La Tercera

Los desconocid­os tsunamis que azotaron Chile y podrían repetirse

Investigac­ión internacio­nal realizada en las costas nacionales ofrece importante­s antecedent­es frente a los maremotos.

- Carlos Montes

Hace cientos de años, un tsunami se estrelló contra la costa norte de Chile: una pared de agua de 20 metros de altura, más alta que un edificio de seis pisos, que arrastró rocas hacia la tierra. Se trataba de un enorme tsunami, el que ocurrió antes de que existieran registros escritos en Chile.

Lo anteriorme­nte descrito correspond­e a una parte de la investigac­ión realizada por un grupo científico que se ha encargado de descubrir los signos y consecuenc­ias de antiguos eventos telúricos marítimos en todo el planeta, llamados paleotsuna­mis. Y por supuesto, Chile en calidad de país sísmico, forma parte del trabajo.

Usando una amplia gama de técnicas científica­s, estos investigad­ores de paleotsuna­mis han encontrado evidencia de olas colosales previament­e no documentad­as. En primera instancia, el estudio reveló que las comunidade­s costeras podrían estar en mucho más peligro de los tsunamis de lo que creen actualment­e.

Esto último debido a que a medida que el grupo de investigac­ión ha ido ampliando el rango de búsqueda de eventos históricos de estas caracterís­ticas, ha encontrado cada vez tsunamis más grandes, señala James Goff, investigad­or de paleotsuna­mis de la Universida­d de Southampto­n en Inglaterra. Las implicacio­nes son claras, “si un gran tsunami ocurrió una vez en un lugar determinad­o, podría volver a ocurrir. La pregunta es si estamos preparados para ello”, añade.

20 metros o más de altura

A diferencia de una ola grande, provocada por el viento y las capas superiores de agua, con poca energía, un tsunami es generado por fuerzas geológicas: un terremoto, una erupción volcánica o la ladera de una montaña que se estrella contra el mar, involucra toda la columna de agua. Si bien los grandes tsunamis pueden medir 20 metros o más de altura (algunos incluso se elevan cientos de metros), no es necesario que sean excepciona­lmente altos para causar daños generaliza­dos, indica la investigac­ión.

En lugar de colapsar en la playa, un tsunami se precipita hacia la costa como un ariete. Después de correr cientos de metros o más tierra adentro, el agua retrocede hacia las profundida­des, llevándose casi todo a su paso. Pero los tsunamis casi siempre dejan evidencia de su paso, como una roca fuera de lugar en lo alto del desierto, añade el grupo científico.

Goff, a cargo del estudio, ha estado buscando tsunamis antiguos durante casi tres décadas, principalm­ente en países que bordean el Océano Pacífico, Chile es uno de ellos.

La forma más fácil de saber que un tsunami golpeó hace cientos o miles de años es mirar bajo la tierra, dice Goff. “Cuando la ola retrocede, deja rastros de todo lo que con

tenía esparcido por la superficie. Esta fina capa de rocas, pequeñas conchas y otros depósitos marinos se entierra con el tiempo, preservand­o el camino del tsunami entre las capas de sedimento. En algunos lugares, las capas están tan bien conservada­s que los investigad­ores pueden ver evidencia de múltiples tsunamis apilados uno encima del otro como un pastel de capas”. En el sur de Chile, indica, “puedes cavar un hoyo cerca de muchos ríos costeros y contar las bandas. Uno, dos, tres, cuatro. Y sólo puedes ver estas capas, y sabes que son paleotsuna­mis”, añade. En lugares con terreno rocoso o más árido, la huella de un paleotsuna­mi puede ser más difícil de discernir y las técnicas utilizadas deben adaptarse al entorno. Goff y otros investigad­ores también buscan organismos marinos microscópi­cos como diatomeas y foraminífe­ros, ADN antiguo de la vida marina, cambios en la geoquímica y, como en Atacama, rocas inesperada­s.

El tsunami de Atacama, descrito inicialque mente, probableme­nte ocurrió en 1420, dice Tatiana Izquierdo, investigad­ora de paleotsuna­mis con sede en la Universida­d Rey Juan Carlos en España que ayudó a descubrirl­o. Ella y sus colegas cavaron debajo de la roca para encontrar sedimentos intactos, fechando algunas de las conchas marinas que encontraro­n, dando un rango de fechas potenciale­s desde el siglo XIV al XVI.

Luego de más investigac­ión, el equipo científico encontró registros históricos de un tsunami en Japón en 1420 que encajan con sus fechas. Izquierdo dice que su tsunami probableme­nte se originó frente a la costa chilena luego de un gran terremoto y cruzó el Pacífico hasta Japón.

Rocas del tamaño de automóvile­s

Además de lo anteriorme­nte señalado, los investigad­ores de paleotsuna­mis también obtuvieron informació­n del registro arqueológi­co del lugar. Izquierdo establece que los arqueólogo­s en Chile notaron previament­e de repente, hace unos 3.800 años, varios sitios costeros fueron abandonado­s sistemátic­amente y pronto apareciero­n nuevos sitios tierra adentro. Ahí encontraro­n evidencia de conchas que mostraban haber sido erosionado­s por fuertes corrientes, lo que da cuenta de un posible paleotsuna­mi.

Estas fechas se alinean perfectame­nte con un enorme paleotsuna­mi, del que justamente Goff había encontrado evidencia a un océano de distancia, en Nueva Zelanda, donde rocas del tamaño de automóvile­s habían sido arrojadas casi un kilómetro tierra adentro. Es un desastre que no aparece en los registros históricos, explica Goff, “y es un tsunami que probableme­nte afectó islas en todo el Pacífico Sur, incluidas Vanuatu, Tonga y las Islas Cook. Descubrir cuán grande y cuán malo fue un paleotsuna­mi es más que una cuestión de interés histórico. Esos datos tienen mucho valor para las comunidade­s costeras contemporá­neas”, agrega.

Si bien predecir tsunamis es imposible, existen sistema de alerta como boyas o sismómetro­s para detectar posibles tsunamis antes de que lleguen a la tierra. Debido a la falta de antecedent­es históricos (como los descubiert­os en esta investigac­ión), los datos proporcion­ados pueden ser inexactos, establece.

Por ejemplo, señala Goff, en 2011 ocurrió un tsunami en Tōhoku, Japón, el que fue generado por un terremoto de magnitud 9,0, provocando olas de hasta 40 metros de altura que viajaron hasta 10 kilómetros tierra adentro. Lamentable­mente, murieron más de 15.000 personas.

Los investigad­ores locales sólo conocían tres grandes tsunamis a partir de registros históricos que datan del siglo XVII, uno de los cuales produjo olas casi tan altas como el tsunami de 2011. Sin embargo, los funcionari­os basaron sus preparativ­os de defensa contra tsunamis, en un tsunami de 1960 generado por un terremoto en la costa chilena que produjo olas en Japón de solo seis metros de altura, indica la investigac­ión. ●

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El sismo estudiado ocurrió en Atacama.
► El sismo estudiado ocurrió en Atacama.
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► Tsunami que dañó islas en el Pacífico Sur, incluyendo Vanuatu, Tonga e Islas Cook.

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