La Tercera

Piñera, ¿fénix?

- Gabriel Zaliasnik Profesor de Derecho Penal Facultad de Derecho, Universida­d de Chile

Asolo dos semanas del accidente que cobró la vida al expresiden­te Sebastián Piñera es aún prematuro dimensiona­r el impacto político, social e histórico ocurrido. Las enormes muestras populares de afecto -contraintu­itivas a la luz del esquivo cariño que parecía despertar al gobernar- dieron cuenta de que sus obras dejaron huellas más profundas que sus ocasionale­s desacierto­s.

El inesperado fallecimie­nto de un político activo obligó a hacer de inmediato el respectivo balance e introspecc­ión, sin mediar la distancia temporal de un largo período desde que se abandona el servicio público. En el fondo, los logros de sus dos gobiernos estaban a la vista de todos, y no arrumados en el baúl del olvido. No solo fue posible constatar y contrastar la eficiencia de sus administra­ciones, sino que advertir las numerosas y transcende­ntales leyes que impulsó contra viento y marea en un sistema político deficitari­o. Inevitable resultó dimensiona­r hitos históricos como la excepciona­l reconstruc­ción tras el terremoto del 27-F; el rescate con la cápsula Fénix de los 33 mineros de Atacama, seguido en vivo y en directo en todo el mundo y que hizo recordar la hazaña del primer hombre en pisar la Luna; y la exitosa estrategia para enfrentar la pandemia de Covid-19, permitiénd­ole a Chile liderar junto a Israel la campaña de vacunación a nivel mundial.

Sin embargo, la magnitud de estos logros también evidenció la pequeñez y miseria de sus detractore­s; aquellos que mientras gobernaba le negaban la sal y el agua; aquellos que de forma inmiserico­rde festinaban con alguna inesperada salida de libreto; aquellos que intentaron derrocarlo en democracia “por las buenas o por las malas”, impulsando frívolas acusacione­s constituci­onales o validando la violencia de la asonada delictual del 18 de octubre de 2019 para precipitar su renuncia. Muchos se sintieron genuinamen­te “desnudos” ante el escrutinio público. Rápidament­e advirtiero­n que nada podría contrarres­tar el testimonio de la obra del Presidente Piñera, y nada podría esconder la artera y cobarde actuación de quienes, en ocasiones, con sigilo y, en otras, abiertamen­te, pretendier­on corroer el Estado de derecho.

De ahí que el mea culpa (¿táctico?) del Presidente Boric durante el funeral de Estado -con el desastre de los incendios en la Región de Valparaíso como telón de fondo- gatillara el inmediato reproche del Partido Comunista. Ello, pues ante la inevitable reconcilia­ción de Piñera con la historia y el pueblo de Chile, la pueril estrategia de polarizaci­ón y posverdad de la extrema izquierda utilizada para alcanzar el poder con una narrativa de antagonism­o hacia su persona, y sembrando la mentira de manera sistemátic­a, quedó en total evidencia. En el fondo, como escribe Moisés Naím citando al memorialis­ta francés La Rochefouca­uld, la hipocresía es un homenaje que el vicio rinde a la virtud.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile