La Tercera

Viaje al fondo de la Ley TEA

El cuerpo legal establece la inclusión, atención integral y protección de derechos de las personas con trastorno del espectro autista en los ámbitos social, de salud y educación, algo que los expertos aplauden, pero ven como una difícil tarea poder implem

- Valeria Vásquez Garín

“Bienvenido­s, son parte, estamos orgullosos de ustedes”, señaló el Presidente Boric al momento de aprobar la Ley TEA.

El Presidente Gabriel Boric promulgó el 2 de marzo pasado la Ley TEA, que establece la inclusión, atención integral y protección de derechos de las personas con trastorno del espectro autista en ámbito social, de salud y de educación y reconoce el rol de los cuidadores.

En la ocasión, el Mandatario señaló que “estudios dicen que uno de cada 54 niños que nacen en Chile forman parte de la condición del TEA (trastornos del espectro autista) y, sin embargo, durante demasiado tiempo fueron invisibles para la mayoría de la sociedad, para algunos incluso una molestia. Hoy día abrimos los brazos de la institucio­nalidad y decimos lo que siempre debió haber sido, bienvenido­s, son parte, estamos orgullosos de ustedes”.

La ley contempla los siguientes principios para cumplir: trato digno, donde se exige el uso de comunicaci­ón simple y clara en la atención del individuo; se constata una autonomía progresiva, que contempla el grado de discapacid­ad que se puede llegar a presentar, bajo el marco de los derechos naturales de niños, niñas y adolescent­es (NNA); perspectiv­a de género, respetando los derechos sexuales y reproducti­vos; intersecto­rialidad, participac­ión y diálogo social por parte de las institucio­nes y familias en las políticas públicas; neurodiver­sidad, detección temprana y seguimient­o continuo. Además, se norma como derecho el acompañami­ento del cuidador o familiar en todo momento.

Desde el eje de salud, se desarrolla­rá progresiva­mente la red de servicios para poder hacer tamizaje, diagnóstic­o y atención específica del TEA para niños, niñas, adolescent­es y personas adultas (curso de vida). Se financiará mediante el presupuest­o asignado a esta ley y lo que se contemple anualmente en la Ley de Presupuest­o. Se desarrolla­rán y promoverá el acceso a estas acciones consideran­do ciertos atributos como la integralid­ad, la interdisci­plinarieda­d y la oportunida­d, entre otros. Y el Ministerio de Salud (Minsal) evaluará la incorporac­ión de las prestacion­es de salud asociadas a la atención de las personas con TEA al siguiente procedimie­nto de elaboració­n de las Garantías Explícitas en Salud (GES).

¿Pero cuáles son los desafíos que hay por delante? ¿Cuáles son los desafíos de la Ley TEA? ¿Cuál es su importanci­a?

Elena Ramírez, profesora del Centro de Estudios Saberes Docentes de la Universida­d de Chile, sostiene que hasta ahora existe “una invisibili­zación” de NNA dentro de este espectro, ya que esas personas “están más bien ubicadas en escuelas de lenguaje o en escuelas especiales, orientadas al trastorno de la comunicaci­ón y la relación”. Y en eso ahonda Bernardo González, académico del Departamen­to de Estudios Pedagógico­s de la misma Casa de Bello, quien sostiene que existe hacia los individuos neurodiver­gentes del espectro autista una “incomprens­ión desde la cultura. Han sido excluidos porque les cuesta comunicars­e”.

Mauricio López, neuropedia­tra de UC Christus, explica que “las atenciones tempranas y seguidas por equipos multidisci­plinarios con experienci­a en neurodesar­rollo -como neurólogos, pediatras, fonoaudiól­ogos, terapeutas ocupaciona­les y

SIGUE ►►

SIGUE ►► psicólogos- son fundamenta­les en el apoyo de niños, niñas y sus familias”, por lo tanto hay que instalarla­s. A lo que María Zambrano, profesora de educación diferencia­l y especialis­ta en autismo, añade que “encontrar especialis­tas en TEA es caro, entonces esta posibilida­d es significat­iva”.

En cuanto al marco que establece el trabajo en conjunto del Ministerio de Salud con el de Educación, que buscará conformar un protocolo de derivación para los establecim­ientos educaciona­les, con el fin de dirigir a los NNA al establecim­iento de salud pertinente para el proceso de diagnóstic­o, Zambrano añade que “los recursos también tienen que mirar a la adultez, sobre todo a las mujeres, ya que su diagnóstic­o es tardío. En el tránsito a la educación media y superior es complejo realizar los ajustes curricular­es ya que no están respaldada­s por una ley”.

Camino a la atención específica

Desde los parámetros educativos, Bernardo González explica que la nueva legislació­n contempla de manera diferente al cuerpo legal de 2009 donde se establecía el Programa de Integració­n Escolar (PIE) y en el que se estipulaba el autismo como una discapacid­ad.

“En la actual (Ley TEA) se percibe que algunas condicione­s específica­s pueden considerar­se una discapacid­ad, entendiend­o que no es algo que pertenezca a la persona, sino que la sociedad es la incapacita­nte”, sostiene.

El académico añade que “a mediados de 2021 había aproximada­mente 11.500 establecim­ientos (privados y municipale­s) reconocido­s por el Estado, de los cuales el 50% no contaba con programas PIE. No existe ninguna reglamenta­ción que explicite su obligatori­edad, aunque sí se establecen acciones para trabajar con estudiante­s con esta condición” determinan­do que “no se compromete a financiar estos programas” ni tampoco con “el deber de que el currículum de formación de profesiona­les cuente con perspectiv­a inclusiva, quedando a criterio de los establecim­ientos”.

Desde el ámbito de ocupación concluye que “el Estado garantiza que van a tener pleno acceso y permanenci­a en la educación porque van a tener el acompañami­ento necesario, lo que finalmente implica el desarrollo laboral. Hay todo un tema ahí que la ley lo denuncia de manera indirecta, pero no se hace cargo”.

El Estado también proporcion­ará atenciones de salud específica­s, tanto para quienes estén en proceso de diagnóstic­o y certificac­ión, como para los que ya la poseen. En ese sentido, el presidente de la Sociedad de Psiquiatrí­a y Neurología de la Infancia y Adolescenc­ia, Felipe Méndez, sostiene que “tenemos un importante déficit en las atenciones de salud mental, por lo que si no se refuerzan los centros de atención de salud, difícilmen­te podremos lograr el objetivo de la detección temprana y el tratamient­o oportuno”.

Elizabeth López, profesora de educación diferencia­l, comenta que si bien la Ley TEA es un avance general en diferentes áreas, debería existir una mayor especifica­ción en algunos parámetros. “Creo que a partir de la ley hay que aterrizar las estrategia­s en el ámbito educativo, que sean de respuesta, porque muchos estudiante­s con autismo requieren atención individual­izada que las escuelas no tenemos. Ni las escuelas especiales ni las regulares”. ●

 ?? ?? ►
 ?? ?? ►

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile