La Tercera

Rusia arrebata a Ucrania el control de la ciudad de Avdiivka en su mayor avance en nueve meses

- José Ignacio Araya

Tras meses de cruento combate, las fuerzas rusas forzaron la retirada ucraniana de la ciudad clave situada en el centro del óblast de Donetsk. No sólo se trata de la primera victoria bélica para el Kremlin desde la captura de Bakhmut en mayo de 2023, sino que también le sirve a Putin de cara a la elección presidenci­al que, según todos los pronóstico­s, ganará en marzo.

Avdiivka no es una ciudad ucraniana más en el mapa de la guerra que se acerca a cumplir dos años el próximo sábado. De hecho, se trata de una que ha soportado una década de conflicto luego de que, en 2014 -cuando Rusia ya demostraba sus intencione­s de anexionars­e zonas del Donbás-, fuera tomada brevemente por separatist­as prorrusos apoyados por Moscú, pero la defensa logró retomar la ciudad. Este fin de semana, sin embargo, finalmente cayó luego de una de las más intensas batallas en lo que va de invasión rusa en suelo de Ucrania.

Así lo aseguró el Kremlin este domingo, cuando afirmó que sus fuerzas lograron forzar la retirada ucraniana de la ciudad. De ese modo, Rusia logró su mayor ganancia de territorio en nueve meses, cuando se hicieron con el control de Bakhmut –otra cruenta y larga batalla– en mayo de 2023.

Si bien Moscú dijo que todavía quedan algunas tropas defensoras atrinchera­das en una inmensa planta de coque de la era soviética, en Kiev señalaron que habían retirado sus tropas del lugar para evitar que quedaran totalmente rodeadas por las filas enemigas. Según el Ministerio de Defensa ruso, sus soldados avanzaron 8,6 km en esa parte del frente, que actualment­e recorre una longitud total de 1.000 km, consignó Reuters.

“Se están tomando medidas para despejar completame­nte la ciudad de milicianos y bloquear a las unidades ucranianas que han abandonado la ciudad y están atrinchera­das en la planta de coque y productos químicos de Avdiivka”, informó el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenko­v.

Según la misma agencia de noticias, la televisión estatal rusa mostró cómo eran retiradas las banderas azul y amarilla de Ucrania, para luego ser reemplazad­as por la tricolor blanca, azul y roja de Rusia, incluso en la planta de coque que alguna vez fue de las más grandes de Europa, y que aparenteme­nte ahora sirve como refugio para las últimas fuerzas ucranianas en la zona.

The New York Times aseguró, citando estimacion­es de funcionari­os ucranianos y de los servicios de inteligenc­ia británicos, que, desde el 1 de enero, las fuerzas que responden al Presidente Vladimir Putin han lanzado alrededor de 450.000 kilogramos de bombas

aéreas sobre una zona de sólo 31 kilómetros cuadrados. En cuatro semanas, aviones de guerra rusos lanzaron unas 600 bombas guiadas sobre Avdiivka, donde se contabiliz­aron hasta 50 en un solo día.

La ciudad quedó prácticame­nte destruida, y se estima que la mayoría de los más de 30.000 habitantes que residían en el lugar antes de la guerra, se fueron. Sin embargo, un pequeño grupo de unos 900 civiles se quedaron viviendo bajo tierra y sobrevivie­ndo con alimentos y suministro­s traídos por trabajador­es humanitari­os, señalaron los administra­dores municipale­s y la policía. Tras la retirada ucraniana, se desconoce su destino.

Una ciudad clave

La toma de Avdiivka se dio cuando Ucrania aún resiente la fallida contraofen­siva. Con esto, Rusia sale con la moral alta y Moscú marcando el paso de la lucha, consignó The Associated Press. Y Putin lo sabe. “El jefe del Estado felicitó a los soldados rusos por este éxito, una importante victoria”, detalló el Kremlin mediante un comunicado en su página web.

En parte, la alegría del país de Eurasia se debe a que Avdiivka es clave para el objetivo de Rusia de concretar su dominio sobre el centro regional de Donetsk, señaló Reuters, en lo que se considera como un paso más para asegurar el control total de la región industrial de Donbás. Pero no sólo se trata de una victoria en el ámbito bélico, sino también de una en el escenario político.

A un mes de las elecciones presidenci­ales en Rusia, las que muy probableme­nte gane sin dificultad el actual mandatario, Vladimir Putin, un avance tras nueve meses le viene como anillo al dedo para justificar­se ante la ciudadanía y la cúpula militar.

La derrota ucraniana también deja entrever dos temas clave de cara al futuro de la guerra, ad portas de los dos años desde su inicio: la crítica falta de artillería en las fuerzas defensoras, y el cambio de estrategia aplicado por Moscú, a sabiendas, por cierto, del primer punto.

The Associated Press habló con más de una docena de comandante­s, incluidos jefes de unidades de artillería, en las zonas de combate más intensas de la guerra en las semanas previas a la caída de Avdiivka. Coincidier­on en que la escasez, que los ha golpeado desde el inicio de la invasión a gran escala, se agravó el otoño europeo pasado. Pero, especialme­nte, la referente a la artillería de largo alcance suministra­da por Occidente.

Esto les impide atacar objetivos de alto valor detrás de las líneas rusas, lugar en el que se concentran los equipos pesados y el personal, consignó la agencia. Durante semanas, las fuerzas ucranianas han debido luchar con sólo el 10% de los suministro­s que necesitan realmente, en un esfuerzo por economizar los limitados recursos.

En ese intento, los jefes militares han instruido que se dispare únicamente contra objetivos precisos, pero se lamentan de que, en la práctica, eso se reduce a que apenas permite contener a un enemigo que está claramente mejor abastecido y que, como quedó en evidencia este fin de semana, llevó a que finalmente fueran superadas las tropas defensoras.

La falta de ayuda estadounid­ense, cada vez más reticente a la entrega de dineros – al menos en el Partido Republican­o–, podía provocar la caída de la ciudad ucraniana, había dicho el sábado el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Según un comunicado de la Casa Blanca, Biden llamó ese día a Volodymyr Zelensky, mandatario de Ucrania, para subrayar su compromiso con el apoyo al país invadido. Desde Washington lamentaron que la derrota se había producido “por la disminució­n de los suministro­s como resultado de la inacción del Congreso”, consignó Reuters.

Por otro lado, también se evidenció un cambio de táctica en la estrategia de Rusia, señalaron a The Associated Press soldados ucranianos apostados en Avdiivka previo a la retirada. En lugar de enviar columnas de vehículos armados, las fuerzas del Kremlin pasaron al avance de oleadas de grupos de infantería más pequeños para enfrentars­e a las fuerzas ucranianas cuerpo a cuerpo, en una muestra de adaptabili­dad a la falta de municiones en el bando defensor.

Gracias a esa estrategia, los ucranianos debían utilizar “cinco veces” más municiones para mantener a los rusos a raya. “El enemigo también entiende y siente nuestras capacidade­s, y con eso consigue triunfar”, dijo Chaklun, un soldado de la 110ª Brigada.

Según Seth. G. Jones, analista militar del Centro de Estudios Estratégic­os e Internacio­nales (CSIS), las tácticas de Moscú en Avdiivka fueron “una campaña de castigo de manual, que han orquestado en Chechenia, Siria, Ucrania e incluso Afganistán”, dijo a The New York Times. “Está diseñado para elevar los costos sociales de la resistenci­a continua y coaccionar al adversario y a su población para que se rindan”, cerró. ●

 ?? ?? ►Soldados ucranianos salen de un vehículo militar en Avdiivka, región de Donetsk, en una captura de pantalla tomada de un video publicado el 17 de febrero de 2024.
►Soldados ucranianos salen de un vehículo militar en Avdiivka, región de Donetsk, en una captura de pantalla tomada de un video publicado el 17 de febrero de 2024.
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► Soldados ucranianos en Avdiivka, en la región de Donetsk.

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