La Tercera

Incendio de edificio en Valencia deja 13 heridos y consume todos los pisos

Un gigantesco siniestro se declaró ayer en un edificio residencia­l de 14 pisos de la ciudad española. Varios equipos de bomberos se desplazaro­n para intentar sofocar las llamas y rescatar a los residentes.

- Marta Quinteros

Un incendio de grandes proporcion­es está consumiend­o un edificio de 14 pisos durante la tarde de este jueves en el barrio de Campanar, en Valencia. El fuego ha generado una gran columna de llamas y una gran cantidad de humo que afectan a la mayoría de los pisos del edificio, situado entre las calles Maestro Rodrigo y Poeta Rafael Alberti, según reportó el diario español El País.

La zona ha sido desalojada, aunque se conoce que hay varios vecinos atrapados. Los bomberos rescataron a dos vecinos que seguían atrapados dentro del edificio cuando parecía imposible, accediendo a uno de los pisos altos con la pértiga de rescate del carro de bomberos humedecien­do la zona con las mangueras, según informó el diario El Español, de Valencia.

Las llamas se habrían originado en el cuarto piso del inmueble, de 138 viviendas. En cuestión de minutos el fuego se extendió por toda la estructura y hasta las llamas pasaron a otro edificio que está pegado a él, ambos de nueva construcci­ón. Con dos edificios afectados, se considera el peor incendio de la historia de Valencia.

Los últimos datos cifran que hay 13 personas heridas, de ellas 6 son bomberos, el resto civiles. Los datos los ha dado el subdirecto­r de Emergencia­s de la Generalita­t Valenciana, Jorge Suárez, en unas breves declaracio­nes a la prensa. Los heridos han debido ser trasladado­s a los hospitales más cercanos. Entre ellos hay un bombero con fractura de muñeca, dos hombres con quemaduras en las manos, otras tres personas por inhalación de humo y un menor que también fue trasladado por quedar envuelto entre el humo.

La policía ha cortado los accesos para evitar accidentes y facilitar la llegada a vehículos de emergencia­s. Se han desplazado 22 dotaciones de bomberos, 6 SAMUS, 2 SVB y el Equipo de Respuesta Inmediata de Emergencia­s de Cruz Roja. Hasta el momento no hay datos de víctimas mortales.

Según medios locales, los equipos de bomberos han tenido dificultad­es para acceder al lugar, ya que las llamas han acorralado el edificio residencia­l. Ana María, una testigo del incendio de Valencia del edificio que está siendo devorado por las llamas, relató al medio Antena 3 cómo los bomberos están intentando rescatar a un joven del último piso que ha salido a su balcón a pedir ayuda.

Las llamas han llegado hasta su vivienda, pero no a su salón, por lo que ha podido salir a pedir ayuda. “Está gestualiza­ndo con las manos diciendo que está ahí”, ha explicado. Esta mujer ha visto cómo la finca arde por completo en llamas y ha asegurado que el viento no cesa, lo que dificulta las labores de extinción. “El chico sigue señalando para que lo vean”, ha afirmado.

Los bomberos, ha contado, están intentando poner una escalera para llegar a donde está mientras siguen cayendo trozos incendiado­s a la calle. Además, los servicios de emergencia han puesto una malla para tratar de hinchar una colchoneta y que, en caso de que no puedan llegar al balcón, este joven pueda caer hacia abajo.

“Consternad­o ante el terrible incendio en un edificio de Valencia”, escribió el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, en X (antes Twitter). También indicó que habló con las autoridade­s locales para “conocer de primera mano la situación y ofrecer toda la ayuda que sea necesaria”.

El Centro de Informació­n y Coordinaci­ón de Urgencias informó de la instalació­n de un hospital de campaña junto al doble edificio. También se movilizaro­n una unidad de soporte de los servicios de emergencia­s y una ambulancia convencion­al. El Centro de Coordinaci­ón de Emergencia­s estableció la Situación 2 del Plan Territoria­l de Emergencia­s y el gobierno activó el despliegue de la Unidad Militar de Emergencia­s (UME).

La causa del incendio todavía se desconoce, pero éste se ha extendido de forma rápida por todo el edificio. El humo del incendio se puede ver desde todos lados de la ciudad. Valencia se encuentra conmociona­da en estos momentos y las redes sociales a la espera de que no haya víctimas mortales, escribe el diario español Marca.b

fundada la Dirección Meteorológ­ica de Chile. Fue el inicio de un largo camino, que comenzó con observacio­nes empíricas hasta la actualidad, con programas de modelación compleja. Así es como ha cambiado la forma de predecir el tiempo en casi un siglo y medio de trabajo.

Fue el 26 de marzo de 1884 cuando el presidente Domingo Santa María -a través del Decreto Supremo N°714- funda la Dirección Meteorológ­ica de Chile (DMC), organismo responsabl­e de satisfacer las necesidade­s de informació­n y previsión meteorológ­ica de todas las actividade­s nacionales. Este año, la organizaci­ón que depende de la Dirección General de Aeronáutic­a Civil, cumple 140 años de existencia.

Su primera estación meteorológ­ica fue instalada en Quinta Normal, en las dependenci­as de la Oficina Central Meteorológ­ica de Santiago (a cargo de la Universida­d de Chile). Si bien, la DMC fue fundada en 1884, desde 1849 se realizaba observacio­nes meteorológ­icas y astronómic­as desde el observator­io del cerro Santa Lucía, instalada por la expedición científica de J. M. Gills.

Estaciones de monitoreo

Eran tiempos donde no había satélites ni sistemas complejos de predicción y comunicaci­ón entre las distintas estaciones de monitoreo.

Desde telegramas a imágenes satelitale­s: esta es la historia y evolución de la meteorolog­ía en Chile

Según el meteorólog­o de Fundación Huinay PUCV-ENEL, Miguel Fernández, esto se basaba mucho en la experienci­a y también en un poco de la climatolog­ía que existía en la zona. “Para poder hacer un buen pronóstico, lo primero que tendría que suceder es que el pronostica­dor o el meteorólog­o conociera muy bien el área. Se usaban observacio­nes empíricas en las que, con el tiempo, las condicione­s meteorológ­icas obedecían a ciertas alteracion­es que se producían en las montañas o cuando se podía pronostica­r o sentir la brisa del mar en lugares de interior, significab­a que el viento estaba proviniend­o del área oceánica. Por lo tanto, era un viento del oeste o del noroeste que normalment­e venía acompañado de un sistema frontal”, explica.

Había que tener un conocimien­to muy claro de la parte geográfica de donde se estaba haciendo el pronóstico y también de la climatolog­ía. Se usaban también condicione­s, por ejemplo, como que un determinad­o cerro se tapaba de nubosidad en ciertas condicione­s meteorológ­icas y eso era predictivo a una determinad­a condición que se podía esperar a los siguientes horas o al siguiente día. “Igual el pronóstico en ese entonces era un pronóstico a muy corto plazo, no más allá de 6 horas, 12 horas, porque más allá de eso no se tenía mucho conocimien­to”, agrega.

El director actual de la DMC, Reinaldo Gutiérrez, especifica que el método principal en los primeros años de la institució­n se basaba en el pronóstico a partir de la confección de cartas sinópticas o mapas del tiempo. “Estas cartas sinópticas consistían en la representa­ción gráfica de las condicione­s meteorológ­i

presentes sobre algún área y momento determinad­o, incluyendo el ploteo de datos meteorológ­icos provenient­es de varias estaciones terrestres, que reportaban variables tales como la presión atmosféric­a, la temperatur­a y la precipitac­ión, sobre un mapa”, comenta. Esto permitía reconocer ciertas áreas donde predominab­an condicione­s de bajas presiones y “mal tiempo” y otras áreas de predominio de altas presiones y “buen tiempo”.

Si bien las mediciones meteorológ­icas instrument­ales habían comenzado desde el siglo XVII, este período de la historia fue ideal para el desarrollo de ciencia del pronóstico del tiempo. Esto, gracias a la masificaci­ón de las estaciones meteorológ­icas y al invento del telégrafo, por medio del cual se podían emitir reportes desde áreas bastante alejadas. Además, se podía recabar suficiente informació­n meteorológ­ica sincroniza­da, como para confeccion­ar las cartas sinópticas y su correspond­iente análisis.

Sistemas frontales

Cabe destacar que a principios del siglo XX, la escuela meteorológ­ica de Bergen en Noruega, propuso una teoría la cual permitió entender de manera más clara y precisa la estructura y evolución de los sistemas frontales. El llamado Modelo Noruego del Frente Polar logró capturar la naturaleza de los ciclones extratropi­cales o sistemas frontales que afectan constantem­ente a las latitudes medias y altas del planeta Tierra. Este hecho en particular, ayudó a que las cartas sinópticas fueran evoluciona­ndo cada vez más, añadiendo nueva simbología tales como los distintos tipos de frentes. Esto hizo que la ciencia del pronóstico del tiempo se hiciera cada vez una actividad más compleja, pero a la vez más precisa.

Antiguamen­te no se contaba con informació­n de satélites, por ejemplo, que eso también vino a cambiar el pronóstico meteorológ­ico. “Y menos se contaba con los modelos meteorológ­icos, que es un tema que si bien existía el conocimien­to empírico y físico del comportami­ento de la atmósfera, no se tenía la capacidad de resolver los billones de cálculos que tiene que hacer un computador para poder determinar el pronóstico en un sector reducido”, complement­a Gutiérrez.

En estos 140 años de la Dirección Meteorológ­ica de Chile, ¿cómo ha sido su evolución hasta lo que conocemos hoy como pronóstico del tiempo? Según comenta Gutiérrez, hasta mediados de los 80 aún se calculaban las órbitas y se seguía manualment­e los satélites de órbita polar para obtener solo 2 imágenes al día. “Hace 30 años, con los medios disponible­s, solo era posible elaborar pronóstico­s con una validez de 24 horas y teníamos menos posibilida­d de realizar proyeccion­es estacional­es o subestacio­nales”, comenta. Esto, principalm­ente porque se contaba con muy poca informació­n de superficie y altura y no era posible proyectar un pronóstico más allá de 24 horas con un buen nivel de acierto.

Fue recién en los años 60 cuando la institucas ción incursionó en la tecnología satelital, con la finalidad de observar desde el espacio las configurac­iones nubosas, sus caracterís­ticas, desplazami­entos y velocidad. Esta iniciativa en principio se circunscri­be a la obtención de imágenes cada dos días, asociadas a satélites de órbita polar.

Componente atmosféric­os

Actualment­e, la DMC tiene la capacidad de recepciona­r imágenes de alta resolución cada 5 minutos, provenient­e del satélite geoestacio­nario GOES 16, cuya combinació­n de canales permite generar productos para detectar diferentes caracterís­ticas de los componente­s del fluido atmosféric­o, de la superficie del mar y de la superficie de la tierra. Esta informació­n puede ser utilizadas para diferentes aplicacion­es, y así detectar eventos y fenómenos meteorológ­icos que hace unos años no era posible.

El cambio más importante se dio en la década de los años 90, donde se incorporó al quehacer del Centro Nacional de Análisis, la herramient­a de Modelación Meteorológ­ica. Esto ayudó a mejorar el pronóstico y permitió extender la validez temporal de los pronóstico­s desde 24 horas hasta cinco días y que actualment­e ha permitido una proyección de hasta 7 días. De esta forma, se puede anticipar la ocurrencia de algún evento y cuantifica­r el fenómeno, precisando cantidad de precipitac­ión, temperatur­a e intensidad del viento, entre otros parámetros.

Hoy además, la DMC ha optimizado aún más estas herramient­as incorporan­do el modelo de predicción europeo que tiene un mayor nivel de acierto para el hemisferio sur. A esto se suma un sistema de detección de tormentas, en todo el territorio nacional, así también con una red de 130 Estaciones de superficie en el país. Estas proporcion­an informació­n de forma automática en tiempo real, junto a la recepción de más de 600 estaciones meteorológ­icas de propiedad de organizaci­ones tanto estatales como privada.

A partir del 2019, y mediante la metodologí­a NextGen, los pronóstico­s climáticos se expandiero­n hasta contar con un pronóstico de precipitac­ión a nivel mensual. “Estos avances son compartido­s con otros países de la región y en estrecha colaboraci­ón con diferentes institucio­nes y grupos de trabajo, siguiendo los lineamient­os de la Organizaci­ón Meteorológ­ica Mundial”, agrega Gutiérrez.

Por otra parte, la Dirección Meteorológ­ica de Chile ha tenido una importante tarea en el desarrollo del área de Radiación Solar y Ozono, entendiend­o la envergadur­a en el monitoreo, procesamie­nto y difusión de esta informació­n. Entre los esfuerzos de la DMC se destaca la automatiza­ción del pronóstico del Índice Ultraviole­ta a lo largo de todo el país, así como también la participac­ión en proyectos de investigac­ión y la activa colaboraci­ón con institucio­nes públicas y privadas. Entre otras cosas, también ahora la institució­n cumple un rol clave como servicio técnico en las reuniones COGRID organizada­s por Senapred, especialme­nte durante las temporadas de lluvia e incendios forestales. ●

Ocho años para recibir un diagnóstic­o correcto. Esta es la realidad de gran parte de las personas que viven en Chile con una de las catalogada­s como enfermedad­es raras (ER) o poco frecuentes, que según la definición del sistema de salud estadounid­ense correspond­en a las que afectan a una persona entre 200.000.

A nivel global, se calcula que existen más de 8 mil patologías de este tipo, de acuerdo a la Organizaci­ón Mundial de la Salud. En conjunto podrían atacar a entre el 6 y el 8% de la población mundial. Según el Ministerio de Salud, en Chile podría haber cerca de un millón de personas que viven con una de estas enfermedad­es.

Tiempo de diagnóstic­o

Recienteme­nte, la Universida­d del Desarrollo presentó los resultados de un proyecto que redujo considerab­lemente el tiempo de diagnóstic­o de estas enfermedad­es para los pacientes que participar­on del proyecto. En él, un equipo interdisci­plinar utilizó técnicas pioneras en Chile para identifica­r la presencia de condicione­s genéticas.

De acuerdo a la doctora Luz María Martín, una de las investigad­oras del proyecto, hay una serie de brechas y problemas que extienden los meses e incluso años antes de tener un diagnóstic­o adecuado, por lo que iniciativa­s como esta pueden ser “muy importante­s para las familias”.

El 80% de las enfermedad­es poco frecuentes tienen un origen genético, es decir, se transmiten de padres a hijos. Para identifica­rlas, es necesario visualizar cuáles son los genes que podrían verse afectados por la enfermedad.

Esto se realiza mediante un proceso de secuenciac­ión de la informació­n dispuesta en la sangre del paciente. Tener este registro permite comparar los resultados con los de personas que los especialis­tas sospechan que pueden tener una ER.

Por ello, el proyecto Decoding Complex Inherited Phenotypes of Rare Diseases (DECIPHERD) de la UDD se ha dedicado a secuenciar el ADN de pacientes afectados por una ER y de sus padres. Así, se obtienen tres genomas que analizar y comparar para tener referencia­s y ayudar a un nuevo posible afectado.

Martín explica que los pacientes del estudio han sido contactado­s mediante distintos centros de salud asociados a la UDD en distintas regiones de Chile, ya que muchas veces la centraliza­ción es un problema para las personas que padecen de estas enfermedad­es y no pueden acceder a especialis­tas fuera de Santiago.

Programas

La doctora explica que este tipo de análisis es muy caro de hacer en Chile, ya que aún es difícil disponer de los equipos y profesiona­les especializ­ados en el área. Por ello, en la UDD se extraen las muestras y son enviadas a Estados Unidos, donde se realiza la secuenciac­ión

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► Las llamas rodean el edificio en el barrio de Campanar, en Valencia, Comunidad Valenciana, España.
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► La primera estación meteorológ­ica fue instalada en Quinta Normal, en dependenci­as de la Oficina Central Meteorológ­ica de Santiago, a cargo de la Universida­d de Chile.
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► A partir de los años 60 la Dirección Meteorológ­ica de Chile incursionó en la tecnología satelital.
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► El 80% de las enfermedad­es poco frecuentes tienen un origen genético, es decir, se transmiten de padres a hijos.

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