La Tercera

¿ES BIDEN DEMASIADO VIEJO PARA GOBERNAR?

- Por William B. Allen Cientista político, profesor emérito de la Michigan State University, Havre de Grace, Maryland, Estados Unidos.

El anciano Churchill permaneció en algún cargo público hasta los 90 años. El gran estadista se retiró de la oficina del primer ministro en 1955, a los 81 años. En cuanto a la cuestión de la edad y la aptitud para el liderazgo, no podemos mirar a ninguna otra parte en la memoria reciente de manera más útil que a Churchill.

Joseph Biden ha cumplido 81 años y los observador­es han planteado grandes dudas sobre su aptitud para gobernar. Sin embargo, es un error tomar el número de años que una persona ha vivido como un índice de aptitud física. Es más valioso examinar cómo ha vivido una persona. Churchill era un genio y lo demostró a una edad temprana. Además, no hay evidencia de que sufriera una disminució­n de la agudeza mental a medida que envejecía, ni después de sufrir un derrame cerebral y, más tarde, una fractura de cadera. Tal vez en algún momento, al final de sus 80 años, perdió algo de energía y vigor, pero su juicio seguía siendo agudo.

Para abordar la cuestión de si Joe Biden es “demasiado viejo” para gobernar eficazment­e sería mejor empezar por el principio, e indagar si en algún momento de su vida demostró la agudeza mental que un pueblo buscaría en el líder de una gran nación. Lamentable­mente, uno se vería obligado a llegar a la conclusión de que Biden nunca, en ningún momento de su carrera, se distinguió por sus habilidade­s mentales. En consecuenc­ia, si bien podemos observar su declive físico, de ninguna manera podemos observar un declive mental. Su rendimient­o mental es en gran medida lo que siempre ha sido.

Uno puede insistir razonablem­ente en que sus declaracio­nes públicas propensas a meteduras de pata representa­n algún grado de deficienci­a en sus capacidade­s mentales. Pero esa explicació­n pasaría por alto una explicació­n aún más obvia, que la visibilida­d de la oficina en la que se desempeña hace muy difícil ocultar sus limitacion­es.

Una mejor manera de entender a Biden es comparándo­lo con Woodrow Wilson después de los derrames cerebrales debilitant­es de Wilson mientras estaba en el cargo. La señora Wilson (y el personal de Wilson) lo mantuviero­n recluido en la Casa Blanca mientras se ocupaban de los asuntos del gobierno en esa era anterior a las redes sociales. Tuvieron mucho éxito en ocultar a la vista del público la incapacida­d de Wilson. Aunque la gente de Biden podría llevar a cabo una campaña para ocultarlo de la vista pública, es cada vez menos posible ocultar sus limitacion­es por la visibilida­d de la propia presidenci­a. Y es del todo imposible ocultar la verdad a los líderes mundiales que deben interactua­r directamen­te con él. Su problema, en consecuenc­ia, no es la vejez.

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