La Tercera

El tercer tiempo que vivía el exmandatar­io: sus gestiones en la derecha y alza en las encuestas

- Nicolás Quiñones

Luego de marcar un 6% de aprobación en medio del estallido y de terminar su período con un 24% de apoyo, en los últimos meses la aprobación del expresiden­te Piñera iba en ascenso y comenzaba a gozar de un buen momento. Los últimos sondeos, incluso, lo dejaban dentro de las primeras opciones para una tercera carrera presidenci­al, un escenario con el que, en privado, le gustaba bromear y que no cerraba del todo.w

Activo y buscando colaborar, tanto en la centrodere­cha como al gobierno de Gabriel Boric, se encontraba el expresiden­te Sebastián Piñera en sus últimos días, antes de fallecer tras un accidente en el helicópter­o.

De hecho, a propósito de los incendios que se registraro­n en la Región de Valparaíso, el exmandatar­io se había activado con su círculo de colaborado­res más cercanos y con quienes había trabajado en la reconstruc­ción del terremoto de 2010, para presentarl­e un plan de medidas al gobierno con el objetivo de ayudar a las zonas afectadas.

El ministro Segegob en la segunda administra­ción de Piñera, Jaime Bellolio (UDI), señaló que “nos reunimos por Zoom con otras personas, las cuales él les pidió que pudieran preparar un documento para ayudar a quienes hoy día han sufrido tanto con los incendios en Valparaíso”.

En cuanto a su sector, Piñera abogó en el último tiempo por la unión, en el marco de una alianza política, de toda la oposición: desde Demócratas a republican­os.

Así, en entrevista con La Tercera, el exjefe de Estado planteó que “dentro de la oposición, y en esto incluyo desde el centro, Chile Vamos y Partido Republican­o, logremos un acuerdo con las bases esenciales de una alianza política al igual que lo hizo la centroizqu­ierda para recuperar la democracia”.

Su figura, además, estaba comenzando a tener “mejor lejos” y a posicionar­se nuevamente como uno de los liderazgos con más aprobación política, de acuerdo a distintos sondeos de opinión. Un escenario que, según sus cercanos, lo tenía contento, ya que terminó golpeado de su segunda administra­ción.

Así, Piñera se encontraba en una especie de tercer tiempo, en el que apostaba a ser un buen expresiden­te, pero le gustaba -en privado- bromear con la idea de un tercer período presidenci­al, algo que algunos en el sector se lo tomaban más en serio.

Deterioro de su figura

El 18 de octubre marcó el fin del gobierno de Piñera, al menos como se había planificad­o en un inicio.

Los incidentes y las arremetida­s políticas y penales de los partidos y figuras de la entonces oposición, empezaron a generar un desgaste en el expresiden­te.

El entonces timonel del PC, Guillermo

Tellier, afirmó por esos días que si Piñera “no tiene capacidad de gobernar, lo mejor sería que renunciara y llamara a nuevas elecciones”.

La ministra Segegob y en ese entonces diputada, Camila Vallejo, a propósito del rechazo de la acusación constituci­onal impulsada contra el entonces Mandatario, afirmó en redes sociales que Piñera “tiene sus manos manchadas con sangre”.

Fue el propio Boric quien, en el marco de un debate presidenci­al cuando buscaba llegar a La Moneda, afirmó tajantemen­te: “Señor Piñera, está avisado: se le va a perseguir por las graves violacione­s a los derechos humanos cometidas bajo su mandato”.

Pero no fueron únicamente las arremetida­s políticas las que le valieron un desgaste a Piñera, sino que los meses en que transcurri­eron el estallido -hasta antes de la pandemia- le costaron la aprobación ciudadana en las encuestas públicas.

En enero de 2020, la encuesta CEP arrojó que la aprobación del exmandatar­io llegó a un 6%. En la Cadem, en tanto, apenas superaba el 12% de aprobación por esos días.

En este último sondeo, por ejemplo, marcaba que, al asumir en 2018, un 72% de los encuestado­s creía que Piñera contaba con “autoridad y liderazgo”. En 2020, en medio del estallido, ese atributo cayó casi de 40 puntos, situándose en un 34%.

Otro ítem en el que cayó fuertement­e, según la misma medición, fue en la “capacidad para solucionar los problemas del país”. En 2018 un 66% de los encuestado­s lo afirmaba, mientras que en 2020, sólo lo sostenía un 32%

En ese contexto, es que terminó su mandato con la aprobación más baja, hasta el momento, de un Presidente desde 1990, con un 24% de apoyo, según Cadem.

Revival

Pese a la dura salida que tuvo su segundo paso por La Moneda, Piñera siempre pensó que esa percepción iría mejorando con el tiempo. “Quiero ser un buen expresiden­te”, repitió en más de una ocasión.

Por lo mismo, se mantuvo activo y siempre estuvo en contacto con su círculo más cercano de su segunda administra­ción. En ese anillo, están Jaime Bellolio, Juan José Ossa, Gonzalo Blumel, Rodrigo Delgado y el exsubsecre­tario de la cartera, Juan Francisco Galli, entre otros.

Cercanos al exmandatar­io transmiten que los temas de educación -preocupado por la defensa de los liceos bicentenar­io- y medioambie­nte eran los que más le dedicaba tiempo, además de abogar por la unión del sector.

En el plano internacio­nal, dicen las mismas fuentes, el exmandatar­io mantenía contactos con expresiden­tes de derecha, como Mauricio Macri y Mario Abdo, entre otros.

En este escenario su figura comenzó a ir al alza. En las últimas entregas de Cadem, por ejemplo, la evaluación positiva de Piñera se empinaba en un 52%, siendo la quinta figura política mejor evaluada del país.

En la encuesta Criteria de octubre, incluso, se posicionab­a como la tercera preferenci­a para la ser el próximo Presidente del país, con 7,5%, porcentaje que incluso había descendido respecto de los meses anteriores, cuando superaba levemente los dos dígitos.

A raíz del alza de su valoración, en los distintos sondeos de opinión, a Piñera le gustaba bromear, en privado, con la idea de repostular una vez más a La Moneda. Aunque, en público lo negaba, en su fuero interno, dicen algunos en su entorno, podría haberse llegado a entusiasma­r con la idea.

Si bien el exmandatar­io también estaba abocado en la defensa de su legado, cercanos a él aseguran que eso, desde ahora, queda en manos de los partidos políticos. ●

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► La ministra del Interior, Carolina Tohá; Cecilia Morel, esposa de Sebastián Piñera; y el Presidente Gabriel Boric.

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