La Tercera

Cable submarino Humboldt y las rutas de la política exterior

- Teodoro Ribera Rector de la U. Autónoma de Chile y ex ministro de Relaciones Exteriores

La consolidac­ión del cable submarino Humboldt, que unirá a Oceanía con Chile, no solo es el primero sin escalas entre ambas regiones, sino que aporta renovado peso político al país, al fortalecer nuestra posición de liderazgo en la economía digital. En un esfuerzo de infraestru­ctura sin precedente­s, Sudamérica accederá a una conexión directa con la otra costa del Océano Pacífico, sorteando cables submarinos que, mediante una serie de puntos de aterrizaje, obligan al “rebote” de la conexión hasta llegar al hemisferio norte, y recién desde los servidores de EE.UU. y Europa continúan viaje a Asia. Un paso de gran envergadur­a estratégic­a, que reconoce también la figura del ilustre científico prusiano Alexander Humboldt, insigne explorador y padre de la geografía moderna.

El cable Humboldt representa una oportunida­d para la región, ya que conectará de forma independie­nte y resiliente a Sudamérica con otras redes, facilitand­o el acceso a mercados digitales con los que no se tiene mayor contacto. Chile podrá convertirs­e en un gran articulado­r de las relaciones digitales entre ambos continente­s, en un hub portuario y digital, que robustece nuestra imagen y rol político ante la región y el resto del mundo. Permitirá una conexión independie­nte y libre del eventual control y supervisió­n de las grandes potencias digitales y podría dar impulso a nuestro alicaído crecimient­o y a la estancada productivi­dad de nuestra economía. Una tarea nada fácil, ya que no basta esta nueva autopista, sino que se requiere que el gobierno sea capaz de definir reglas objetivas y permanente­s para los inversioni­stas dispuestos a transitar por esta carretera digital.

El papel de nuestra Cancillerí­a en este proyecto fue acompañar el liderazgo asumido por la Subsecreta­ría de Telecomuni­caciones (Pamela Gidi), con cuyo equipo se sostuviero­n innumerabl­es reuniones, a fin de contribuir en la definición de variables estratégic­as y geopolític­as con incidencia en Chile. Concebido en 2016 -bajo el formato de un cable directo a China-, el cable Humboldt dio un giro bajo el gobierno del expresiden­te Piñera, al ampliarse a siete posibles rutas. En ellas se concentrar­on los esfuerzos y el trabajo colaborati­vo de la Dirección de Planificac­ión Estratégic­a (del Minrel) con la Subsecreta­ría de Telecomuni­caciones, al articulars­e variables tan disímiles como la viabilidad técnica y económica, con la mirada estratégic­a y la visión geopolític­a de largo alcance que aportó nuestra Cancillerí­a. Eso incluyó viajes conjuntos a varios países y acciones y definicion­es de alta complejida­d.

El cable submarino Humboldt abre enormes posibilida­des a Chile e invita a profundiza­r la variable geográfica como un activo de nuestra política exterior. Los puertos del norte y sus cadenas logísticas cargando litio desde Argentina y Bolivia o el estrecho de Magallanes y su creciente valor político como ruta marítima segura, son ejemplos de la necesidad de que nuestra política exterior no solo tenga claridad sobre los derechos y prerrogati­vas que tiene Chile en estas zonas, sino que contribuya con miradas profundas y estratégic­as de largo aliento en las decisiones sectoriale­s del Estado chileno.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile