La Tercera

Libro detalla la áspera rivalidad entre Don Francisco y Enrique Maluenda

- Claudio Vergara

El recién aparecido libro Mucha Tele, que aborda la pantalla local durante el régimen de Pinochet, muestra el gallito constante que tuvieron ambos pesos pesados de la TV nacional. Incluso, la Teletón habría nacido como una exhibición de fuerzas de Mario Kretuzberg­er hacia el animador nacional que falleció en octubre pasado.

Enrique Maluenda siempre fue la amenaza más latente para el reinado televisivo de Don Francisco. “No somos íntimos amigos”, reforzaba el fallecido animador cuando se le consultaba por su némesis en la pantalla chica, según recoge el recién aparecido libro Mucha Tele, de los periodista­s Rafael Valle y Marcelo Contreras, el que recorre la historia de la TV local entre 1973 y 1990.

De hecho, Maluenda fue el único que logró rasguñar el imperio sabatino en el que Mario Kreutzberg­er parecía invencible por décadas.

En 1970, Maluenda volvió a Chile luego de su exitoso paso en el decenio anterior por canales de Perú y Puerto Rico. Al llegar al país, le encomendar­on una misión tan dura como desafiante: asumir el programa Sábados en el 9 de Canal 9, con el propósito explícito de competirle a Sábados Gigantes de Canal 13, a cargo del propio Don Francisco y que ya acumulaba ocho años como un buque insignia de la franja sabatina.

Y Maluenda lo logró. Sábados en el 9 se convirtió en un temido contrincan­te para Kreutzberg­er y su misceláneo de concursos, entrevista­s, modelos, colitas y reportajes.

En el programa Biografías que emitió Canal 13 en 2005, dedicado a Don Francisco, el director de Sábados en el 9, Antonio Freire, recordaba así el combo a combo entre los dos pesos pesados de la pantalla chica nacional: “(Enrique Maluenda) entró con el pie derecho. Lo animaba en coequipo con Juan La Rivera. Mario en su desesperac­ión, en vez de empezar a las tres, decía vamos a salir a las dos y media. Nosotros salíamos a las dos. Sin el decía a la una y media, nosotros salíamos a la una. Si él decía: ‘voy a seguir con el programa hasta las ocho’, nosotros seguíamos hasta las ocho y media. Estaba todo abierto”.

La estrategia arrojó resultados. El espacio de Maluenda logró ganarle en sintonía a Sábados Gigantes. Nadie antes -ni probableme­nte después- había conseguido tamaña conquista. Don Francisco temía que la situación podía ser irreversib­le. Por momentos, pensó que el naufragio era inminente.

Por esos días, el animador de Canal 13 tuvo un encuentro casual con Freire donde reconoció que su rival los había vencido. Incluso le reveló que tenía la intención de irse a trabajar a un canal universita­rio de Costa Rica, entre otras cosas, abrumado por la derrota en rating.

Lo que Kreutzberg­er no sabía es que Maluenda ya le había comunicado a su equipo que no seguía en el programa. Se iría nuevamente a Puerto Rico. Por tanto, Sábados en el 9 quedaba descabezad­o y a la deriva.

Don Francisco, ya sin una amenaza fuerte, decidió quedarse en Chile. Sábados en el 9 situó a cuatro animadores para competirle, pero el formato no funcionó.

Así, Don Francisco había vuelto a ser el monarca sin contrapeso­s de la pantalla chilena en la primera mitad de los años 70.

Dingolonda­ngo

Pero la batalla continuarí­a. El rival se había ido de Chile, pero no estaba del todo dormido.

En 1976, Maluenda vuelve al país y le ofertan la misma faena, esta vez por parte de TVN: mostrarle los dientes al hombre de los sábados en Canal 13. Y de nuevo acepta. Eso sí, esta vez otros intervinie­ron para que la pugna no fuera tan cruenta.

“Me invita a volver a Chile el director general de TVN, Jaime del Valle. Yo estaba muy bien en Puerto Rico, ganando en dólares, con auto de la compañía, en el Caribe, las tenía todas. Pero el deseo era volver”, relata Maluenda en Mucha Tele.

Luego sigue: “Me vengo a hacer Dingolonda­ngo en 1976. Del Valle era vicerrecto­r de la Universida­d Católica, por ende, amigo del director de Canal 13, Eleodoro Rodríguez. Quiso llevarse a Don Francisco a TVN y él no se movía del 13. Cuando del Valle me conoció dijo: ‘Este es el hombre que voy a necesitar en reemplazo de Don Francisco’. Eleodoro Rodríguez convence a Jaime del Va

lle: ‘¿para qué el día sábado? Vamos a competir inútilment­e, impedimos que la gente vea los dos programas. Déjame el sábado y tú ocupa el domingo’. Aceptó”.

Eso sí, Maluenda desliza en sus palabras que el propio Mario Kreutzberg­er habría estado tras esa suplica. Como sólo un par de años antes le había ganado con Sábados en el 9, quizás no quería repetir la misma experienci­a. Dingolonda­ngo podría haber sido otra amenaza más que fantasma.

“Me da la impresión de que las palabras de Eleodoro no son de él, son de Don Francisco, porque cuando hice el Sábados en el 9, le gané la sintonía. Si yo competía con Dingolonda­ngo el sábado, probableme­nte habría ganado”, confirma Maluenda.

De esa forma, Dingolonda­ngo se convierte en una fuerza imparable durante los domingos, también gracias a una receta que hermanaba entretenci­ón, humor, magazine y estrellas internacio­nales.

La Teletón, ¿de dónde nace?

Pero también algo más. El espacio de la red estatal suma la ayuda benéfica a gran escala, un elemento que escaseaba en la pantalla local. Para eso tenía la sección bautizada como El copihue de oro, donde una entidad tenía que cumplir una prueba y, a cambio, se le entregaba dinero o algún insumo que necesitara para su mantenimie­nto y desarrollo.

Por ejemplo, según ilustra Maluenda en el libro, la primera experienci­a fue con un hogar de niños de Curicó, el que necesitaba camas y colchones, además de juntar el hoy equivalent­e a un millón de pesos. A cambio de eso, la institució­n tenía que conseguir a 10 parejas de huasos con un conjunto de música folclórica y 10 vendedoras de dulces curicanos tenían que regalar sus productos entre el público. Arrasaron con la meta y reunieron muchísima más plata que la establecid­a en un principio.

En una emisión, el Hogar Pro Ayuda al Niño Lisiado tenía como desafío llevar al estudio a Don Francisco y a Mandolino, estrellas de la competenci­a. El comediante se enfermó, pero Kreutzberg­er aceptó el desafío y partió al programa. Cuando tomó el taxi hacia el casino Las Vegas, le preguntó al conductor: “¿cuánto es el premio? ¿10 mil? Entonces voy a dar 15 lucas”.

“Así era yo, competitiv­o”, se autodefine Don Francisco.

El premio se lo llevó el Hogar Pro Ayuda al Niño Lisiado y, según cuenta el libro, fue el germen de la Teletón, que se haría sólo años después. La experienci­a había impactado al hombre de Canal 13. “Ahí conocí a don Ernesto Rosenfeld (presidente del Hogar Pro Ayuda al Niño Lisiado). Y Bill Weaks, de la Embajada de Estados Unidos en Chile, me hizo el contacto con Jerry Lewis para que yo conversara con él”, narra Kreutzberg­er en el texto.

Pero Maluenda tiene otra mirada de la cuna de la Teletón. Para él, nació nuevamente de las ansias indisimula­bles de competir que exhibía Don Francisco cuando se trataba de éxitos televisivo­s.

El fallecido animador reflexiona en Mucha Tele: “Mario se sintió muy tocado por la enorme popularida­d benéfica que había adquirido el Dingolonda­ngo, porque eran tantas las donaciones y plata que llegaba a las institucio­nes; entonces: ‘¿cómo supero a este hueón?’. Ahí nace la Teletón, al año siguiente que yo termino el Dingolonda­ngo. Él quería superarlo. Si se lo preguntas, lo va a negar”.

“Yo se lo dije una vez. Yo iba con muy pocas ganas a la Teletón. Había comentario­s de que un porcentaje de las platas las cobraba él por su sobrecarga de trabajo. Era mi antagonist­a, mi adversario televisivo. ¿Mi relación con él? Regular. Nos saludamos cuando nos encontramo­s. Él ha tenido atenciones conmigo, yo he tenido atenciones correspond­ientes con él, pero no somos íntimos amigos. Pero él hace bien ese trabajo. Se mantiene una obra muy bonita y muy grande”.

Pero Kreutzberg­er dice que la Teletón chilena es un formato replicado de la cruzada que encabezó Jerry Lewis en Estados Unidos. Ahí, separa aguas con Maluenda. “Toda este Teletón es un sueño mío basado en la Teletón de 24 horas de Jerry Lewis, la nuestra duró 27 (…). La versión chilena tenia muchas cosas de Jerry Lewis… y muchas otras que no existen en ningún parte”, remata el animador.

Pero la marcha del calendario al parecer modera cualquier enfrentami­ento. Cuando en octubre del año pasado Maluenda falleció a los 88 años, su competidor pareció de una vez levantar bandera blanca, hacer las paces y reconocer su legado. Así fueron sus palabras en su despedida: “Enrique era un hombre muy talentoso, de lo contrario no hubiera estado la cantidad de años que estuvo en la televisión. Fue el primero que se abrió puertas fuera de Chile”.

El libro Mucha Tele, de los periodista­s Rafael Valle y Marcelo Contreras, ya está disponible en las principale­s librerías del país. ●

 ?? ?? ► Los animadores Enrique Maluenda y Mario Kreutzberg­er protagoniz­aron una dura competenci­a en la televisión chilena entre 1973 y 1990.
► Los animadores Enrique Maluenda y Mario Kreutzberg­er protagoniz­aron una dura competenci­a en la televisión chilena entre 1973 y 1990.
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► Mario Kreutzberg­er levantó un impero sabatino casi invencible de concursos y entretenci­ón.

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