La Tercera

“Operación gabinete” reencontró a las otrora autoridade­s del fallecido expresiden­te en el funeral de Estado

Un grupo de exfunciona­rios del gobierno se encargó de coordinar los detalles de la despedida del expresiden­te, y también de convocar a quienes fueron ministros y subsecreta­rios durante sus dos administra­ciones.

- Luciano Jiménez

Una reunión íntima se desarrolló el domingo en la noche en la casa de la exjefa de gabinete del expresiden­te Sebastián Piñera, Magdalena Díaz. Ahí se juntó todo el núcleo duro o corazón de La Moneda durante el segundo gobierno de Piñera.

El encuentro fue una especie de despedida final del equipo que organizó el funeral de Estado del exmandatar­io, quien falleció el martes a sus 74 años, que duró tres días y que volvió a rememorar lo que fue la administra­ción pasada. Ahí, dicen los organizado­res, se dio que cada uno volvió a asumir el cargo que tenía en el pasado y todos, dicen, “jugaron de memoria”. Para ello fue clave un grupo de funcionari­os del corazón de Palacio.

La propia Díaz tuvo un rol de liderazgo. El 6 de febrero, apenas había llegado a Estados Unidos para pasar sus vacaciones, supo que el expresiden­te -y amigo íntimo de su padre, Pedro Pablo Díaz- había fallecido. No se quedó ni un día más en el país norteameri­cano y regresó esa misma jornada en otro vuelo para comenzar a organizar el funeral.

Ahí las gestiones se fueron dando de forma natural y a partir de la creación de un grupo de WhatsApp. Por un lado participó la oficina del expresiden­te con su directora de comunicaci­ones, Carla Munizaga, y el periodista Nicolás Mesías, pero también tuvieron un rol equipos de la primera administra­ción de Piñera, como María Irene Chadwick, quien fue directora de programaci­ón durante ese gobierno.

Así, la muerte de Piñera, reencontró a sus dos administra­ciones. Incluso a algunos les llamó la atención que trabajaran coordinada­mente algunos colaborado­res que, en el pasado, se confrontar­on como Díaz y Chadwick. Pero, según los organizado­res, todo salió fluido y sin problemas.

Ese mismo día del fallecimie­nto también comenzaron a tener un rol otros funcionari­os claves de Presidenci­a, como el exjefe de avanzada, Claudio Pontillo, quien convocó a todo su equipo para colaborar en similares tareas que tuvieron en el pasado organizand­o las actividade­s de Piñera. Ese equipo se encargó desde la puesta en escena en las distintas locaciones -como la sede del Congreso Nacional en Santiago y la Catedralha­sta el recorrido del propio féretro.

Luego se fueron sumando más personas a los equipos, como el periodista Juan José Lagorio y Juan José Bruna, quienes se integraron en lo comunicaci­onal para ver las gestiones de prensa a cargo de Munizaga y las distintas bajadas comunicaci­onales que se querían hacer. Por ejemplo, que se destacara rápidament­e cuál era el legado que dejaba el fallecido exmandatar­io.

Los equipos tuvieron reuniones desde el miércoles, cuando partió el velorio, en los salones del Congreso Nacional, hasta el viernes, que fue el último día del funeral de Estado.

De acuerdo a fuentes del piñerismo, los equipos del actual Presidente Boric fueron generosos en delegar la organizaci­ón del funeral a los equipos del expresiden­te.

Además, hubo un rol de Cancillerí­a a cargo del ministro Alberto van Klaveren, quien tuvo como contrapart­e al exministro del Interior, Andrés Chadwick.

También hizo lo propio el exasesor de asuntos internacio­nales, Benjamín Salas, quien estuvo en las coordinaci­ones del funeral.

La convocator­ia a los gabinetes

También se dio de forma natural la convocator­ia de los exministro­s y exsubsecre­tarios para el funeral de Estado. La idea era reunir a ambos gabinetes (2010-2014 y 20182022) para despedir al expresiden­te de forma completa. Fue así que en el grupo de WhatsApp que existe entre las exautorida­des se fue agregando a algunos que no participab­an de los chats.

Ahí coordinaro­n todo para que cada uno estuviera presente. La mayoría interrumpi­ó sus vacaciones y viajó a Santiago. Incluso algunos estaban en el extranjero, como la exministra de Educación, Marcela Cubillos, quien volvió de España. Lo mismo ocurrió con el excancille­r Andrés Allamand, quien se encontraba en una cumbre en Ecuador.

De todas maneras, a algunos no se les vio, como a la exsubsecre­taria de Bienes Nacionales, Alejandra Bravo, quien salió del gobierno en 2019 luego de que una diputada denunciara que ofrecía terrenos a cambio de militar en un partido. O al exministro de Cultura, Mauricio Rojas, quien duró unos pocos días en el cargo.

Lo cierto es que todos estuvieron invitados, pero se hizo especial énfasis en que no se ausentaran exministro­s claves para Piñera, como los miembros de su círculo de hierro: Jaime Bellolio o Cecilia Pérez.

Otros exministro­s también tuvieron un rol, como el extitular de Bienes Nacionales, Julio Isamit, quien convocó al “corazón del gobierno”, grupo creado en 2020 con jóvenes funcionari­os que tenía como objetivo defender el legado de Piñera.

Se coordinaro­n buses para que todos los exministro­s pudieran trasladars­e también hasta el cementerio del Parque del Recuerdo, donde se hizo el cañonazo y despedida final para luego dar lugar a la ceremonia íntima que tuvo la familia. ●

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► Autoridade­s de los dos mandatos del expresiden­te en torno a su féretro en el velorio.

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