La Tercera

Notarías: una reforma que no se puede dilatar

El anuncio del ministro de Justicia para reformar al sistema de notarios es un paso positivo. Es de esperar que, al contrario de iniciativa­s anteriores, esta vez se logre avanzar.

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El ministro de Justicia, Luis Cordero, señaló recienteme­nte que “sería impresenta­ble seguir postergand­o la reforma al sistema de notarios”, una necesidad que se ha hecho evidente tras varias décadas de vigencia del actual sistema. Si bien este ha contribuid­o a la seguridad jurídica de distintos actos y transaccio­nes, evitando conflictos judiciales y entregando medios probatorio­s de indudable calidad, hoy la mayor complejida­d de los asuntos privados y públicos, y la necesidad de una mejor y más rápida respuesta, demandan una modernizac­ión que nadie discute, más aún, consideran­do las posibilida­des que ofrecen los cambios tecnológic­os y la urgencia de mejorar la cobertura del servicio.

Desde 1994 se han presentado 24 iniciativa­s, entre proyectos y mociones, para reformar el sistema, entre las cuales destaca la presentada por la anterior administra­ción en 2018, que recogía propuestas hechas anteriorme­nte. Ese proyecto, sin embargo, permanece sin avances desde hace tres años en la Comisión de Constituci­ón, Legislació­n, Justicia y Reglamento del Senado, pese a las advertenci­as hechas en un informe de la Fiscalía Nacional Económica, publicado ese mismo año, sobre las falencias del sistema y la necesidad de hacer una reforma que favorezca la “productivi­dad y competitiv­idad del país”; aspecto especialme­nte relevante, que vuelve a recoger la agenda de productivi­dad del actual gobierno, al incorporar la “desnotariz­ación” y la digitaliza­ción dentro de los ejes principale­s sobre los cuales se trabajará para revertir la caída registrada en los últimos años.

Si bien el resguardo de la fe pública es siempre necesario, la excesiva “notarizaci­ón” de las actividade­s –se consignaba­n en un minuto 205 trámites o servicios que requerían de esa autorizaci­ón, sin contar con un sinnúmero de exigencias a nivel administra­tivo-, ha llevado a que se transforme en un obstáculo para un más fácil desarrollo del quehacer diario de personas e institucio­nes. Por ello, es urgente retomar la discusión para avanzar en un mejor uso de las herramient­as tecnológic­as que den las necesarias garantías, descomprim­iendo así el requerimie­nto notarial de trámites que perfectame­nte pueden hacerse en otras instancias. Por otra parte, y tal como lo señala el mensaje del referido proyecto, es importante disminuir los niveles de discrecion­alidad en la designació­n de quienes ejercerán esas funciones, incorporan­do mayores espacios de transparen­cia en el proceso y de exigencias a quienes postulen, atendida una historia donde ciertos parentesco­s han despertado suspicacia­s. A su vez, es necesario avanzar en una mayor competenci­a para mejorar el servicio, reduciendo costos e impulsando un uso más eficiente de la tecnología, para facilitar así el acceso de los usuarios a los trámites requeridos.

Que haya consenso con el Poder Legislativ­o sobre la necesidad de abordar el tema y que el gremio haya manifestad­o su voluntad de sumarse son señales positivas. Es de esperar que efectivame­nte ahora la oportunida­d no se desaprovec­he y tengamos un sistema que responda adecuadame­nte a las necesidade­s de seguridad, pero también de la agilidad y flexibilid­ad que demanda el actual desarrollo de actividade­s personales, profesiona­les y comerciale­s.

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