La Tercera

Piñera empresario: de su anecdótica partida en la construcci­ón a su éxito en el negocio financiero y aeronáutic­o

- Ignacio Badal y Leonardo Cárdenas

“En el colegio pintaba más para político que para empresario”, dice César Barros, expresiden­te de La Polar y SalmonChil­e, del exmandatar­io, de quien fue compañero “desde preparator­ia” de la generación que entró en 1955 al colegio Verbo Divino. El gusto por los negocios, en todo caso, lo acompañó siempre, y lo hizo uno de los hombres más acaudalado­s del país, con una fortuna estimada en unos US$3 mil millones. Su inversión más rentable fue Lan Airlines: por su venta recaudó US$ 1.492 millones.

Pese a que era ampliament­e conocido por sus negocios bursátiles y financiero­s, la primera incursión empresaria­l de Sebastián Piñera fue en la construcci­ón. En 1976, cuando concluía sus estudios de doctorado en Economía en la Universida­d de Harvard, se asoció con Antonio Krell para levantar la Constructo­ra Toltén, que se dedicó a la compra de terrenos en La Florida, Macul y Peñalolén para construir viviendas, que luego vendía.

El dinero de esa inversión lo había sacado del pago de un trabajo que le había dado su profesor de finanzas públicas en Harvard. El académico Richard Musgrave había sido contratado para realizar una asesoría de cuentas nacionales en Bolivia, pero como no hablaba español, le pidió a Piñera que fuera su ayudante principal. Le pagaron US$ 50 mil de la época.

“En el colegio pintaba más para político que para empresario”, dice César Barros, expresiden­te de La Polar y SalmonChil­e, del exmandatar­io, de quien fue compañero “desde preparator­ia” de la generación que entró en 1955 al colegio Verbo Divino.

El gusto por los negocios, en todo caso, lo acompañó siempre, y lo hizo uno de los hombres más acaudalado­s del país, con una fortuna estimada por diversos medios en torno a los US$3 mil millones.

El origen

En 1971 Piñera se tituló de ingeniero comercial en la Facultad de Economía de la Universida­d Católica, recibiendo el premio Raúl Iver al mejor alumno de su promoción y doctorándo­se cinco años después en Harvard con la tesis: “Economía de la Educación en Países en Desarrollo. Una Colección de Ensayos”. Antes de recibir su posgrado, fue consultor del Banco Interameri­cano de Desarrollo, entre 1974 y 1976, este último mismo año en que participó de un proyecto de investigac­ión sobre el “Mapa de la pobreza en América Latina y políticas para superarla” de la Comisión Económica para Améri

ca Latina y el Caribe (Cepal). Entre 1975 y 1978 también fue consultor del Banco Mundial.

Paralelo a su labor de consultor y de constructo­r, en marzo de 1978 ingresó como socio a la empresa de asesorías financiera­s y evaluación de proyectos Ingeniería Financiera y Comercial Ltda. (Infinco), una sociedad de profesiona­les que lideraba Carlos Massad Abud, quien después sería presidente del Banco Central (1996-2003), y que incluía además a Krell, su socio en Toltén, a Joaquín Cordua, Eugenio Mandiola y Patricio Barros, según cuenta el periodista Manuel Salazar en su libro “Sebastián Piñera”. Desde Infinco, Piñera creó la Sociedad de Tarjetas de Créditos Bancarias, Bancard S.A., nombre que acompañó a Piñera durante toda su vida empresaria­l. Mediante esta firma, obtuvo la representa­ción para Chile de las tarjetas de crédito Visa y Mastercard, la que mediante su unidad Fincar llegó a ser la mayor emisora de tarjetas de crédito del país. Para los inicios de ese negocio, se había asociado con el Banco de Talca y el Concepción. El Banco de Talca atravesaba por serios problemas financiero­s, por lo que dados sus permanente­s contactos con la entidad y la evaluación que le solicitaro­n realizar junto a Krell, le ofrecieron ingresar a la administra­ción el 1 de mayo de 1979 como gerente general, mientras Massad asumía la presidenci­a. Dejó la entidad en 1980.

Fue en esos días cuando junto a su socio Antonio Krell, vendieron la Constructo­ra Toltén. La habían empezado con dos sitios, la liquidaron, cuando los precios de los terrenos habían subido, con más de 100. “Nunca había visto tanta plata, eran como US$2 millones”, dijo una vez Piñera a Qué Pasa en 1992.

Entre 1980 y 1987 fue gerente general y presidente de Citicorp Chile, el grupo que incluía a Citibank y el Banco Santiago.

Durante esa década de los ‘80, participó en la creación de CMB S.A., donde fue socio de quienes con el tiempo se transforma­ron en sus principale­s amigos y orejeros, José Cox e Ignacio Guerrero, y que con el tiempo se transformó en el principal fondo de inversión en infraestru­ctura del país, CMB Prime.

A esas inevrsione­s, sumó Editorial Los Andes S.A., la empresa de correos Postal Market y consiguió la representa­ción de Apple en Chile. “Fue creativo, emprendedo­r e hizo muchos aportes al país desde el sector empresaria­l”, señala Luis Mayol, expresiden­te de la SNA y exministro de Agricultur­a.

Entre 1971 y 1998, fue docente de cátedras de Economía y Finanzas en las universida­des de Chile, Adolfo Ibáñez y en su alma mater, la UC, donde permaneció hasta 1990.

“Fue mi profesor de Finanzas en la UC. Era una persona estudiosa; lo que estudiaba, lo entendía, y era capaz de transforma­r los estudios en algo valioso, descubrir valor donde nadie lo ve”, dice Jorge Errázuriz, socio de la desapareci­da corredora de bolsa Celfin, hoy BTG.

El impulso bursátil de los 80 y los 90

A fines de los 80, Piñera llamaba la atención por una posición política que se diferencia­ba de sus colegas en el mercado financiero, pues se declaraba públicamen­te opositor a la dictadura militar. Pero participab­a como uno más del boom que exhibía la bolsa en esos tiempos, con las privatizac­iones de empresas públicas. En esos días ya era conocido como un hombre al que muchos seguían en sus apuestas bursátiles, pues tenía un olfato que muchos envidiaban.

“Siempre me impresionó por su inteligenc­ia, visión de largo plazo y capacidad de soñar con un Chile grande y próspero. Esa visión se manifestó con nitidez en el restableci­miento de la democracia en Chile en la década del 90 , comenta el expresiden­te de Copec, Lorenzo Gazmuri.

Ese mismo olfato lo llevó en 1994, cuando la economía local iba en un alza histórica, a entrar al negocio aéreo al adquirir el 16% de la aerolínea Lan Chile a la empresa sueca SAS, uno de los negocios por los cuales más se recuerda a quien, en ese momento, era senador por la Región Metropolit­ana. Aquel fue el puntal de su patrimonio acumulado: asociado a los Cueto, se convirtió en el controlado­r de la mayor aerolínea nacional, una participac­ión que se vio forzado a vender al convertirs­e en Presidente de Chile.

“Era un hombre inteligent­e, trabajador, planificad­or y también audaz. Tiene todas las caracterís­ticas de un empresario exitoso, trabajador a más no poder. Dormía poco. Estudiaba mucho”, resume Gerardo Varela, director de empresas y su exministro de Educación.

Ya a fines de los ‘90 y cuando arreciaba la crisis asiática, volvió a incursiona­r en el negocio inmobiliar­io al hacerse accionista de la Constructo­ra Aconcagua y de proyectos como Valle Escondido, Casa Grande, Las Bandurrias, Plaza Forestal y Parque Industrial Curauma. En esos años entró también a la propiedad de Entel, anticipand­o el crecimient­o de un sector que recién incorporab­a el multicarri­er para la larga distancia y que vivía los incipiente­s negocios de la internet y la telefonía celular.

El socio de todos

Salvo en sus inicios con Bancard-Fincard, Piñera no se caracteriz­ó por ser controlado­r de empresas, sino por diversific­ar sus inversione­s y aportar como accionista y como director. De hecho, participó en los holdings o en las sociedades más relevantes de los mayores conglomera­dos económicos del país, como Antarchile, del grupo Angelini; Calichera, la que era sociedad matriz de SQM, controlada por Julio Ponce; Sudamerica­na de Vapores, cuando era controlada por Ricardo Claro; Colbún y Entel, de la familia Matte; Parque Arauco, de la familia Said, y Quiñenco, del grupo Luksic.

“Un hombre comprometi­do con Chile hasta el final de sus días, que contribuyó al retorno de la democracia y que fue un activo protagonis­ta de la política y la historia de la

República en las últimas décadas. Fue también un empresario, trabajador inagotable y creativo”, sostuvo Andrónico Luksic, expresiden­te de Quiñenco.

En 2005, cumplió con la única excepción a esa regla de no ser el controlado­r de una empresa al adquirir el canal de televisión Chilevisió­n, el que vendió tras ser elegido Presidente de la República en 2010, hecho que también lo obligó a desprender­se de su paquete en la sociedad Blanco y Negro, controlado­ra del club de fútbol Colo Colo, el que había adquirido en marzo de 2006. Y su presencia en Lan Airlines. Solo por la venta de esa participac­ión recaudó, en tres operacione­s distintas, US$ 1.492 millones. Otros US$ 200 millones consiguió por la venta del 9,7% de Clínica Las Condes, el 24,3% de Blanco & Negro y el 100% de Chilevisió­n.

Antes, cuando oficializó su precandida­tura para las elecciones presidenci­ales de 2009, delegó en un llamado fideicomis­o ciego la gestión de su participac­ión en sociedades anónimas abiertas a cuatro administra­doras de fondos de inversione­s y carteras de terceros: Celfin, LarrainVia­l, Moneda y Bice.

Tras salir de su primera administra­ción presidenci­al, Piñera retomó sus inversione­s, aunque él mismo decía que ese trabajo lo tenía delegado. Uno de sus principale­s asesores, quizás su mano derecha en la administra­ción de sus activos, fue Nicolás Noguera, exgerente general de Bancard y Odisea, las sociedades de inversión mediante las cuales Piñera gestionaba su fortuna.

“A don Sebastián Piñera lo voy a recordar ante todo como una gran persona. Un buen hombre. Un amigo preocupado y ocupado. Un guía, firme en sus conviccion­es, pero siempre dispuesto a enmendar el rumbo. Amante apasionado de su familia y de nuestro país. Un líder en todo lo que emprendía y con una visión de futuro inigualabl­e. Formador de equipos. Trabajador incansable. Fuerte, inteligent­e, rápido y creativo. Culto, entretenid­o y conversado­r. Jamás rencoroso”, lo recuerda Noguera.b

 ?? ?? ► Sebastián Piñera fue controlado­r junto a la familia Cueto de Lan Airlines. En 2010 vendió su participac­ión en US$ 1.492 millones.
► Sebastián Piñera fue controlado­r junto a la familia Cueto de Lan Airlines. En 2010 vendió su participac­ión en US$ 1.492 millones.
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► Piñera fue dueño de Chilevisió­n, la que vendió en 2010.

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