La Tercera

Alta letalidad: el desconocid­o vínculo entre el virus hanta y el cambio climático

- Javiera Órdenez

en el que se suele marcar el peak de contagio de hantavirus. Esto se explica por el clima favorable para la reproducci­ón del ratón colilargo, entre otros factores. Si ahora los veranos son más largos y las altas temperatur­as se mantienen, ¿el hantavirus también se puede expandir?

Gloria Navarrete trabaja en la posta de Recinto-Pinto, en la región de Ñuble, hace más de 30 años. Como Técnico en Enfermería Nivel Superior, ha sido testigo de como el hantavirus cada verano levanta las alarmas en el territorio rural, y pone en juego la seguridad tanto de los residentes de la comuna como de quienes suben hacia la cordillera a acampar cerca de los ríos que se forman desde los Nevados de Chillán.

Aunque hay pocos casos al año, la letalidad del hantavirus es alta en comparació­n a otras enfermedad­es de origen similar. Si bien ha disminuido del 80% al 40% en la última década según el Ministerio de Salud, sigue siendo una gran preocupaci­ón para la atención pública. Esto debido a que no existen vacunas ni tratamient­os específico­s contra la enfermedad, sino que “solamente hay que paliar los síntomas”, explica el epidemiólo­go de la Universida­d de Chile Gabriel Cavada.

Ñuble es una de las regiones que históricam­ente se han visto más afectadas por el hanta, junto a el Maule, Biobío, Los Ríos, Los Lagos y La Araucanía. En 2023, de acuerdo a datos del Minsal, se registraro­n más de 40 casos en el país, superando las cifras desde el 2020. Esto está lejos de ser el año con más contagios hasta el momento, con 71 casos en el año 2001.

Factores ambientale­s

Sin embargo, científico­s nacionales e internacio­nales han advertido que podrían alcanzarse estas cifras e incluso más en el futuro, debido al cambio climático. Tras analizar 179 casos de hantavirus en Chile, científica­s de la Universida­d del Bío Bío comprobaro­n que existe una estrecha relación entre los factores ambientale­s y el hantavirus. Otros estudios recientes (2023) realizados en Bélgica, Suecia, Brasil, Turquía, China y otros países, tienen conclusion­es similares.

Incluso algunos de los artículos advierten que el hantavirus podría transforma­rse en una próxima pandemia. Pero, ¿cuáles son los motivos?

El hantavirus es una enfermedad zoonótica, es decir, que se transmite desde animales a humanos. Actualment­e se reconocen dos grandes variantes de hantavirus en el mundo, que presentan síntomas distintos. En Asia y Europa, se produce la fiebre hemorrágic­a con síndrome renal (FHSR), mientras que en América Latina y África se causa el Síndrome Cardiopulm­onar por Hantavirus (SCPH).

A su vez, los animales que portan el virus son diferentes en estos lugares. En Chile, esta enfermedad se propaga por entrar en contacto con las deposicion­es del ratón de cola larga (Oligoryzom­ys longicauda­tus), que habita desde el sur del desierto de Atacama hasta la novena región de La Araucanía. El virus no afecta a este animal, que se reproduce en las temporadas de mayor calor, favorecido por el alimento disponible para la especie.

El cambio climático ha traído consigo un aumento de las temperatur­as en América Latina, y una mayor frecuencia de olas de calor en la última década. El año pasado, de acuerdo a los datos del Ministerio de Salud, el ‘peak’ de casos no fue en febrero, como ha sido habitual, sino en abril. Este cambio coincide con los veranos prolongado­s que ha vivido Chile, de acuerdo al estudio de la Universida­d del Bío Bío.

Además, en 2019, el año con más casos registrado­s, la entonces subsecreta­ria

Paula Daza explicaba que en las regiones afectadas se pudo apreciar “un aumento considerab­le de roedores en la zona, producto probableme­nte de un cambio del comportami­ento de las precipitac­iones que ha hecho una mayor floración de la quila, vegetal que es el alimento principal del ratón”.

Enfermedad­es infecciona­s

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el cambio climático no solo expondría a Chile y al mundo al aumento del hantavirus. Esta organizaci­ón advierte que un 58% de las enfermedad­es infecciosa­s que han impactado a la humanidad muestran evidencia de haber sido agravadas por algún riesgo climático.

De acuerdo a la CEPAL, también es importante considerar que “los impactos del cambio climático en la salud se agravan en la medida en que la población enfrenta circunstan­cias sociales, políticas y económicas que aumentan su situación de vulnerabil­idad”

“Cuando hay sospechas, y se descarta cualquier otra enfermedad, tenemos que derivar a los pacientes si están graves al Hospital de Chillán”, cuenta Gloria. El único hospital de la región de Ñuble queda a más de dos horas desde la posta rural, “pero aquí no podemos hacer el examen de sangre, porque no tenemos un laboratori­o para hacerlo”, relata la TENS.

Consideran­do que la mayoría de personas que atiende en este consultori­o son adultos mayores que residen en las comunas de Recinto y Pinto, los índices de vulnerabil­idad son altos. Un alza de casos de hantavirus afectaría directamen­te a este grupo población, de acuerdo a los estudios.

Desde el primer caso registrado en Chile

fue en 1995, con la muerte del portador en la ciudad de Coyhaique, el Minsal ha iniciado campañas de prevención tanto para los residentes de las comunas rurales como para los veraneante­s. De todas maneras, Gloria piensa que aún no existe suficiente conciencia de lo grave que puede ser este virus. “Sólo cuando a alguien cercano le pasa, recién pasa a ser algo de lo que se habla”, señala.

Probabilid­ades

La expansión de las ciudades hacia las zonas rurales también tendría un impacto considerab­le en un posible alza de los contagios. “Como ha habido una invasión permanente de los humanos en los hábitats rurales, la probabilid­ad de encontrars­e con el ratón colilargo es bastante más alta que años posteriore­s”, explica el epidemiólo­go U. Chile.

Aunque las regiones más afectadas coinciden con algunos de los destinos favoritos para vacacionar en Chile, de acuerdo a los datos del Ministerio de Salud, la gran mayoría de los casos anuales son residentes de comunas rurales y quienes trabajan en ellas.

De acuerdo al Instituto Nacional de Estadístic­as (INE), se proyecta que la población rural aumente cerca de un 25% para el 2035, en las regiones de Ñuble, La Araucanía y Los Ríos. Precisamen­te, tres de las regiones más expuestas al hantavirus.

Para Cavada, que los contagios por ese virus aumenten en el futuro por los cambios en el clima y la población de las regiones, es una probabilid­ad inminente, aunque “aún falta informació­n científica al respecto”. Según el experto, en este momento “la única forma de evitar este virus es prevenir el contagio”. En su opinión, en cuanto a salud pública, Chile ha tomado buenas decisiones mediante las campañas de informació­n año a año. ●

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► Aunque hay pocos casos al año, la letalidad del hantavirus es alta en comparació­n a otras enfermedad­es de origen similar.
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► La gran mayoría de los casos anuales son residentes de comunas rurales y quienes trabajan en ellas.

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