integración de pueblos originaros de manera proporcional. La segunda, es que la elaboración de una nueva Carta Política para el país sea asumida por el Congreso Nacional, el que tiene plenas facultades para ello, propuesta que debe ser ratificada mediante voto obligatorio. Esta última opción representaría una oportunidad para contribuir a recuperar la confianza hacia el rol de las instituciones y seguiría la tradición constitucional, no solo chilena, sino también comparada, donde la mayoría de los textos constitucionales vigentes han sido elaborados y propuestos por la instancia legislativa formal o lo que la doctrina ha denominado el constituyente derivado.
Emilio Oñate Vera Decano Facultad de Derecho y Humanidades UCEN
FAKE NEWS
SEÑOR DIRECTOR:
Sesenta y seis diputados creen que la censura a las autoridades públicas por difundir “noticias falsas” o “fake news” es el mejor medio para proteger el derecho a la información y a la democracia en procesos políticos y eleccionarios. ¿Será que estos sesenta y seis diputados saben cuál es la “Verdad”?
Si es así, no deberían tener miedo a denunciar las supuestas falsedades y esperar que la confrontación de ideas y hechos sean bien recogidas por la opinión pública y no terminen afectando sus intereses políticos. Si no lo es, ¡adelante! Intentar acallar a quienes disienten tal vez es la única forma que tengan de ganar la batalla… pero que no utilicen la defensa a la democracia y otros discursos rimbombantes como justificación, pues precisamente será ésta la sacrificada. El riesgo a que se esté pavimentando el camino a líderes totalitarios que podrán silenciar, bajo una capa de legitimidad, a los nuevos “herejes”, será demasiado alto.
María Trinidad Schleyer Libertad y Desarrollo
LA PEOR DE LAS VIOLENCIAS CONTRA LA MUJER
SEÑOR DIRECTOR:
Hay tantas violencias distintas contra la mujer, pero no hay ninguna más feroz que la pobreza, porque involucra todas las demás.
De esas y otras vulneraciones que se recuerdan en el Día Internacional para eliminar la violencia contra la mujer, como directora de operación social territorial del Hogar de Cristo conozco más de las que quisiera.
No existe manifestación más cruda de la pobreza que la vida en la calle. Y en el caso de las mujeres, esa realidad se amplifica en materia de vulneraciones, porque ser pobre, no contar con un techo, tener problemas de consumo, no saber leer ni escribir o venir de un país aún más pobre y ser mujer es lo que los estudiosos llaman “interseccionalidad”. Una suma de condiciones que profundizan la desigualdad y la violencia.
Porque la violencia contra la mujer no es solo el golpe que le propina su pareja, o un agarrón en la micro, o la manipulación de un explotador sexual, es sobre todo la pobreza. Viene de cerca la recomendación, pero invito a leer el estudio “Ser niña en una residencia de protección en Chile”, que Hogar de Cristo publicó en 2021, porque describe a la perfección de qué hablo.
Solange Veloso Hogar de Cristo
EQUIDAD DE PAPEL
SEÑOR DIRECTOR:
Parece extraño y hasta tedioso que cada año se deba volver a hablar de la violencia contra la mujer y la evidente necesidad de eliminarla. Existiendo un abanico de normas punitivas para proteger a las mujeres, el cometido no se logra :¿ por qué? ¿Por qué la violencia no afloja y la vía punitiva parece no arrojar los resultados esperados? La respuesta es que la vía efectiva es menos visible, políticamente menos rentable, pero más eficiente en el mediano y largo plazo.
La violencia contra las mujeres es un problema cultural, no penal. Evidentemente hay que castigar, pero eso no implica aflojar las medidas en otras vías. La respuesta punitiva ha creado la falsa sensación de que la tarea está cumplida, pero Chile no tiene un plan educativo para niños y niñas que ponga énfasis en equidad de género. No sirve tener igual número de académicas y académicos universitarios, si a ellas se les exige igual producción científica tras partos, pre y postnatales e infinitas noches sin dormir. El dicho: “las mujeres deben trabajar como si no tuvieran hijos y tener hijos como si no trabajaran” parece hoy más real que nunca.
En Chile, aún se ofrece perforar las orejas de recién nacidas en clínicas de manera no solo normalizada, sino fomentada culturalmente. Estos detalles son relevantes: marcan la diferencia entre una mera equidad de papel y una realidad social. No importa cuán duras sean las medidas punitivas, sin cambios culturales la inferioridad social percibida de las mujeres, lamentablemente, no va a aflojar. Tampoco la violencia contra la mujer.
Alejandra Castillo Ara Directora Departamento de Derecho Penal UDP
TITANIC EDUCACIONAL
SEÑOR DIRECTOR:
Los dramáticos datos que sobre educación postpandemia se han dado a conocer en las últimas semanas me han hecho recordar al Titanic. Los adjetivos abundan: crisis, catástrofe, generación perdida, etc. Pareciera que las autoridades siguen en la fiesta, mientras el barco se hunde.
Propuestas existen, pero todas pasan por enfrentar el problema y hacer la tarea, con programas focalizados y recursos frescos, sin burocracia excesiva ni sesgo ideológico.
Hasta ahora hemos visto al Ministerio de Educación preocupado de temas tangenciales, pero no del fondo: hemos vivido dos jornada s por la educación nos exista, pero ninguna por el aprendizaje; hemos visto preocupación por eliminar la evaluación docente, pero no por recuperar la autoridad de los profesores; por restringir el Simce y las horas de libre disposición, pero nada de la crisis de la sala de clases.
El desafío es complejo y multifactorial, qué duda cabe, y gran parte de la tripulación está dispuesta a hacer todos los esfuerzos necesarios. Pero para ellos necesitamos un capitán que tome el timón, dé las órdenes correctas y salve la nave con todos sus pasajeros a bordo.
José Luis Velasco Presidente de la Asociación de Educadores de Chile A.G.