Aterrizar suave: consejos para volver al trabajo y enfrentar duelo posvacacional
“Con la forma tan intensa que trabajamos, una o dos semanas de vacaciones no permiten desconectarnos”, dice Mariana Bargsted, psicóloga y doctora en Comportamiento Social y Organizacional, académica de la Escuela de Psicología de la U. Adolfo Ibáñez. Está comprobado que “después de dos semanas uno recién se relaja, por eso la sensación más general es que faltaron días de vacaciones”.
No es raro, entonces, sentir una pequeña incomodidad al comienzo, cuando se pasa de la reposera en el lago a la oficina en el centro de la ciudad. Eso sí, hay que poner ojo porque estas sensaciones, si son intensas, pueden ser una alerta de que nuestro trabajo nos hace daño.
Consejos
Lo primero y más interesante, aunque quizá lo más abstracto también, lo recomienda Josefina Guzmán, psicóloga de Clinica Indisa: “Es importante incorporar el descanso como algo habitual en la vida. Si uno posterga o evita las vacaciones como algo frecuente, cuando se terminan se siente como un duelo”. Si uno no considera a las vacaciones como parte de la rutina vital, por decirlo así, tu cabeza cree que nunca más va a tenerlas.
En esa línea, un buen consejo es comenzar a planificar o tirar ideas respecto del próximo destino o plan para las siguientes vacaciones. Así, al menos, tu mente ya se empieza a ilusionar con una nueva aventura.
Otras ideas interesantes para hacer menos ardua la vuelta a la realidad son: comenzar a comer un poquito más sano. Tomar mucha agua y quizá hacer un poco de ejercicio, en modo relajado, ideal unos días antes de terminar las vacaciones. Y también, incluir en tu rutina de vida normal, actividades propias de las vacaciones como jugar juegos de mesa, cocinar cosas distintas o conocer lugares nuevos. Para un aterrizaje lo más armónico posible, Mariana Bargsted recomienda no regresar a casa el último día de vacaciones. “Eso es bueno, tanto para ahorrarse los posibles tacos como para poder habituarse de nuevo a la casa y la ciudad”.