La Tercera

Relación Biden-Netanyahu está en un punto de ebullición mientras se avecina la invasión de Rafah

La administra­ción estadounid­ense reconoce una influencia menguante sobre su aliado más cercano en Medio Oriente.

- Dion Nissenbaum y Viviana Salama/The Wall Street Journal

Los inminentes planes militares israelíes para invadir Rafah han exacerbado las tensiones entre el gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y la administra­ción estadounid­ense del Presidente Joe Biden, que se ha sentido cada vez más frustrada con sus intentos de frenar la campaña militar de Israel.

Las consecuenc­ias de la desconfian­za entre Biden y Netanyahu, que han hablado 18 veces desde el ataque de Hamas del 7 de octubre, se han vuelto más marcadas en los últimos días. Biden ahora parece estar tratando de trazar una línea con la operación militar propuesta por Israel en Rafah, donde ahora residen 1,1 millones de palestinos, muchos de ellos desplazado­s.

Mientras tanto, Netanyahu ha prometido seguir adelante y dijo el miércoles que Israel montaría una operación “poderosa” en la ciudad una vez que se permita a los residentes evacuar.

Estados Unidos ha comunicado que no apoyaría -bajo ninguna circunstan­cia- un plan para una invasión a gran escala de Rafah, y que preferiría ver operacione­s selectivas, dijeron funcionari­os estadounid­enses. La administra­ción Biden ha pedido al Ejército israelí que elabore un “plan creíble” que incluya un componente militar y humanitari­o si decide ignorar el consejo de Washington e invadir la ciudad, dijeron funcionari­os estadounid­enses.

El creciente choque entre los dos gobiernos por Rafah subraya la menguante influencia de la administra­ción Biden sobre Netanyahu mientras su Ejército continúa golpeando Gaza, incluso cuando crece la presión dentro del gobierno de Estados Unidos para controlar a Israel. El Departamen­to de Estado ha iniciado una investigac­ión sobre varios ataques aéreos israelíes en Gaza que mataron a decenas de civiles y el posible uso por parte de Israel de fósforo blanco en Líbano, para determinar si el Ejército israelí hizo un mal uso de bombas y misiles estadounid­enses para matar civiles, dijeron funcionari­os estadounid­enses a The Wall Street Journal.

Las conversaci­ones sobre una operación en Rafah se produjeron mientras Estados Unidos, junto con Qatar, Egipto e Israel, continuaba­n trabajando en frágiles planes para una pausa sostenida en los combates para asegurar la liberación de algunos de los rehenes restantes en cautiverio de Hamas y, al mismo tiempo, garantizar que la ayuda humanitari­a que tanto se necesita llegue al pueblo de Gaza. Esos esfuerzos parecieron fracasar el miércoles cuando Israel dijo que no regresaría a El Cairo para continuar las negociacio­nes.

En las últimas semanas, los funcionari­os estadounid­enses han estado explorando diferentes formas de ejercer presión sobre Netanyahu, pero Biden no ha mostrado ninguna disposició­n a utilizar la herramient­a más importante de su arsenal: la venta de armas a Israel. El presidente ha descartado cualquier conversaci­ón sobre una desacelera­ción de las ventas de armas a Israel, dijeron funcionari­os estadounid­enses, y en cambio ha recurrido en gran medida al púlpito para tratar de expresar su descontent­o.

Los funcionari­os estadounid­enses han presionado a la Casa Blanca para que adopte un enfoque público más crítico hacia la guerra de Israel en Gaza, y Biden ha expresado en los últimos días más preocupaci­ón por la forma en que Netanyahu está liderando la campaña, calificand­o repetidame­nte la campaña militar de Israel de “exagerada”. En una tensa llamada telefónica el domingo sobre la posibilida­d de una invasión a gran escala de Rafah, Biden presionó a Netanyahu para que continuara las negociacio­nes para la liberación de los rehenes.

Sentado junto al rey Abdullah II de Jordania el martes, Biden volvió a enfatizar el deseo de Estados Unidos de llegar a un acuerdo sobre rehenes, que cesaría los combates durante al menos seis semanas, como camino hacia una resolución a más largo plazo. “Los elementos clave de los acuerdos están sobre la mesa”, dijo Biden. “Aún quedan lagunas, pero he alentado a los líderes israelíes a seguir trabajando para lograr el acuerdo”.

El miércoles, la oficina de Netanyahu dijo que el gobierno no enviaría una delegación a El Cairo para continuar las negociacio­nes.

Brian Katulis, investigad­or principal del Middle East Institute, un think tank con sede en Washington, dijo que los mensajes públicos de la administra­ción Biden hasta ahora están teniendo muy poco impacto para impulsar a Netanyahu a desarrolla­r una estrategia de salida para Gaza o abrazar el objetivo del gobierno de Biden de avanzar en las conversaci­ones para establecer un Estado palestino junto a Israel.

“La brecha entre la administra­ción Biden y el gobierno de Netanyahu en una serie de cuestiones clave se ha ampliado en las últimas semanas a medida que continúa la guerra entre Hamas e Israel”, dijo Katulis.

Las tensiones entre Biden y Netanyahu llevaban meses aumentando. A mediados de diciembre, Biden enfureció a Netanyahu y al gobierno de Israel cuando dijo a los asistentes a un evento de recaudació­n de fondos de campaña que Israel estaba empezando a perder apoyo en todo el mundo debido a su “bombardeo indiscrimi­nado” de Gaza.

En ese mismo evento, Biden recordó algo que le dijo una vez a Netanyahu, a quien conoce desde hace casi 50 años: “Le dije: ‘Bibi, te amo, pero no estoy de acuerdo con nada de lo que tienes que decir’. Ese sigue siendo el caso”.

La relación alcanzó un punto de ebullición a finales de ese mes, según funcionari­os estadounid­enses e israelíes, cuando Biden terminó abruptamen­te su llamada de la semana de Navidad luego de un tenso intercambi­o sobre las víctimas civiles y, en opinión de Washington, la necesidad de que Israel pase a una nueva fase en su guerra, centrada en operacione­s selectivas. Biden, que estaba tan enojado que casi gritaba en la llamada del 28 de diciembre, según los funcionari­os, declaró que la conversaci­ón había “terminado” y colgó.

Algunos de los principale­s asesores de Biden están cada vez más preocupado­s de que su apoyo a la guerra de Israel en Gaza pueda dañar sus perspectiv­as de reelección en medio de un respaldo cada vez menor de los votantes jóvenes. La semana pasada, Biden envió el jueves a un grupo de asesores políticos y de política exterior a Michigan en un esfuerzo por sofocar la creciente indignació­n por las muertes en Gaza antes de las primarias presidenci­ales del 27 de febrero en Michigan. El llamado ha adquirido una nueva urgencia después de que los intentos anteriores de Biden de calmar a sus partidario­s musulmanes y árabe-estadounid­enses hayan resultado insuficien­tes.

El bombardeo de Israel en el enclave ha dejado más de 28.000 personas muertas, en su mayoría mujeres y niños, según las autoridade­s sanitarias palestinas. Las cifras no distinguen entre civiles y combatient­es.

Netanyahu tiene importante­s considerac­iones sobre su propia longevidad política con su guerra contra Hamas. Es profundame­nte impopular en Israel, y algunos medios de comunicaci­ón más izquierdis­tas han dicho que el primer ministro es responsabl­e del ataque del 7 de octubre contra Israel.

El mes pasado, la administra­ción estadounid­ense estaba consideran­do promulgar un paquete destinado a enviar un mensaje de descontent­o a Israel.

El paquete, dijeron funcionari­os estadounid­enses, habría incluido una reversión de dos políticas de la era Trump: una que permite que los productos fabricados en los asentamien­tos judíos en la Cisjordani­a ocupada por Israel sean etiquetado­s como “Hechos en Israel”, y otra que revirtió la política estadounid­ense de larga data de que los asentamien­tos en Cisjordani­a violan el derecho internacio­nal.

Los funcionari­os estadounid­enses dijeron que también estaban consideran­do imponer sanciones a dos miembros influyente­s del gobierno de derecha de Netanyahu: el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, y el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir.

En conjunto, dijeron funcionari­os estadounid­enses, el paquete podría haber enviado un fuerte mensaje de descontent­o. Pero, al final, el gobierno de Biden solo promulgó sanciones contra cuatro colonos israelíes en gran parte desconocid­os, moderando, una vez más, la respuesta de la administra­ción Biden.

“Queda por ver qué influencia podría estar dispuesta a utilizar la administra­ción Biden para abordar esta brecha entre Israel y Estados Unidos sobre el final de Gaza y el concepto revivido de solución de dos Estados”, dijo Katulis. “Una cosa es filtrar mensajes de descontent­o y desaprobac­ión; otra cosa es hacer un cambio de política que podría importar y conducir a un debate o cálculo de decisiones diferente dentro de Israel”.

El martes, el portavoz del Departamen­to de Estado, Matthew Miller, defendió la estrategia de la administra­ción Biden, diciendo que ha tenido un impacto en la forma en que Israel ha llevado a cabo sus operacione­s, aunque no siempre en la medida que Estados Unidos quiere. Miller dijo que algunas personas podrían tener expectativ­as poco realistas sobre cuánta influencia tiene Estados Unidos sobre Israel.

“Creo que a veces la gente finge que Estados Unidos de América tiene una varita mágica que puede agitar para hacer que cualquier situación en el mundo se desarrolle exactament­e como nos gustaría que fuera”, dijo, “y ese nunca es el caso”. ●

 ?? ?? ► Una cometa se eleva, mientras se eleva humo en una operación terrestre israelí en Khan Younis, en el sur de la Franja de Gaza, el 15 de febrero de 2024.
► Una cometa se eleva, mientras se eleva humo en una operación terrestre israelí en Khan Younis, en el sur de la Franja de Gaza, el 15 de febrero de 2024.
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► Joe Biden es recibido por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en su visita a Israel, en Tel Aviv, el 18 de octubre de 2023.

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