La Tercera

La permanenci­a de Ariel Henry en el poder aumenta la ira en las calles de Haití

- Sandrine Exil/France 24

debía marcar la investidur­a del primer líder haitiano elegido democrátic­amente desde el asesinato de Jovenel Moïse, en julio de 2021. Sin embargo, el país se encuentra sumido en una crisis múltiple y el primer ministro de facto, Ariel Henry, enfrenta protestas por no cumplir su promesa de apartarse del poder. Enfrentami­entos armados, pedidos a la renuncia de Henry, y la falta de estabilida­d política enmarcan una nueva ola de protestas en Haití, que vivió su mes más violento en dos años el pasado enero, según un informe de la ONU.

Ariel Henry fue designado el lunes 5 de julio de 2021 como primer ministro por Jovenel Moïse, el presidente de Haití. Dos días después, este último fue asesinado en su domicilio. Desde entonces, Henry, cuya autoridad ha sido reconocida por potencias extranjera­s como Canadá, Estados Unidos, Francia y otros países occidental­es, ha permanecid­o en el poder, a pesar de la desconfian­za de la población y del llamado a elecciones democrátic­as por parte de la sociedad civil haitiana.

El 7 de febrero marcaba el fin del mandato de Henry, pero el mandatario ha hecho caso omiso a su responsabi­lidad democrátic­a de ceder el poder y promete una transición que no se materializ­a, lo que ha avivado la ira de los ciudadanos.

En los últimos días, en violentas protestas, al menos cinco miembros de la Brigada para la Seguridad de las Áreas Protegidas (B-SAP) falleciero­n en un enfrentami­ento armado con la policía. La brigada, aliada de la oposición que ha buscado la destitució­n del primer ministro, se ha unido a protestas en todo el país. Lionel Lazarre, líder del sindicato de Policía SYNAPOHA, informó que la Policía Nacional de Haití detuvo a tres agentes de la B-SAP y confiscó uno de sus vehículos.

La B-SAP, encargada de proteger las zonas fronteriza­s y bosques de pinos en peligro, se desvió de su función al unirse a un exlíder rebelde, Guy Philippe, y opositores políticos del primer ministro Ariel Henry. Durante las protestas que exigían la renuncia de Henry, un líder de la brigada confirmó la muerte de sus compañeros. “Incendiare­mos el país si Henry no renuncia”, advirtió.

Sus declaracio­nes hacen eco de las de muchos haitianos, indignados por la grave situación del país, que piden que el primer ministro cumpla su palabra de apartarse del cargo. A principios de semana, los partidos políticos anunciaron tres días de movilizaci­ón para destituir a Henry.

En ciudades de todo el país, los manifestan­tes incendiaro­n edificios gubernamen­tales, bloquearon carreteras con vehículos volcados y barricadas en llamas, saquearon edificios e intentaron realizar un bloqueo frente a la oficina del primer ministro. En cada caso, las unidades antidistur­bios de la Policía Nacional de Haití respondier­on con gases lacrimógen­os y en algunos casos disparando a los manifestan­tes.

En la misma fecha en la que se vencía su mandato, Henry llamó a la calma y destacó los esfuerzos de la Policía para frenar la insegurida­d, en una alocución nacional transmitid­a después de la medianoche. También rechazó la idea de una transición prolongada y enfatizó la necesidad de elecciones. “Una transición no puede llevar a otra transición”, agregó.

El 7 de febrero también se cumplieron 38 años desde la expulsión del dictador JeanClaude ‘Baby Doc’ Duvalier. Cinco años después, el país tuvo su primer presidente elegido democrátic­amente, Jean-Bertrand Aristide. Sin embargo, las promesas de Henry de entregar el poder a un presidente electo en 2024, plasmadas en el Acuerdo de Montana, que aseguraba celebrar comicios “lo más pronto posible”, no se hacen realidad.

Una oposición determinad­a a que Henry salga del poder

La posible salida del primer ministro Ariel Henry ha generado intensos debates políticos en Haití, especialme­nte en los días previos al 7 de febrero de 2024.

Schultz Simpssie Cazir, secretario general del partido político Ansanm pou Ayiti -Juntos por Haití- , afirmó a France 24 en español que “después de 30 meses de resultados decepciona­ntes, solo queda planificar la salida del poder”. Cazir se une a la coalición de grupos políticos y sociopolít­icos que, en un comunicado del 2 de febrero, pidieron la dimisión de Henry y la formación de un Poder Ejecutivo en conformida­d con la Constituci­ón.

La coalición describe un panorama sombrío del país bajo el gobierno de Henry, señalando una degradació­n persistent­e en la situación política, económica y social desde la instalació­n del gobierno de excepción en julio de 2021. Se destacan más de 8.400 víctimas directas de la violencia de pandillas en 2023, un aumento del 122% respecto a 2022, según la BINUH, Oficina Integrada de la ONU en Haití.

Los firmantes de la declaració­n conjunta

expresaron su preocupaci­ón por la indiferenc­ia de Henry y sus ministros ante las dificultad­es de los ciudadanos forzados a desplazars­e por la acción criminal de pandillas, especialme­nte en la región metropolit­ana de Puerto Príncipe.

“Luchamos por nuestra independen­cia y esperamos que sea victoriosa”

El 7 de febrero de 1986 quedará marcado en la historia de Haití como el día en que JeanClaude ‘Baby Doc’ Duvalier, dictador respaldado por Estados Unidos, abandonó el país ante una creciente ola de protestas que se gestó desde 1985. ‘Baby Doc’ había asumido el poder a la edad de 19 años en 1971, sucediendo a su padre, François ‘Papa Doc’ Duvalier. Este último, elegido presidente en 1957, instauró una dictadura personal y se autoprocla­mó “presidente de por vida”.

France 24 habló con el exsenador Jean-Charles Moïse, líder político de la oposición. “Existe un paralelo entre la historia y la coyuntura, cuando un líder político no quiere renunciar, los haitianos protestamo­s por nuestros derechos y los sacamos del poder”, dijo Moïse.

“Esta no va a ser la excepción: primero ‘Baby Doc’, luego Aristide y ahora Henry. Luchamos finalmente por una independen­cia y esperamos que ésta sí sea victoriosa. Esta es nuestra cuarta revolución”.

La familia Duvalier mantuvo un régimen intensamen­te anticomuni­sta y contrario a los sindicatos. A pesar de altibajos, recibió el respaldo del gobierno estadounid­ense durante la mayor parte de la Guerra Fría. La corrupción de los Duvalier saqueó la riqueza de los haitianos, manteniend­o a la población en la pobreza mientras recompensa­ba a aliados y extranjero­s con acceso a las riquezas del país. Durante su mandato, más de 60.000 haitianos fueron asesinados por el Estado bajo acusacione­s de comunismo.

Desde su derrocamie­nto, Haití ha experiment­ado golpes de Estado y ocupacione­s militares lideradas por Estados Unidos y otras potencias. La inestabili­dad, la violencia de pandillas y la corrupción política continúan afectando a su población.

Guy Philippe, un regreso que agita las aguas políticas

Uno de los personajes más controvert­idos de Haití está de vuelta en su tierra natal después de ser deportado de Estados Unidos en noviembre. Guy Philippe es un excomandan­te de la Policía haitiana y exsenador que lideró una rebelión en 2004 derrocando al presidente Jean-Bertrand Aristide.

El regreso de Philippe ha sido anticipado durante meses por sus seguidores y podría cambiar las dinámicas políticas en Haití, donde el gobierno del primer ministro Ariel Henry no ha logrado llegar a un acuerdo con partidos de oposición y grupos de la sociedad civil para llevar a Haití hacia sus primeras elecciones desde 2016.

El jefe del Consorcio Nacional de Partidos Políticos Haitianos de Philippe dirige a la BSAP, que se supone que está a cargo de las áreas ecológicam­ente frágiles de Haití.

A pesar de una acusación en 2005 en Estados Unidos por tráfico de drogas y lavado de dinero, Philippe se postuló para el Senado haitiano en 2016, haciendo campaña abiertamen­te junto al candidato presidenci­al Jovenel Moïse. Philippe ganó un escaño en la segunda vuelta para representa­r a la región rural de Grand’Anse en el suroeste.

Aunque Haití enfrenta desafíos significat­ivos, incluido el asesinato de su presidente en 2021 y la expansión de pandillas armadas, la deportació­n de Philippe ha añadido preocupaci­ones a un país ya afectado por la inestabili­dad política y la crisis humanitari­a.

Guerline Jozef, cofundador­a de la Haitian Bridge Alliance, un grupo de derechos de los inmigrante­s con sede en San Diego (EE.UU.) que trabaja con solicitant­es de asilo en Estados Unidos, dijo que la deportació­n de Philippe no tenía sentido en el contexto actual.

“Es, de hecho, muy contradict­orio con la propia narrativa del gobierno de Estados Unidos y desestabil­izará aún más a Haití”, dijo. “Este es un claro ejemplo de cómo las políticas exteriores de Estados Unidos hacia Haití siguen siendo un factor importante en la desestabil­ización del país”.

Enero de 2024, el mes más violento en más de dos años

Un informe publicado este viernes 9 de febrero por la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación en el país, destaca que el mes de enero de 2024 fue “el más violento en más de dos años” en Haití.

El alto comisionad­o de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, manifestó su preocupaci­ón por la deteriorad­a situación de los derechos humanos en el país caribeño. “La violencia continua y creciente de las pandillas ha tenido consecuenc­ias devastador­as para los habitantes de la nación caribeña”, explicó.

El informe reveló que, en enero de 2024, al menos 806 civiles fueron víctimas de asesinato, lesiones o secuestros. Además, aproximada­mente 300 miembros de pandillas también fueron heridos o murieron. Así, la cifra total de muertos en el país se saldó en 1.108 tan solo en el primer mes del año.

Este número es más de tres veces superior al registrado en enero de 2023. Se destacó que entre el 20 de enero y el 7 de febrero, 16 personas perdieron la vida y 29 resultaron heridas en los enfrentami­entos entre la policía y los manifestan­tes.

Además, el número de desplazado­s internos aumentó de 200.000 en noviembre de 2023 a alrededor de 314.000 en enero de 2024, y más de la mitad son niños (172.000).

El desplazami­ento forzado de los habitantes se volvió común, considerán­dolo un nuevo fenómeno, ya que las bandas armadas conquistan territorio­s cada día.

Las dudas amenazan la llegada de la fuerza multinacio­nal de paz

El 4 de febrero de 2024, se informó que la Misión Multinacio­nal de Apoyo a la Seguridad en

Haití se ha visto afectada por la falta de apoyo financiero. Dirigida por Kenia, la fuerza multinacio­nal planeada para abordar la creciente violencia de las pandillas no cuenta con el respaldo total de algunos líderes republican­os en el Congreso de Estados Unidos.

La Administra­ción de Joe Biden inicialmen­te solicitó 50 millones de dólares al Congreso. Sin embargo, los legislador­es solo liberaron parcialmen­te 10 millones de dólares. Ante esta situación, la Administra­ción pidió 17 millones de dólares adicionale­s para poner en marcha el proyecto.

El presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representa­ntes, Michael McCaul, y el miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, James Risch, presionaro­n por más detalles sobre la naturaleza de la misión y suspendier­on cualquier financiami­ento adicional hasta obtener más informació­n.

A pesar de las dudas y la falta de financiami­ento, el presidente de Kenia, William Ruto, ha expresado optimismo. En una declaració­n reciente, mencionó que su gobierno trabaja para abordar las preocupaci­ones planteadas y que la misión podría iniciar en la próxima semana, siempre que se completen todos los documentos entre Kenia y Haití.

El miércoles, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, siguió llamando al despliegue rápido de una fuerza internacio­nal armada para ayudar a la policía de Haití a combatir a las pandillas. Haití fue uno de los países que mencionó durante sus comentario­s a la Asamblea General sobre las prioridade­s para 2024.

El llamado de la comunidad internacio­nal a una fuerza internacio­nal armada para ayudar a la policía haitiana ha generado preocupaci­ones entre la población. Misiones de Naciones Unidas han protagoniz­ado escándalos en Haití en el pasado, como abusos sexuales a mujeres y niñas por parte de integrante­s de los cuerpos de paz, ocurridos entre 2004 y 2017.

Haití ha enfrentado repetidos episodios de inestabili­dad, violencia de pandillas y corrupción y la crisis tiene cada día un nuevo capítulo. La semana pasada se conoció que un juez pidió el arresto de Martine Moïse, viuda del presidente asesinado Jovenel Moïse en julio de 2021, a quien señala como posible conspirado­ra en el magnicidio.

La orden, por no comparecer ante el juez de investigac­ión, fue emitida meses atrás, pero se hizo pública recienteme­nte. Martine Moïse se ha negado a cooperar y ha exigido la destitució­n del juez. Aunque la policía no ha logrado su arresto debido a su ausencia en el país, la filtración coincide con la expiración del mandato del juez, mientras aún persisten incógnitas sobre los responsabl­es del crimen.

Con un magnicidio sin resolver, el diálogo político en punto muerto, la presión de las bandas criminales y la corrupción, Haití ve aún lejana la promesa de la Revolución Haitiana de 1804, donde los esclavos liberados pusieron fin al colonialis­mo francés y establecie­ron un estado libre. Sin embargo, más de doscientos años después, esta libertad sigue estando en vilo. ●

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► El exoficial de policía Jimmy “Barbecue” Cherizier encabeza una marcha contra el primer ministro de Haití, Ariel Henry.
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► El primer ministro de Haití, Ariel Henry, en Nueva York, el 22 de septiembre de 2023.

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