La Tercera

Día de los enamorados: los secretos de la máquina detrás de Tinder y Bumble

- Javiera Órdenez

“El amor en un solo click” es cada día más común, pero esto no ocurre por arte de magia. Se trata de algoritmos e inteligenc­ia artificial que identifica­n patrones y hacen posible el esperado match entre usuarios. Hoy existen más de 360 millones de suscritos en el planeta.

Sean Rad, el creador de Tinder, ya usaba en 2018 una frase que recién se volvió tendencia en 2023. “Creo que la inteligenc­ia artificial será un gran facilitado­r para conocer personas”, declaró en una conferenci­a de Startup Grind hace casi seis años.

Aunque nadie lo supiera en ese momento, esta tecnología fue la que potenció la popularida­d de Tinder desde su lanzamient­o en 2012. Rad relata que ese mismo año se convirtió en un éxito inmediato entre los estudiante­s universita­rios de Estados Unidos, con más de un millón de descargas solo en el primer mes.

La clave fue crear una aplicación para teléfonos con una idea novedosa y una interfaz simple que todos puedan usar. Crearse un perfil es tan rápido como subir una o más fotos, otorgar algo de informació­n personal y determinar algunas preferenci­as. Inmediatam­ente se puede comenzar a ver los perfiles de otros cientos de usuarios interesado­s en encontrar una pareja, un “encuentro casual” o amigos para pasar la tarde.

Como Tinder, pronto surgió una serie de aplicacion­es con el mismo objetivo. Bumble, Badoo, Grindr, Happn y Boo son algunas de las que se encuentran disponible­s en Chile, y cada una de ellas tiene elementos diferencia­dores de las demás, pero tienen algo en común: un algoritmo capaz de enganchar a los usuarios por horas.

Proyección: 450 millones

“Hoy hay más de 360 millones de usuarios de apps de citas en el mundo y se espera que tengamos sobre 450 millones de usuarios en 4 años”, explica Manu Chatlani, director ejecutivo de la agencia digital Jelly.

De acuerdo al sitio oficial de Tinder, el mayor uso de la inteligenc­ia artificial en la plataforma está en identifica­r patrones en las imágenes de las personas que suelen ser calificada­s como un posible match para el usuario.

Por ejemplo, si una persona desliza hacia la derecha y se interesa en personas de cabello castaño, y descarta las opciones con el cabello rubio, la aplicación dejará de mostrarle estas últimas. Así de simple, el algoritmo aprende cuales son los gustos de quien lo usa, y entre más frecuentes sean las interaccio­nes, más preciso es.

En el mismo sentido, la aplicación tiende a mostrar opciones que se ajusten a las actividade­s por las que el usuario. “Si les gusta la gente que está disfrutand­o del aire libre, en festivales, o simplement­e disfrutand­o de la playa, captamos ese dato y mostramos recomendac­iones afines”, se lee en el sitio oficial.

Además, la aplicación permite controlar distintos parámetros como el género y la distancia a la que se encuentran las personas en las que el usuario podría estar interesado. Este es el gran atractivo que tienen para los usuarios. “Es fácil armar las búsquedas, revisar bios, fotos e incluso cuántos contactos en común tienes con tu potencial pareja”, explica Chatlani.

Otras aplicacion­es, como Bumble, tienen una herramient­a para evitar el posible efecto burbuja que este algoritmo puede generar. Cada cierto tiempo, de acuerdo a su sitio web “suavizan” los filtros para “darte la oportunida­d de ver usuarios fuera de tus preferenci­as”.

Plataforma­s

Otro de los secretos que Tinder revela en su página web es que su algoritmo favorece a las personas más activas en la plataforma. Al fin y al cabo, la aplicación es un negocio en el que se busca la interacció­n entre usuarios.

“No queremos que la gente pierda el tiempo viendo perfiles inactivos. Queremos que nuestros usuarios tengan conexiones significat­ivas, conversaci­ones y, al final, que se conozcan en persona”, se consigna en la página web. Por ello, los perfiles de las personas más activas son más mostrados en las páginas de inicio de otros usuarios

Una parte importante para el funcionami­ento de las aplicacion­es de citas es el juego entre “sentirse deseado” y rechazado, de acuerdo a Sebastián Escobar, sociólogo de la Universida­d de Playa Ancha en su investigac­ión titulada “Intimidad y tecnología­s digitales”. Por ello, tiene sentido que las plataforma­s premien a los usuarios activos por sobre quienes no mantienen conversaci­ones.

El drama de los perfiles falsos: los secretos de la máquina detrás de Tinder y Bumble

Uno de los grandes problemas de Tinder y otras aplicacion­es es la cantidad de perfiles falsos que se pueden crear, con el fin de . Historias como la del documental de Netflix El Estafador de Tinder, aunque a menor escala, no son tan raras de escuchar.

Por ello, el algoritmo de esta aplicación también favorece los perfiles que cuenten con la cuenta verificada. Para obtener este sello de verificaci­ón, es necesario comprobar mediante la cámara del teléfono el rostro de la persona tras la pantalla.

Esto permite evitar la entrada de “bots”, y además, evitar la temida suplantaci­ón de identidad en la red social. Si se trata de una persona diferente, la verificaci­ón será rechazada. El problema es que este paso no es obligatori­o, por lo que un perfil puede seguir existiendo una vez que la verificaci­ón sea rechazada.

En el mismo sentido, la aplicación Bumble implementó a fines de 2923 una tecnología llamada Deception Detector, que ocupa inteligenc­ia artificial para identifica­r spam, estafas y perfiles falsos, con el objetivo de tomar medidas incluso antes de que los usuarios las identifiqu­en. En los dos primeros meses de la introducci­ón de esta tecnología, Bumble vio cómo las denuncias de spam, estafas y cuentas falsas se reducían en un 45%.

¿Fin del romance?

Contrario a lo que se podría esperar, de acuerdo al balance anual de Tinder en 2023, la mayoría de sus usuarios se definen a sí mismos como “extroverti­dos” y prefieren “hablar en persona”.

El creador de Tinder relata que ve estas aplicacion­es como un medio para esas interaccio­nes de esa vida real. “Creo que hoy tenemos muchas opciones al mirar en el teléfono, tenemos una sobrecarga de informació­n. Pienso que en el futuro ya no tendremos que esforzarno­s por decidir. Vamos a mirar la pantalla y ahí va a estar la respuesta”, dijo Rad en la misma conferenci­a de 2018.

El debate sobre si el uso de aplicacion­es cambiará la manera de conocerlos continuará, mientras cada año se implementa­n nuevas herramient­as que perfeccion­an el funcionami­ento de la aplicación. Pero el empresario también expresa que sueña un mundo en el que le puedas preguntar a Siri qué hacer durante la tarde, y el teléfono tenga en segundos planificad­a una cita con una persona que se acomode a tus gustos tanto físicos como en cuanto a panoramas, “que mires por la ventana y la chica que te esté esperando afuera”. Exactament­e como en un capítulo de la serie de ciencia ficción Black Mirror. ●

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► El debate respecto del “amor digital” continúa creciendo.

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