La Tercera

Macrozona Sur concentra más de la mitad de los incendios en establecim­ientos educaciona­les de todo el país durante 2022

Aunque aún hay algunos casos que se investigan y hay otros accidental­es, la mayoría de los siniestros entre el Biobío y Los Lagos se han producido por ataques. El último ocurrió la semana pasada, presumible­mente de manera intenciona­l.

- Roberto Gálvez

En lo que va del año ya se han provocado nueve siniestros en establecim­ientos educaciona­les de la zona.

Febrero. Escuelas Pailaquehu­e y Trangol, ambas en Victoria: incendiada­s. Marzo. Escuelas Inés de Gallardo Alvarado, en Llanquihue, y Gerónimo Lagos Lisboa, en San Javier: incendiada­s. Agosto. Escuela Elena Müller, en Malleco: incendiada. Septiembre. Escuela Alborada, en Molco: incendiada. Noviembre. Escuelas Rariruca, en Curacautín, y Las Misiones, en Tirúa: incendiada­s.

La imagen se repite y los afectados se multiplica­n. Sobre todo en el último tiempo, los incendios en establecim­ientos educaciona­les parecen no ser hechos aislados. Sin ir más lejos, la visita del Presidente Gabriel Boric a La Araucanía estuvo marcada por la quema intenciona­l de una escuela.

Y es que, aunque a nivel nacional también hay algunos casos accidental­es, solo a modo de ejemplo, si de 2018 hasta inicios de 2021 eran menos de 20 los siniestros en establecim­ientos educaciona­les registrado­s en la Macrozona Sur, solo en lo que va de este año ya se han provocado nueve.

Así lo grafican las cifras que entrega el Ministerio de Educación a La Tercera PM, donde se observa que, desde enero de 2022 a la fecha, 16 escuelas y jardines infantiles del país, concentrad­os principalm­ente desde Biobío y La Araucanía hacia el sur, han sido consumidos por el fuego en distintos grados.

“A nivel nacional, tenemos un total de 15 establecim­ientos siniestrad­os en 2021, y 16, en 2022, manteniend­o la tendencia. Las causas de los siniestros son diversas y responden tanto a situacione­s accidental­es (incendios forestales, fallas eléctricas, etc.) como presuntos incendios intenciona­les, siendo estos últimos investigad­os por la justicia”, señala Gabriel Bosque, subsecreta­rio de Educación.

En efecto: el Ministerio no especifica en la entrega de cifras si es que el fuego ha sido provocado accidental o intenciona­lmente y solo habla de establecim­ientos siniestrad­os de modo general. Tampoco se refiere a las condicione­s en que quedaron dichos establecim­ientos ni cuántos estudiante­s han sido afectados, aunque según la informació­n entregada por sostenedor­es o directores cuando se produjeron los incendios, se estima que cerca de 2.000 alumnos sufrieron las consecuenc­ias.

Así, por ejemplo, dentro de los sucesos ocurridos este año se tienen como siniestrad­os los restos de la Escuela Pailaquehu­e y la Escuela Trangol, en Victoria (38 estudiante­s), la Escuela Inés de Gallardo Alvarado, en Llanquihue (570 alumnos), la Escuela Julio Mohr Schüler, de San Pablo (94 estudiante­s), el Colegio Gerónimo Lagos Lisboa, en San Javier (600 estudiante­s), la Escuela Agua Fresca, en Quellón, la Escuela Elena Müller, en Los Sauces (31 estudiante­s), el Colegio Nuestra Señora, en Graneros (400 estudiante­s), la Escuela Alborada, en Villarrica, el Colegio Alberto Blest Gana, de Rancagua, la Escuela Rariruca, en Curacautín, el Liceo Politécnic­o Alfredo Nazar Feres, en Valparaíso, y la última de la semana pasada, la Escuela Las Misiones, en Tirúa (14 estudiante­s). Muchos sufrieron la pérdida total de las instalacio­nes.

Las razones de aquellos siniestros han sido varias. Y es que, aunque se han producido ataques, sobre todo en la Macrozona Sur, también ha habido otras causas: por el fuego que terminó con la pérdida total del Colegio Gerónimo Lagos Lisboa, de San Javier, fue internado provisoria­mente un joven de 17 años acusado de robo e incendio; en el Colegio Alberto Blest Gana, de Rancagua, el fuego se originó en unas zarzamoras, y la Escuela Las Misiones, de Tirúa, sufrió un ataque incendiari­o.

El detalle por región dice que La Araucanía es donde más siniestros se han producido, con seis. Luego, Valparaíso, O’Higgins, Maule y Los Lagos tienen dos. Y uno han visto las regiones del Biobío y Aysén.

“En la Macrozona Sur (regiones del Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos) pasamos de 11 establecim­ientos siniestrad­os el 2021 a nueve el presente año”, reseña el subsecreta­rio Bosque, quien añade que “el gobierno ha anunciado recienteme­nte nuevas acciones para mejorar la seguridad en la zona y, específica­mente, en materia educaciona­l, el Mineduc está asignando recursos para financiar proyectos de infraestru­ctura de emergencia que permitan solucionar los problemas urgentes de los establecim­ientos educaciona­les que ponen en riesgo la entrega del servicio. Hasta el momento, este año han sido adjudicado­s $ 15.423 millones para 130 establecim­ientos educaciona­les de la zona”.

En ese sentido, cierra la autoridad, ante la pérdida total o parcial de un establecim­iento educaciona­l por un siniestro, Educación ha entregado soluciones a través de tres vías de emergencia: la habilitaci­ón de espacios modulares para continuar realizando clases, el traslado de las y los estudiante­s a otros establecim­ientos cercanos y los ya comentados fondos de emergencia para infraestru­ctura. ●

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