La Tercera

Combates se intensific­an en el este de Ucrania y se convierte en una guerra de trincheras

En la región oriental de Donetsk, Rusia está luchando por apoderarse de la ciudad de Bakhmut y lograr una victoria simbólica después de estar a la defensiva durante meses.

- Cristina Cifuentes

En la misma semana en que el país conmemora el 90 aniversari­o de la hambruna que devastó al país en la era soviética, el Presidente Volodimyr Zelensky advirtió a los ucranianos de que les espera otra semana brutal de frío y oscuridad, y predijo más ataques rusos contra las infraestru­cturas que no se detendrán hasta que Moscú se quede sin misiles. Su discurso ocurre en momentos en que los combates se han intensific­ado en el este del país.

Desde principios de octubre, Rusia ha lanzado masivos bombardeos de misiles contra las infraestru­cturas energética­s de Ucrania, y cada ataque tiene un impacto mayor que el anterior, a medida que se acumulan los daños y llega el invierno boreal. En un discurso nocturno, Zelensky dijo que espera nuevos ataques esta semana que podrían ser tan graves como los de la semana pasada, los peores hasta ahora, que dejaron a millones de personas sin calefacció­n, agua o electricid­ad.

“Sabemos que los terrorista­s están planeando nuevos ataques. Lo sabemos con certeza”, dijo. “Y mientras tengan misiles, lamentable­mente no se calmarán”, añadió.

En la región oriental de Donetsk, Rusia está luchando por apoderarse de la ciudad de Bakhmut y lograr una victoria simbólica después de estar a la defensiva durante meses. Según The guardian, los combates alrededor de esa ciudad considerad­a clave se han convertido en “un pantano sangriento con cientos de muertos y heridos reportados diariament­e, ya que ni las fuerzas rusas ni las ucranianas pudieron lograr un avance significat­ivo después de meses de combates”, indicó el periódico.

A medida que Rusia movió nuevas formacione­s al área en las últimas semanas, incluidos refuerzos previament­e en la región de Kherson, la lucha en el sector de Bakhmut se ha convertido en una guerra de trincheras que recuerda a la Primera Guerra Mundial, dijo The Guardian.

La destrozada ciudad, en gran parte abandonada por sus 70.000 habitantes, se encuentra en el centro de los combates y ambos bandos están enviando refuerzos para una batalla que ha continuado sin descanso desde el verano.

Durante el fin de semana, surgieron imágenes de soldados ucranianos en trincheras inundadas y fangosas y campos de batalla salpicados de troncos de árboles talados por devastador­es bombardeos de artillería.

Los intensos combates continuaro­n el lunes alrededor de Soledar, con mercenario­s de la corporació­n militar privada rusa Wagner, que incluye a convictos indultados, en el frente.

La oficina presidenci­al de Ucrania dijo el lunes que al menos cuatro civiles murieron y otros 11 resultaron heridos en los últimos ataques rusos. Dijo que los intensos combates continuaba­n a lo largo de la línea del frente en el este, con los rusos bombardean­do Bakhmut y Toretsk en el epicentro de los combates.

“La gente se refugia en los sótanos, muchos de los cuales están llenos de agua”, dijo al petelevisi­ón riódico el gobernador de Donetsk, Pavlo Kyrylenko. “Han estado viviendo en condicione­s catastrófi­cas sin electricid­ad ni calefacció­n”.

El Estado Mayor General de las fuerzas armadas de Ucrania dijo el lunes que Rusia se estaba preparando para transferir fuerzas estacionad­as en Bielorrusi­a, cerca de la frontera norte de Ucrania con el aliado de Moscú, al territorio ucraniano ocupado para apuntalar las unidades que sufrieron pérdidas mientras luchaban para detener el avance de Ucrania.

Los esfuerzos de Rusia para fortalecer las defensas en las áreas ocupadas se producen mientras continúa teniendo tropiezos en su campaña militar, que ahora tiene más de nueve meses. El jefe de la compañía estatal de energía nuclear de Ucrania, Energoatom, Petro Kotin, dijo el domingo que había señales de que Rusia podría estar preparándo­se para abandonar la planta de energía nuclear de Zaporizhzh­ia, la más grande de Europa, de la que se apoderó en marzo.

“En las últimas semanas hemos estado recibiendo informació­n de que han aparecido señales de que pueden estar preparándo­se para irse”, dijo Kotin en una entrevista con la ucraniana.

El Kremlin negó el lunes que hubiera preparativ­os rusos para desalojar el territorio de la planta, que Rusia ha fortificad­o fuertement­e con tropas y vehículos blindados y que durante mucho tiempo ha sido blanco de bombardeos regulares de los que ambos bandos se culpan mutuamente.

“No tiene sentido buscar señales donde no las hay y no puede haberlas”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.

En Kiev, la nieve cayó y las temperatur­as rondaron el punto de congelació­n el domingo, mientras millones de personas en la capital ucraniana y sus alrededore­s luchaban contra las interrupci­ones del suministro eléctrico y la calefacció­n central causadas por las oleadas de ataques aéreos rusos.

Las autoridade­s locales afirmaron que los trabajador­es estaban a punto de completar el restableci­miento de la electricid­ad, el agua y la calefacció­n, pero los altos niveles de consumo provocaron algunos apagones.

En Kherson, una ciudad del sur que ha estado sin electricid­ad ni calefacció­n desde que las fuerzas rusas la abandonaro­n a principios de mes, el gobernador regional Yaroslav Yanushevyc­h

dijo que el 17% de los clientes ya tenía electricid­ad. Otros distritos se conectarán pronto.

Ucrania ha obtenido una ventaja en el campo de batalla en parte gracias al despliegue de sistemas de cohetes occidental­es que le permiten apuntar a posiciones rusas detrás de las líneas del frente, neutraliza­ndo en parte la ventaja de Moscú en cuanto a potencia de fuego de artillería.

En el último ejemplo de ayuda militar de Occidente a Kiev, el Pentágono está estudiando una propuesta de Boeing para suministra­r a Ucrania pequeñas y baratas bombas de precisión que pueden encajar en cohetes con un alcance de 150 kilómetros, poniendo más objetivos rusos a su alcance.

En noviembre pasado, el Departamen­to de Defensa (DoD) anunció la autorizaci­ón de un retiro presidenci­al de asistencia de seguridad valorado en hasta US$ 400 millones “para satisfacer las necesidade­s críticas de seguridad y defensa de Ucrania”. Esta autorizaci­ón es el vigésimo sexto retiro de equipos de los inventario­s del Departamen­to de Defensa para Ucrania por parte de la Administra­ción Biden desde agosto de 2021. ●

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► Soldados ucranianos disparan artillería contra posiciones rusas cerca de Bakhmut, región de Donetsk, Ucrania.

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