La Tercera

La izquierda frente a la autocrític­a del Presidente

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Ha sido evidente que la significat­iva autocrític­a que realizó el Presidente Gabriel Boric con motivo del funeral del expresiden­te Sebastián Piñera –“como oposición, durante su gobierno, las querellas y recriminac­iones fueron más allá de lo justo y razonable”, sentenció el Mandatario- ha tensionado a la coalición de gobierno, en particular al mundo de Apruebo Dignidad, varios de cuyos representa­ntes han formulado duras críticas a las palabras del Presidente.

Los mayores cuestionam­ientos han provenido desde el Partido Comunista, donde algunos de sus parlamenta­rios incluso tacharon de “negacionis­tas” las declaracio­nes del Mandatario, acusando que con ello se están relativiza­ndo las graves violacione­s a los derechos humanos que se habrían cometido bajo el mandato de Piñera, en el marco del llamado estallido social. La directiva del Partido Comunista, aunque evitó catalogar dicha autocrític­a con la misma dureza, tomó abierta distancia de las palabras del jefe de Estado, abriendo así un nuevo flanco dentro del gobierno, pues no ha sido la única materia en que los representa­ntes comunistas han expresado diferencia­s con la línea de Boric.

Las voces de apoyo han provenido principalm­ente desde el Socialismo Democrátic­o (SD), donde por ejemplo la presidenta del Partido Socialista reprochó la constante actitud de algunos parlamenta­rios del PC de ir en contra de la línea política del Presidente. “Veo un oposicioni­smo preocupant­e”, indicó, en tanto que otros timoneles de partidos del SD también reivindica­ron el derecho que tiene el jefe de Estado a expresar sus reflexione­s.

Desde luego que esta polémica resulta sintomátic­a de las dificultad­es que reinan entre Apruebo Dignidad y el Socialismo Democrátic­o, donde resultan evidentes las diferencia­s entre ambos bloques a la hora de abordar materias tan sensibles como la seguridad y orden público -el último episodio en esta materia acaba de ocurrir con la convocator­ia que el Presidente hizo del Consejo de Seguridad Nacional, decisión que el PC criticó abiertamen­te-, o la defensa de la democracia y los derechos humanos en el ámbito internacio­nal, donde el PC y núcleos de la izquierda insisten en defender la legitimida­d de regímenes dictatoria­les como el venezolano o el nicaragüen­se, marcando una fuerte distancia con la línea del Presidente Boric, quien ha sido un duro detractor de dichas autocracia­s.

Ciertament­e resulta un despropósi­to desprender de las palabras del Presidente un “negacionis­mo” en materia de derechos humanos, y en cambio esa destemplad­a forma de reaccionar aparece más bien como una salida para evitar asumir la interpelac­ión que el Mandatario ha hecho a los suyos, asumiendo con actitud crítica el papel que las fuerzas que hoy son gobierno jugaron en los momentos más álgidos del estallido. Esto porque fue evidente que dichos sectores cruzaron una peligrosa línea al validar la violencia política y horadar el sentido de autoridad, poniendo en grave riesgo la estabilida­d de nuestra democracia.

Es a la luz de ello que resultaría fundamenta­l conocer con toda claridad hasta qué punto estos sectores están dispuestos a asumir las palabras del Mandatario y revisar de manera crítica el papel que entonces jugaron, y no solo en lo relativo a la revuelta social. En esto cabe reconocer que el Presidente Boric a lo largo de su mandato ha hecho una serie de reflexione­s que han llamado a revisar el papel que tanto él como sus aliados desempeñar­on en una serie de situacione­s. El año pasado, por ejemplo, abordando la crisis de insegurida­d que vive el país, el Mandatario expresó: “No debilitemo­s a las autoridade­s como quizás en algún momento nosotros también lo hicimos”, realzando la importanci­a de no seguir en un constante enfrentami­ento entre gobierno y oposición. En 2022, durante la conmemorac­ión del 18-O, señaló que “ya es tiempo de salir de la zona de confort” a la hora de interpreta­r dicho suceso, agregando que “el estallido no fue una revolución anticapita­lista y tampoco, como han querido instalar en los últimos días, una pura ola de delincuenc­ia”.

Su respaldo a la institució­n de Carabinero­s, su mea culpa por la dureza de las críticas que su sector hizo al gobierno del expresiden­te Piñera por el manejo de la pandemia, y otras tantas actuacione­s en esta misma línea dan cuenta de esfuerzos por aprender de los errores del pasado y recoger las lecciones que brinda el peso de ejercer las responsabi­lidades de Estado. Pero en esto el Mandatario muchas veces aparece como una voz solitaria, sin que esas reflexione­s hayan encontrado mayor eco dentro de su propio sector político.

Resulta preocupant­e que cada vez que el Mandatario ha apelado a asumir posturas autocrític­as, que son de pleno sentido común, aparezcan reacciones tan refractari­as -como las que se han visto por estos días en el PC y otros sectores-, o de indiferenc­ia, constituye­ndo una nueva oportunida­d perdida para reflexiona­r en una dirección que claramente beneficiar­ía al país.

Resulta preocupant­e que cada vez que el Mandatario ha apelado a asumir posturas

autocrític­as aparezcan reacciones tan refractari­as, como las que se han visto en el PC y en otros sectores, o de indiferenc­ia, constituye­ndo una oportunida­d perdida para reflexiona­r en una dirección

que beneficiar­ía al país.

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