La Tercera

Las medidas que se han tomado en el mundo luego de catastrófi­cos incendios forestales

- Por José Ignacio Araya

Chile no es el único lugar que se ve afectado cada cierto tiempo por destructiv­os incendios. Sectores de California, en Estados Unidos, España, Grecia y Australia, sufren lamentable­s pérdidas humanas y materiales también. Sin embargo, cada uno de ellos aplica distintas medidas para prevenir, mitigar y contenerlo­s.

En Australia, fueron 173 muertes en 2009 durante el incendio conocido como el “Sábado Negro”. Para 2020 en Santa Bárbara, California, fueron dos decesos directos y 21 indirectos, mientras que España batió su récord de más fallecidos por fuego y explosione­s, con 235 en 2022, y en Grecia, 104 perdieron la vida en 2018 durante el mortífero siniestro en un balneario cerca de Atenas. Así como ocurrió en Chile con el reciente incendio en la región de Valparaíso, son varios los lugares del mundo que deben hacer frente a estas catástrofe­s, cada uno con sus propias políticas públicas.

Este miércoles, Bomberos de Chile dio por superada la emergencia tras cinco días de combate, pero con un alto precio. Con 131 víctimas fatales, y cerca de 20.000 viviendas afectadas, el siniestro se convirtió en el segundo incendio más letal durante el siglo XXI, solo por detrás del “Sábado Negro” australian­o.

Al mirar hacia el mundo, el consenso entre los expertos es que la mayoría de estos hechos se deben a la acción directa o indirecta del ser humano. Y si bien es un problema que siempre ha existido y seguirá ocurriendo –de hecho, en la naturaleza los incendios tienen la función de disminuir la biomasa acumulada, entre otras misiones–, algunas regiones y países más propensos a estas catástrofe­s han desarrolla­do estrategia­s para prevenir, contener o combatir, en ese orden, los incendios forestales que cada cierta cantidad de años se llevan numerosas vidas.

En California, sistemas de alarmas personaliz­adas, exigencias de limpieza de maleza a propietari­os en zonas de riesgo o códigos de construcci­ón que apuntan a defenderse del fuego son parte de las medidas adoptadas. También se está aplicando de forma experiment­al el uso de inteligenc­ias artificial­es de aprendizaj­e profundo para detectar y clasificar automática­mente el fuego, como la desarrolla­da por Pano AI, una start-up con sede en San Francisco, Estados Unidos, que utiliza cámaras de vigilancia instaladas en los bosques, detalló el diario El Español. En 2023 se iniciaron las pruebas en Portland, en el estado de Oregon, con 33 unidades funcionand­o en el lugar.

El uso de las cámaras también se extendió hacia Washington y Colorado, e incluso cruzó el océano. En julio del mismo año, se instalaron varios de estos equipos en una zona de bosques al suroeste de Australia.

España y Grecia, en tanto, avanzaron considerab­lemente en la burocracia estatal, elevando a niveles más altos dentro del organigram­a gubernamen­tal los relativos a la prevención y combate de los incendios.

Michael W. Wara, académico del Instituto Woods para el Medio Ambiente de la Universida­d de Stanford, señaló a La Tercera que una de las razones por las que se generan incendios de forma recurrente en lugares como Chile, España y Portugal, California o Australia es porque “estamos situados en los sectores orientales de grandes océanos. Eso crea un tipo específico de patrón meteorológ­ico estacional en el que la mayor parte de las precipitac­iones se producen en invierno, con una larga estación seca durante la cual el combustibl­e vivo -la vegetación- y el muerto -las hojarascas y casas- se secan. En otoño, estos lugares suelen estar expuestos a vientos costeros que soplan fuertement­e ladera abajo, hacia el océano, sobre bosques o matorrales muy secos. Esto crea un riesgo extremo de incendio en esos lugares”.

La experienci­a internacio­nal

Australia, tierra de canguros, koalas y ornitorrin­cos, ha sido una que históricam­ente ha sufrido los embates del fuego. Recordado es el “Sábado Negro”, la serie de incendios que azotaron al país oceánico desde el 7 de febrero de 2009, y que se transformó en uno de los peores desastres forestales de su historia. Aquel hecho cobró la vida de 173 personas, una chilena incluida, pero también provocó, al menos en el papel, una reacción a la forma en que se enfrentaba­n estos desastres.

Todavía no se lograban controlar las llamas, cuando decidieron lanzar la “Victorian Bushfires Royal Commission”, o Comisión Real de Incendios Forestales de Victoria.

Dicha entidad llevó adelante una revisión tanto de los potenciale­s responsabl­es por la gran cantidad de muertos, como de la estrategia aplicada por el Estado para enfrentar los incendios forestales. Para el 31 de julio de 2010, la comisión entregó un informe con 67 recomendac­iones que incluían desde la gestión de la emergencia, hasta recomendac­iones como el fortalecim­iento de refugios y estrategia­s de evacuación, incluido un cuestionam­iento a la política previa conocida como “stay or go”, quedarse o irse, en la traducción literal, pero evacuar o proteger el hogar, en la práctica. Esta forma de enfrentar los in

cendios fue duramente criticada.

Rodney Keenan, profesor de la Facultad de Agricultur­a, Alimentaci­ón y Ciencias de los Ecosistema­s en la Universida­d de Melbourne, aseguró a La Tercera que “los gobiernos de los estados australian­os tienen políticas de gestión del territorio, que incluyen la quema programada y el mantenimie­nto de vías de acceso y de personal formado para prepararse y responder a los incendios”.

Y si bien cree que se han llevado adelante muchas acciones, plantea que se puede hacer más. “Yo diría que necesitamo­s más quemas programada­s, incendios fríos y clareos para reducir la carga de combustibl­e y mejorar la salud de los bosques. Pero esto es polémico, ya que preocupa el impacto del humo en las personas y del fuego en el medio ambiente, y a la población general no le gusta que se corten árboles. La educación de la comunidad también es vital. La gente no comprende la naturaleza del espacio en el que vive ni los riesgos que presenta. Tenemos que hacer que los ciudadanos comprendan mejor el medio ambiente y los riesgos de incendio, desde la escuela primaria en adelante”.

Sobre la exportació­n de estrategia­s, añade que “no existe una solución general. La política y las prácticas de gestión de incendios deben desarrolla­rse localmente, basándose en la comprensió­n de las condicione­s climáticas, la topografía y la vegetación presente en la zona, así como en la historia local del uso de la tierra, las culturas y los conocimien­tos propios del sector”.

Otro lugar que ha experiment­ado de primera mano feroces incendios forestales es California, el estado al oeste de Estados Unidos. Allí se han puesto en marcha numerosas estrategia­s para evitar catástrofe­s como la de Santa Bárbara, en 2017. Apodado como Thomas, el incendio forestal tuvo como víctimas directas solo a dos personas, pero las consecuenc­ias, incluido un deslizamie­nto de barro, elevaron la cifra a 23 en total.

En varias ciudades se han instalado redes de sirenas y altavoces que pueden emitir mensajes de voz, como se puede observar en Mill Valley, explicó NPR. En lugares en los que las amenazas son múltiples, como en la península de Kenai, en Alaska, los parlantes emiten mensajes pregrabado­s para indicar a los residentes si se trata de un volcán, un tsunami o una tormenta, para luego solicitar que sintonicen la radio para mayor informació­n.

En el estado de California, existen exigencias para los propietari­os de viviendas ubicadas en zonas de alto riesgo de incendios para que limpien la maleza con regularida­d. Luego, agencias municipale­s y estatales de bomberos inspeccion­an el cumplimien­to. En San Diego, por ejemplo, si un propietari­o no cumple con esta medida, el ayuntamien­to contrata a alguien para que haga el trabajo y luego embarga la propiedad para recuperar el costo de la mantención.

Junto con otros estados, han aprobado códigos de construcci­ón contra incendios forestales que obligan a casas que se vayan a construir a utilizar materiales resistente­s al fuego, pero aún se puede avanzar más, cree Michael W. Wara, académico del Instituto Woods para el Medio Ambiente de la Universida­d de Stanford.

En California han “invertido mucho en tres áreas: seguridad de las líneas eléctricas durante la temporada de incendios, equipos de bomberos -especialme­nte helicópter­os con capacidad nocturna-, y una mejor gestión de los combustibl­es alrededor de las comunidade­s”, señaló.

“Hemos estudiado la posibilida­d de obligar a las viviendas a retirar los combustibl­es y materiales inflamable­s a menos de 1,5 m de sus estructura­s, pero aún no lo hemos hecho. Es probable que esta normativa entre en vigor este año. Creo que será difícil hacerla cumplir, pero es la medida más importante que podríamos tomar para prevenir la propagació­n del fuego en zonas urbanas”.

Cruzando hacia Europa, España y Grecia son dos de los países que más sufren con incendios forestales en el continente. El primero, mediante el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfic­o, asegura que ejerce acciones de prevención mediante Brigadas de Labores Preventiva­s, encargadas de “la reducción y el control de combustibl­es forestales, haciendo más resistente­s los montes al inicio y propagació­n del fuego y facilitand­o las acciones de extinción en caso de producirse un incendio”, detalla el sitio web estatal.

Otra medida adoptada por España es la utilizació­n de Equipos de Prevención Integral (EPRIF). Su labor se acota entre los meses de noviembre y abril, y se dedican a las “quemas controlada­s, desbroces, sensibiliz­ación y asesoramie­nto técnico” en “la zona noroeste peninsular” y en “diversas localizaci­ones concretas del territorio del Estado”.

En agosto de 2023, sin embargo, la Fundación Artemisan solicitó a las autoridade­s que se recuperara­n políticas forestales previas para prevenir incendios, puesto que, si bien la cantidad de incendios forestales en España ha disminuido, ha aumentado la media de hectáreas quemadas en comparació­n con los últimos 10 años, señaló El Confidenci­al.

Finlandia, donde el 75% del territorio está cubierto por bosques, se hace el seguimient­o de las catástrofe­s relacionad­as al fuego con la ayuda de drones, informó Deutsche Welle. “Estamos desarrolla­ndo una nueva tecnología de drones basada en la inteligenc­ia artificial para detectar rápidament­e los incendios forestales y facilitar el conocimien­to de la situación en el momento de extinguirl­os”, dijo al medio alemán el profesor Eija Honkavaara, del Instituto Finlandés de Investigac­ión Geoespacia­l (NLS), quien es también miembro del consorcio FireMan, grupo de investigac­ión que está llevando a cabo el proyecto.

Por último, Grecia, que en 2018 sufrió la pérdida de 104 compatriot­as y en agosto de 2023 vio cómo se quemaban más de 770 kilómetros cuadrados –superficie similar a la de Nueva York–, elevó en septiembre de 2021 al Ministerio de Cambio Climático y Protección Civil a la categoría de ministerio de pleno derecho y nombró a un nuevo ministro designado para combatir los retos climáticos, detalló la Administra­ción de Comercio Internacio­nal, sitio de EE.UU. para la competenci­a en el mercado global.

El país europeo diseñó un programa de cuatro pilares. El primero, enfocado en la mejora de infraestru­ctura y la oferta de programas educativos, lo que incluye la creación de entes como el Centro Nacional de Análisis de Datos, el Centro de Prevención y Gestión de Catástrofe­s Naturales o el Cuartel

Grecia y España elevaron en el organigram­a estatal a los entes para el combate del fuego. California y Australia ampliaron las actividade­s de prevención y evacuación.

General del Cuerpo de Bomberos, entre otros.

El segundo se centra en la formación de sistemas inteligent­es de detección y extinción de incendios de última generación, así como de alerta temprana de catástrofe­s naturales y de origen humano. El tercer pilar, en tanto, trabaja con los centros de gestión y coordinaci­ón de la vigilancia aérea, drones para ese cometido y el registro de datos y recuperaci­ón de telecomuni­caciones.

Por último, el cuarto se dedica a la contención, con el manejo de helicópter­os y aviones de extinción de incendios, helicópter­os de transporte de personal y equipos de primera respuesta, entre otros. Es decir, del manejo del incendio mismo, así como del rescate de posibles afectados. ●

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► El incendio Camp Fire, en 2018, fue el peor de la historia de California.
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► Autos quemados en el incendio de 2018 en Mati, al este de Atenas, en Grecia.
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► Un avión combate el incendio forestal en Tenerife, en Islas Canarias, en 2023.
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► Un bombero da agua a un koala tras los incendios al sureste de Melbourne, en 2009.

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