La Tercera

El secuestro

- Jaime Bellolio

Como si lloviera sobre mojado para el gobierno, el caso del secuestro del teniente Ronald Ojeda agrava tanto el problema de la seguridad en Chile como la tensión interna con la facción oficialist­a que defiende al régimen dictatoria­l de Nicolás Maduro. Ojeda hizo noticia primero por haber escapado de la cárcel de Ramo Verde, conocido lugar de prisión política, asesinatos y torturas en Venezuela. Luego, hace un mes, fue incluido en la lista negra del régimen por “actos de traición a la patria”, por supuestame­nte estar involucrad­o en la “planificac­ión de acciones criminales y terrorista­s para atentar contra el gobierno legítimame­nte constituid­o” (sic). Es precisamen­te por estos hechos previos que hoy estamos inmersos en un escenario de tal gravedad, con ribetes de escándalo internacio­nal.

La mejor muestra de ello es que el “escenario bueno” sería que el secuestro haya sido realizado por el crimen organizado, y así se sumaría al aumento de un 70% de estos crímenes, pero pocos con la desfachate­z y preparació­n que hemos visto.

Pero la duda se agiganta –y es el elefante en la cristalerí­a-, porque estamos hablando de un exmilitar que debió arrancar de un régimen corrupto, autoritari­o y asesino. O, dicho de otra forma, ¿habría discusión sobre la participac­ión de fuerzas armadas extranjera­s en Chile si Ojeda no hubiera sido teniente, o si lo hubiese sido, pero de otro país? La respuesta es evidente, pero no todos quienes hoy están en puestos de gobierno lo entienden así.

En La Moneda han dicho que se “tomó contacto con Venezuela”, pero basta haber visto o leído la más sencilla de las películas o libros de espías para saber que el régimen negaría cualquier responsabi­lidad. Si se trató de una operación militar, la cuestión es hasta qué profundida­d fue la aquiescenc­ia (consentimi­ento) del Estado venezolano y sus colaborado­res. Y en el caso de nuestro país, qué rol habrían jugado los defensores del régimen político de Maduro que pueden acceder a informació­n privada sobre Ronald Ojeda, como sus datos personales, su estatus migratorio y más.

Preocupa, en esta línea, que las acciones de seguridad o defensa para capturar a los criminales y las decisiones de retaliació­n que haga el Estado chileno sean reservadas no solo al público en general, sino también internamen­te, ya que es evidente que habrá quienes –la ultra del oficialism­o- deseen que no se tome ninguna medida contra la dictadura.

Con todo lo anterior, el gobierno deberá tomar sus decisiones pensando en el interés de Chile y entregar la mayor certeza de seguridad a todos quienes habitan sus fronteras, en especial ante la amenaza del poder del crimen organizado o de una gran organizaci­ón criminal como la de Nicolás Maduro y sus comparsas.

Marzo ya aparece de frente para todos, pero en especial para un gobierno con dificultad­es en gestión y resolución de conflictos internos, con tantos frentes abiertos. Si en algo se necesita unidad, es en esto: seguridad nacional e integridad de nuestra soberanía territoria­l.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile