José Cox e Ignacio Guerrero: socios y amigos de Piñera hasta el final
El expresidente había visitado a Cox cuando partió a su casa en el Lago Ranco junto a Guerrero. Fueron sus más íntimos amigos, sus propios ojos en sus inversiones e incluso sus asesores informales en la primera Presidencia.
En 1988, José Gabriel Cox Donoso (69) creó junto a su esposa Loreto Alcaíno de Esteve la sociedad Asesoría e Inversiones Ilihue S.A. El nombre del sector del Lago Ranco donde tenían su refugio. Y donde 36 años después ocurriría quizás la mayor tragedia que les ha tocado enfrentar, la muerte de su amigo, el expresidente Sebastián Piñera, frente a su casa.
Minutos antes de las 15 horas de este martes 6 de enero, Piñera venía justamente de compartir con Cox y su esposa en esa residencia lacustre de Ilihue, cuando salió en su helicóptero Robinson R44 matrícula CCPHP hacia su casa en la otra orilla del lago, en Bahía Coique. Iba acompañado de Miguel Ignacio Guerrero Gutiérrez (71), quien junto con Cox eran sus más íntimos amigos, socios, confidentes y colaboradores. También iba el hijo de Guerrero, Bautista, y la hermana de Piñera, Magdalena. El único que no sobrevivió fue el ex Mandatario.
Piñera conoció a Guerrero y a Cox por su hermano Pablo. Eran sus compañeros de universidad en Ingeniería Comercial de la Universidad Católica. Guerrero, además, había sido alumno de Sebastián Piñera. “Te mantenía alerta”, contó una vez a Loreto Daza y Bernardita del Solar, autoras del libro Piñera, Historia de un Ascenso.
A ambos Piñera se los llevó a trabajar con él a Citicorp, el banco de inversión que creó Citibank en Chile en sociedad con el Banco de Santiago, en ese momento propiedad de Manuel Cruzat, quien había reclutado al futuro exMandatario como gerente general. Piñera quiso levantar esta firma, que sólo competiría con BiceChileConsult del grupo Matte, con un equipo de elite. Por eso se trajo a un grupo de ingenieros de la UC, que después recibieron el apelativo de los “golden boys”, quienes lideraron el mercado bursátil durante gran parte de los años ‘80. Por allí pasaron, según el libro “Sebastián Piñera” de Manuel Salazar: Andrés Lehuedé, Eduardo Navarro, Juan Bilbao, Francisco y Rodrigo Pérez Mackenna, Isidoro Palma, Heriberto Urzúa, Patricio Jottar, Patricio Parodi, Eugenio von Chrismar y Fernando Massú, entre otros prohombres de las grandes empresas de hoy. También Cox y Guerrero, los únicos del grupo, junto con Piñera, que se declaraban opositores al gobierno de Pinochet en ese momento, según el libro de Daza y Del Solar. Aunque los negocios prosperaran. Guerrero, de hecho, cuenta en ese mismo libro que el capital inicial del Citi era de US$2 millones y que ya en el primer año lo habían más que duplicado.
Piñera detectó un talento especial en Cox y Guerrero, que con el tiempo se transformó en complicidad y afecto. Con ellos, en 1986, levantó su propio banco de inversiones: Chilean Merchant Bank (CMB), asociado con el Netherlands Merchant Bank, con el que les fue muy bien transando papeles de deuda externa. “Pero a CMB no le dedicaría demasiado tiempo. Para eso estaban ahí Cox y Guerrero”, dicen Daza y Del Solar, pues Piñera en ese momento estaba focalizado en Bancard, la marca corporativa que lo acompañó siempre, y que en ese momento tenía el 80% del mercado de tarjetas de crédito del país.
Luego de CMB, que operaba en el mercado financiero, en 1993 crearon CMB Prime, que con los años se transformó en la mayor administradora de fondos de inversión en infraestructura en los años 2000, en medio de los procesos de concesiones y de inversiones inmobiliarias. Allí Piñera se mantuvo como socio de Cox, Guerrero y Ricardo Bachelet Artigues (primo de la expresidenta) hasta después de asumir la presidencia en su primera administración, cuando dejó esta y otras inversiones, como sus participaciones en Lan, Colo Colo y Chilevisión.
Tanta confianza tenía Piñera en Cox y