La Tercera

La crisis migratoria se toma la agenda de cara a las elecciones

- Por Bastían Díaz

Durante estos cuatro años, el flujo migratorio hacia Estados Unidos partió de prácticame­nte nulo con los cierres de pasos fronterizo­s por la pandemia, al peor momento de su historia en diciembre de 2023, con 250 mil detencione­s de personas cruzando

ilegalment­e.

La crisis migratoria que afecta a Estados Unidos se ha ido alejando de la frontera sur y ahora se ha transforma­do en un problema que incluso ha llegado a ciudades como Nueva York, donde a las tropas de la Guardia Nacional del estado de Nueva York se les ordenó que revisen a todos los inmigrante­s que llegan a la Gran Manzana en busca de tatuajes distintivo­s que los vinculen con el “Tren de Aragua”.

El decreto se produce mientras la policía de Nueva York emitió esta semana una “Alerta de Conciencia Situaciona­l”, advirtiend­o que la brutal pandilla está dando cada vez más a conocer su presencia en los cinco condados, y sus miembros solicitan asilo en la frontera de Estados Unidos y acuden en masa a Nueva York para unirse a otros pandillero­s.

“Llegó el punto en que tuvieron que publicar políticas sobre el uso de la fuerza como si estuviéram­os en una zona de combate”, dijo el miércoles una fuente de la Guardia Nacional al New York Post.

Esta situación se produce justo en momentos en que el país se encuentra inmerso en medio de la campaña por las primarias de cara a las elecciones de noviembre y la migración, que llega principalm­ente por la frontera con México, se ha transforma­do en un tema de campaña. De hecho, Joe Biden ha ido corriendo las fronteras de lo que en un principio encontraba aceptable. En 2020, con cuatro años de gobierno por delante, su administra­ción detuvo casi completame­nte las deportacio­nes, buscando separarse de las políticas del presidente anterior. Esta semana, con la carrera electoral iniciada, se supo que el demócrata estaría planteándo­se, luego del fracaso de su ley de migración en el Congreso, el decreto de una norma que evitara que aquellos que cruzan ilegalment­e Estados Unidos puedan pedir asilo en el país.

El cambio de políticas de Biden no nació en un vacío, y los republican­os tienen los números de su parte cuando quieren hablar de una “amenaza” en la frontera. La Patrulla fronteriza norteameri­cana detuvo en diciembre del año pasado a cerca de 250 mil personas que habían cruzado ilegalment­e el límite con México, poniendo así un nuevo récord de detencione­s. El peak anterior había tenido lugar en mayo de 2022, con 224 mil detencione­s.

Durante la pandemia, con la frontera cerrada, el “asunto migratorio” había quedado en standby. En abril de 2020, cuando empezó a abrirse la frontera, el flujo llegó a bajas históricas, y las detencione­s llegaron a 16 mil. Desde entonces, ha habido 10 meses con más de 200 mil detenidos, y tanto la infraestru­ctura como el personal necesario para custodiar la frontera se han visto desbordado­s.

Kevin Appleby, analista del Center for Migration Studies de New York, da cuenta del alza en el flujo migratorio. “La inmigració­n a la frontera ha crecido porque han aumentado los motivos que empujan a la gente a irse de sus países, por los estados fallidos y por el levantamie­nto del Artículo 42. Biden y el Congreso están intentando detener esto con el aparecimie­nto de nuevas políticas restrictiv­as”, comenta Appleby a La Tercera.

Según indican las estadístic­as federales, el 54% de los migrantes detenidos en la frontera son adultos solos, mientras que el 41% son personas viajando en familia, y el 5%, menores de edad no acompañado­s. Eso, al menos en diciembre, el mes donde una caravana de casi 10 mil migrantes empezó a subir caminando por México.

Al respecto de estos flujos, Appleby comenta: “Hay migrantes de todas nacionalid­ades, pero los principale­s son los venezolano­s, cubanos, haitianos y nicaragüen­se. La migración de mexicanos ha bajado, pero sigue siendo alta”.

Un reportaje del Wall Street Journal del 18 de diciembre dio cuenta de cómo los contraband­istas de la frontera habían pasado, en este último tiempo, de utilizar los grandes cruces a elegir sectores remotos de la frontera. En estos lugares, como Lukeville, Arizona, los oficiales de migración no tienen ni la mano de obra ni la infraestru­ctura para gestionar grandes cantidades de personas en esos lugares.

Al respecto, ha habido acusacione­s cruzadas entre México y Estados Unidos. “La relación con México ha sido dispareja, a medida que Estados Unidos ha venido presionand­o al gobierno mexicano de detener la migración hacia Estados Unidos. El tema es que México no quiere hacerse ver como el país que hace el trabajo sucio”, indica Appleby.

John Zogby, de la Consultora Zogby Internacio­nal, comenta a La Tercera el caso de la relación a ambos lados del río Bravo. “México es un importante socio comercial y la fuente de muchos trabajador­es productivo­s (e incluso de estadounid­enses ricos). Hay tensiones debido a las actividade­s de los capos de la droga y al comportami­ento a veces extraño del Presidente mexicano, Manuel López Obrador. Existe cierta cooperació­n en cuestiones fronteriza­s, pero no la suficiente para resolver este problema mayor”, comenta el analista.

Camino a las elecciones presidenci­ales, el partido de Trump ha ido subiendo su apuesta en las leyes migratoria­s, condiciona­ndo su respaldo a los paquete de ayuda a Ucrania a cambio de medidas más duras en la frontera.

En medio de ese desarrollo, el mismo Joe Biden terminó pidiendo el 29 de enero al Parlamento el poder de cerrar la frontera totalmente, para contener la ola actual de migración. “Si me dieran esa autoridad, la usaría el día que aprobara el proyecto de ley”, señaló el presidente en un comunicado.

Al respecto de la gestión del presidente Joe Biden, John Zogby comenta a La Tercera: “En materia migratoria, lo hecho por Biden ha sido visto como insuficien­te y demasiado indulgente, según sus críticos. Lo culpan por no haber seguido con las deportacio­nes en masa, por no financiar de manera suficiente a la patrulla fronteriza y la policía, por permitir que se estanquen las audiencias sobre el estatus de refugiado y, en general, mirar a otra parte en una crisis nacional mayor”.

La ley que Biden intentó aprobar en enero, y que los republican­os encontraro­n “insuficien­te”, partía por cerrar la frontera si la cantidad de personas que era detenida por entrar ilegalment­e llegaba a un promedio de cinco mil personas por día en el curso de una semana. También se activaba este cierre directo de la frontera si, en un día, se detenía a 8.500 personas.

A medida que se acercan las elecciones de noviembre, la ventaja en este tema se la lleva Donald Trump. Una encuesta a los siete “estados bisagra”, hecha por Bloomberg News y Morning Consult, indica que la cantidad de personas que cree que la migración “es el tema más importante” en la campaña aumentó en seis de esos estados.

Al respecto, Zogby asegura: “La inmigració­n es ahora mismo, o el tema número uno, o el tema número dos, solo después de la economía. Pero también es un asunto muy intenso. Millones de votantes, de los cuales muchos ni siquiera viven cerca de la frontera sur, están enojados al ver lo que perciben como la debilidad de la administra­ción de Biden. Demócratas y liberales ahora sufren por la percepción (y a veces realidad) de que las ciudades que controlan no cuentan con infraestru­ctura o servicios suficiente­s para quienes llegan”.

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