SUPERLUNES
SEÑOR DIRECTOR:
Transitar por Santiago en el mes de febrero es una experiencia agradable sin el tráfico que caracteriza a la capital, sin embargo, el descanso está pronto a llegar a su fin.
El “superlunes” marca el fin de las vacaciones, dando paso a atascos que no solo afectan nuestra paciencia, sino también nuestro bienestar y la calidad de vida. El impacto es tal que, para un viaje promedio de 10 kilómetros realizado en Santiago dos veces al día durante horas punta en 2023, solo la congestión del tráfico costó 93 horas de nuestras vidas, la emisión de 247 kg más de CO2 por vehículo y 131.150 pesos extra de combustible. Es evidente que todos perdemos en esta situación.
El problema de la congestión del tráfico es una realidad que afecta a ciudades alrededor del mundo. TomTom Traffic Index, que evalúa 387 ciudades de 55 países, revela que el promedio de velocidad disminuyó en un 60% en estas ciudades, en comparación con el año anterior. Londres fue la ciudad más lenta para circular: en promedio, se tardaba 37 minutos y 20 segundos en recorrer 10 kilómetros en 2023.
Santiago ocupó el puesto 90 como ciudad más lenta del mundo, pero el lugar 31 en cuanto a tiempo perdido en tacos en hora punta.
A lo largo de los años, hemos visto cómo cada vez más ayuntamientos de todo el mundo aprovechan big data para planificar infraestructuras que alivien el tráfico y tomar decisiones más informadas sobre las inversiones en infraestructuras de transporte. Los datos locales ofrecen una visión invaluable de los patrones de tráfico, embotellamientos y las posibles soluciones para mitigar las consecuencias económicas, ecológicas y sanitarias de la congestión de tráfico.
Confío en que, recurriendo a la tecnología de localización y a los datos del tráfico, Santiago encuentre la manera de atajar la congestión del tráfico, garantizando un entorno más sostenible y agradable para todos sus residentes.
Ralf-Peter Schäfer
Vicepresidente de Tráfico, TomTom