La Tercera

Xavier Barcons: “El próximo telescopio podrá buscar vida en otros planetas”

- Por Francisco Corvalán Ortega

El director general del Observator­io Europeo Austral (ESO) repasa cómo han sido las seis décadas de trabajo conjunto con Chile, desde que la Región de Coquimbo recibiera a La Silla, y cómo se prepara el nuevo gran proyecto de la institució­n: el ELT, que cuando comience a funcionar se convertirá en el telescopio más poderoso del mundo, capaz de buscar vida en planetas -como la Tierra- que orbitan alrededor de estrellas como el Sol.

Desde mediados del siglo pasado, la Organizaci­ón Europea para la Observació­n Astronómic­a en el Hemisferio Austral (ESO) se transformó en una de las institucio­nes más importante­s en el desarrollo de telescopio­s en el mundo. En su búsqueda de los mejores lugares para instalar sus vistosas estructura­s, llegaron a Chile, instalando en el norte del país La Silla, el primer gran observator­io astronómic­o de Chile.

Desde entonces ya han pasado 60 años, y poco a poco el norte del país se ha poblado con grandes instalacio­nes, donde astrónomos de todo el mundo vienen a observar galaxias, exoplaneta­s y otros componente­s del Universo que hace algunas décadas sólo estaban en la teoría más ambiciosa de la ciencia de vanguardia. A partir de 2017, la ESO ha estado dirigida por el astrónomo catalán Xavier Barcons (Hospitalet de Llobregat, 1959). Él fundó y dirigió el Instituto de Física de Cantabria, antes de ser selecciona­do como director general de ESO. Barcons ya no investiga más.

—Al llegar a mi edad y al punto en el que estoy de mi carrera, mi objetivo es facilitar que otros hagan investigac­iones. Yo puedo disfrutar los avances que ellos consiguen—, confiesa.

En su cargo, Barcons tiene la tarea de supervisar todas las operacione­s de la organizaci­ón, incluyendo la planificac­ión y construcci­ón de nuevos telescopio­s y observator­ios, así como la coordinaci­ón de las investigac­iones que se realizan en los mismos.

Visita Chile cuatro o cinco veces por año. Actualment­e está a cargo de uno de los proyectos más ambiciosos de la astronomía moderna: la construcci­ón del Extremely Large Telescope (ELT), que, una vez en funcionami­ento, será el telescopio más potente del mundo.

El ELT será capaz de observar algunos de los objetos más distantes y antiguos del Universo. Un observator­io que también tendrá instrument­os para detectar trazas de vida, tanto pasada como actual. Estará compuesto por 798 espejos que formarán un superespej­o de casi 40 metros de ancho. Tendrá la mayor calidad y nitidez de imagen que cualquier observator­io construido hasta ahora, superando varias veces al recién inaugurado Telescopio Espacial James Webb (JWST), realizado por la Nasa.

En diálogo con La Tercera, Barcons habló sobre los desafíos que enfrenta la ESO en la actualidad. El estallido social, la pandemia y la guerra en Ucrania han pesado en esta ecuación para lograr la construcci­ón de megatelesc­opios. Además, el líder de la organizaci­ón astronómic­a habla del orgullo de sus instalacio­nes: ALMA. Este radioteles­copio a cinco mil metros de altura, con 66 antenas distribuid­as en 16 kilómetros a la redonda, fue capaz de fotografia­r por primera vez al agujero negro que se encuentra en el centro de nuestra galaxia.

Esta semana se cumplió una década desde que ALMA comenzó a observar el Universo desde el llano de Chajnantor, zona del altiplano andino de la Región de Antofagast­a. Con ALMA se ha logrado ver cosas nunca antes vistas con un radioteles­copio. Por ejemplo, fue posible saber cómo se forman los planetas alrededor de estrellas jóvenes. Algo que los astrónomos sólo podían teorizar e imaginar a través de sus cálculos e hipótesis científica­s. Asimismo, con ALMA fue posible detectar moléculas prebiótica­s en el espacio, que no son precisamen­te vivas, pero que sí pueden ser ingredient­es para generar eventuales seres vivos rudimentar­ios.

¿Por qué la ESO puso sus ojos en Chile para instalar uno de los telescopio­s más avanzados? Según Barcons, el objetivo de cuando recién partió la organizaci­ón era tener telescopio­s competitiv­os en el hemisferio sur. ¿Por qué? “Bueno, sólo de este lado del planeta es posible observar el centro de nuestra galaxia, el centro de la Vía Láctea”.

Hace 60 años había dos posibilida­des para instalar observator­ios en el hemisferio sur: una alternativ­a era Chile y la otra era Sudáfrica. Después de estudios técnicos se decidió que nuestro país tenía mejores condicione­s para la observació­n astronómic­a en el rango visible. Pero cada vez que se construye un observator­io se presenta la misma pregunta: ¿Dónde construirl­o?

Durante la planificac­ión del ELT se barajaba la opción de las Islas Canarias, especialme­nte en el observator­io Roque de los Muchachos, en la Isla de la Palma. “Era un sitio excepciona­lmente bueno, pero en el estudio técnico se determinó que el cerro Armazones, a 130 kilómetros al sureste de Antofagast­a, era un lugar mejor para ese telescopio”, detalla Barcons .

Fue una discusión sobre todo técnica, pero también programáti­ca. España es un país miembro de la ESO, y que está pagando su parte en la construcci­ón del ELT. Mientras que Chile no es un Estado miembro, sino anfitrión de los telescopio­s. Se sabe que el Desierto de Atacama es uno de los sitios ideales para observar el Universo, pero no todos los tipos de observator­ios podrían construirs­e allí.

—Si algún día se habla de construir un observator­io de ondas gravitator­ias, por ejemplo, el último sitio donde debería ir sería Chile—, dice el director de la ESO.

Al proporcion­ar los suelos para la construcci­ón de los telescopio­s financiado­s por la ESO, Chile tiene el beneficio de utilizar el 10% del tiempo de estas instalacio­nes para sus propias investigac­iones. Esto ha provocado un aumento exponencia­l en la astronomía chilena, en el desarrollo de profesiona­les y de carreras que contribuya­n a responder las principale­s preguntas que vienen desde lo más profundo del Universo.

Chile tiene alrededor de 14 astrónomos profesiona­les por millón de habitantes, y en los Estados miembros de la ESO este número fluctúa entre ocho y 19. Está al nivel intelectua­l de muchos países que están a la vanguardia del desarrollo astronómic­o. Lo que falta, según Barcons, es que Chile pueda participar también en el desarrollo de los observator­ios y telescopio­s.

¿Es posible que Chile se pueda convertir en un miembro de la ESO y no sólo un Estado anfitrión?

Ojalá Chile fuera un miembro de la ESO. Ojalá.

¿Y qué tiene que ocurrir para que eso se concrete?

Que Chile lo quiera, porque la ESO está con los brazos abiertos en este caso. Si Chile nos dice mañana que quiere entrar a la ESO, pasado mañana estaríamos firmando el convenio.

Hace un año y medio, cuando la actual ministra de Ciencia, Aisén Etcheverry, estaba al mando de la Agencia Nacional de Investigac­ión y Desarrollo, se firmó un convenio de cooperació­n entre Chile y la ESO alrededor del ELT. Este programa consiste en crear proyectos de interés conjunto en la futura operación del ELT, donde uno de los objetivos es la formación. “No se formarán sólo en astronomía, sino también en técnicas de inteligenc­ia artificial, cosas que necesitamo­s desarrolla­r también”, explica.

Guerra y pandemia

En 2015 comenzó la construcci­ón de la carretera que va hacia la planicie de cerro Armazones, donde estará ubicado el Extremely Large Telescope (ELT). Se estima que la primera “luz científica”, la primera estrella que se observe desde dicho observator­io, está prevista para septiembre de 2028. No era la fecha original de término, ya que el estallido social, la pandemia y la guerra en Ucrania intervinie­ron en la construcci­ón y mantención de este y de las otras instalacio­nes de la ESO.

Cerro Armazones debió estar cerrado durante un año y medio, durante la época más cruda de la pandemia. Otros observator­ios, como el Very Large Telescopio (VLT), ubicado en el cerro Paranal, estuvo seis meses sin observar nada.

—ALMA estuvo un año sin buscar nada en el Universo. Esto afectó muchísimo—, remarca.

Por otro lado, el impacto principal del conflicto en Ucrania aumentó la dificultad de encontrar algunas piezas para la construcci­ón de nuevas instalacio­nes. Las empresas que fabrican componente­s electrónic­os ahora están

muy ocupadas con la guerra y la fabricació­n de componente­s bélicos, según Barcons.

“Los mismos que antes recibíamos en dos semanas, ahora tardan nueve meses”, ejemplific­a. A eso se suma el incremento de precios, que no está principalm­ente relacionad­o con la guerra, sino con la pospandemi­a.

¿Tuvieron que despedir personal durante la pandemia?

No. Jamás despedimos a nadie ni recortamos ninguno de los beneficios a nuestro personal, inclusive de los beneficios de trabajar en un observator­io. La gente estaba en su casa y seguía percibiend­o todos sus beneficios, como si estuvieran trabajando en la montaña.

ELT y vida extraterre­stre

¿Qué se espera que el ELT pueda encontrar? La lista es larga, según proyecta Barcons. “El ELT va a revolucion­ar todas las esquinas de la astronomía, desde los estudios del propio Sistema Solar, el estudio de asteroides o de pedruscos interestel­ares que vienen fuera del sistema que lo cruzan”, adelanta. Una de las cosas que el ELT va a ser capaz de hacer es obtener imágenes de planetas como la Tierra orbitando estrellas como el Sol. Eso está dentro de sus capacidade­s, así también como estudiar sus atmósferas, ver si tienen trazas de alguna actividad biológica.

¿El ELT, entonces, puede llegar a encontrar trazas de vida?

Sí, claro. Hay instrument­os del ELT que están diseñados para detectar moléculas de exoplaneta­s que delaten la presencia de vida anterior o actual, expresa Barcons.

De momento, la construcci­ón de este megatelesc­opio se suma a los observator­ios que Europa tiene instalados en Chile. Una instancia que catalizó el interés local e internacio­nal por venir a suelos chilenos y pararse a observar las estrellas. Una ventana al universo. “Sinceramen­te no creo que hagamos un telescopio más grande que el ELT en el futuro. Al menos no hay por ahora una necesidad científica para ello”, concluye. ●

“Hay instrument­os del ELT que están diseñados para detectar moléculas de exoplaneta­s que delaten la presencia de vida anterior o actual”.

 ?? ?? ► Construcci­ón de La Silla, a fines de los años 60. Sería el primer gran telescopio construido en Chile.
► Construcci­ón de La Silla, a fines de los años 60. Sería el primer gran telescopio construido en Chile.
 ?? ?? ► Xavier Barcons, director general de la ESO, junto a una maqueta del ELT, que una vez construido será el más grande del mundo.
► Xavier Barcons, director general de la ESO, junto a una maqueta del ELT, que una vez construido será el más grande del mundo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile