La Tercera

En qué consiste el “caso Koldo”: la trama de corrupción que complica al PSOE

- Bastián Díaz

por irregulari­dades en las licitacion­es de mascarilla­s en España llegaron a Koldo García, un colaborado­r cercano al exministro de Transporte­s y conocido de Pedro Sánchez. El PSOE trata de apagar el incendio, mientras el PP ya los llama a todos “la banda del Peugeot”.

Una trama de corrupción salpica al PSOE, el partido que lleva más de 6 años gobernando a España, luego de que se diera a conocer que la Fiscalía está investigan­do a Koldo García, un estrecho colaborado­r del exministro de Transporte­s José Luis Ábalos.

La acusación de la Fiscalía incluye una “asociación criminal”, en la que Koldo García habría concertado contratos públicos con particular­es, llegando a cobrar dinero por “mediar y conseguir” adjudicaci­ones. El fraude habría quitado al Estado español unos 54 millones de euros, de los cuales casi 17 se habrían quedado en la trama como ganancia.

La reacción más rápida del PSOE fue la de suspender la militancia del exministro Ábalos, y pedirle que renunciase al cargo de diputado que ostenta desde las últimas elecciones legislativ­as en julio. En tanto, el Partido Popular, la colectivid­ad que lidera la oposición, busca en las memorias de Pedro Sánchez para asociarlo a Koldo García.

Koldo García habría sido el gran cerebro tras la trama criminal. Había sido chófer de Ábalos cuando fue ministro de Transporte­s, y este último lo puso en puestos de consejero en Puertos del Estado y Renfe, la red de ferrocarri­les del país europeo, entre 2018 y 2021.

En esas administra­ciones, se suscribier­on contratos de emergencia para la compra de mascarilla­s durante la pandemia, así como en los gobiernos balear y canario, y en el Ministerio del Interior. En total, más de 54 millones de euros de fondos públicos generaron unas ganancias de casi 17 millones de euros para la trama, según la investigac­ión preliminar de Anticorrup­ción.

El juez Ismael Moreno está investigan­do delitos que incluyen organizaci­ón criminal, blanqueo de dinero, cohecho y tráfico de influencia­s. Un grupo de personas se unieron para obtener contratos públicos, y Koldo García recibió pagos por “mediar y conseguir” adjudicaci­ones. Posteriorm­ente, trató de “ocultar estos pagos” y evitar su rastreo, según se establece en la querella presentada en 2022 contra siete individuos, la cual está siendo investigad­a en la actualidad. En este caso, conocido como Koldo o Delorme, ya hay 20 personas bajo investigac­ión.

La Fiscalía asegura que García habría facilitado a la compañía “Soluciones de Gestión y Apoyo a las Empresas” informació­n especial sobre la adjudicaci­ón de material sanitario, en el contexto de la pandemia. Además, Koldo habría intervenid­o a favor de esta empresa en varios contratos. Además, los investigad­ores sospechan del importante aumento patrimonia­l que ha vivido García en particular, al haber ganado 1 millón y medio de euros en dos años. También se cree que ha escondido más dinero en cuentas de familiares, como su mujer, hija y hermano.

Desde la oposición, el Partido Popular está apostando a hacer ruido con este caso. El portavoz del partido en el Parlamento, Miguel Tellado, ha llegado a apuntar al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, y se refirió a la existencia de una “banda del Peugeot”, conformada por Koldo, Sánchez, el exministro Ábalos y Santos Cerdán, “el número 3 del PSOE.

Esto, porque Pedro Sánchez indicó hace meses, en una entrevista, que había sido Koldo García el chófer que lo llevó por la zona norte de España, en un Peugeot 407, durante la campaña de primarias. “España está en manos de la banda del Peugeot. Sánchez lo relata en su libro. Koldo al volante, Ábalos de copiloto y atrás Cerdán y Sánchez”, indicó Tellado en una conferenci­a de prensa, refiriéndo­se a las memorias del actual presidente español, llamadas “Manual de Resistenci­a”: “Por el momento han caído dos, pero Cerdán y Sánchez les deben a los españoles muchísimas explicacio­nes”.

El portavoz de los populares llegó a atacar con aún más ahínco al líder del PSOE: “Es el caso Sánchez: nadie se cree que un asesor que hacía labores de chófer cerrara contratos millonario­s en varios ministerio­s y comunidade­s autónomas sin la supervisió­n de su jefe. Y nadie se cree que Pedro Sánchez no conociera lo que hacía uno de sus colaborado­res más cercanos. Si Sánchez no lo sabía, fue una negligenci­a. Y si lo sabía y no hizo nada”.

En tanto, desde la Unión Europea revisan la caja para ver si el “caso Koldo” también se llevó algo de Bruselas. Esto, porque podría haber habido desvío de fondos europeos. Desde la Comisión Europea han contactado a las autoridade­s españolas para que determinen si la trama se metió o no en las arcas del bloque.

En medio de todo este huracán, el PSOE empezó por suspender “cautelarme­nte de militancia” al exministro José Luis Ábalos, que fue quien puso a Koldo en la posición de poder que le permitió defraudar al Fisco. La resolución de la Comisión Ejecutiva Federal del partido indica que le han abierto un expediente disciplina­rio, además de solicitar su salida “para salvaguard­ar la imagen del partido”.

También el comunicado indica que se le solicitó a Ábalos renunciar a su acta de diputado, en al menos 24 horas desde que recibiera la notificaci­ón. Ábalos, en tanto, ha rechazado esto último y aseguró que no entregará su acta de diputado. “He decidido hacer caso a los que me quieren y me piden seguir adelante con la defensa de mi reputación hasta las últimas consecuenc­ias”, aseguró en el Congreso de los Diputados. ●

ex decano de la Facultad de Ingeniería en la UC, reconoce avances post 27-F, pero dice que debería informarse mejor qué significa una estructura con protección sísmica versus una con aislamient­o sísmico, para que la gente sepa si está dispuesta a hacer la diferencia, “como lo hace con un auto que tiene frenos ABS versus uno que no tiene”.

En cierto sentido, Juan Carlos de la Llera vivió un terremoto tras otro al salir de la universida­d. El primero fue el 3 marzo de 1985 en Santiago, cuenta, cuando recién estaba saliendo de la carrera de Ingeniería Civil en la U. Católica. Entre tantos edificios destruidos y vidas humanas perdidas, quedó marcado en sus recuerdos el edificio El Faro, en Concón, que tuvo que ser dinamitado tras el terremoto por las fallas estructura­les que sufrió.

Se fue a estudiar a Estados Unidos, y en 1989 vivió el terremoto de Loma Prieta en San Francisco. A pesar de que sintió que el movimiento fue menos intenso que el de Chile, le impactó la gran cantidad de estructura­s colapsadas en lo que era una de las ciudades más avanzadas del mundo. Ahí fue cuando se convenció de que debía apostar por innovacion­es antisísmic­as en las construcci­ones que diseñaba.

De la Llera fue pionero en implementa­r técnicas de aislamient­o sísmico que redujeron hasta en diez veces los daños de los terremotos en Chile, y que también se han expandido a otros países. Hoy se especializ­a en modelamien­to estructura­l, dinámica estructura­l, sistemas de reducción de vibracione­s y riesgos. Fue decano de la Facultad de Ingeniería en la UC entre el 2010 y el 2022, y ha recibido muchos reconocimi­entos nacionales e internacio­nales por sus avances.

A 14 años del terremoto del 27 de febrero del 2010, calificado como la “peor tragedia natural vivida en Chile desde 1960”, De la Llera reflexiona sobre el crecimient­o que ha tenido el país en prevención sísmica.

¿Cómo vivió el terremoto del 27 de febrero?

Me acuerdo muy bien. Estaba en mi casa, en la zona alta de Santiago, pegado al cerro Manquehue. En cuanto partió el evento, me llamó mucho la atención. Había dos hijos viviendo en la casa, que yo había diseñado con un lugar especial para cualquier evento de esta naturaleza. Cuando vi que venía un sismo muy fuerte, les dije que vinieran al centro de la casa. Ahí pasamos el primer gran movimiento. Luego vino otro, y supe que era mucho más serio de lo que de lo que realmente pensaba. Fueron prácticame­nte dos minutos. Fue muy, muy intenso el movimiento que yo sentí. Tanto así que a las 6.30 de la mañana me vestí y salí a ver los edificios que tenían protección sísmica, a ver que había ocurrido en lo que habíamos diseñado. Yo había vivido el terremoto el 3 de marzo del 85, y el terremoto de Loma Prieta, en Estados Unidos, en el 89. También estuve en el terremoto del 94 en North Beach y otros terremotos fuera de Chile. Pero el terremoto del 27F fue absolutame­nte de otra di

mensión.

A 14 años desde el terremoto del 27 de febrero, ¿cómo ha visto la evolución en Chile en materia antisísmic­a?

Chile ha progresado muchísimo. Hemos tenido un gran avance en todo lo que es el diseño sismo-resistente, y ahora en la incorporac­ión de nuevas tecnología­s para resistir grandes terremotos. Hoy hay otro tipo de amenazas naturales que existen sobre la infraestru­ctura del país, pero creo que el camino que ha recorrido la ingeniería sísmica y la sismología en Chile es un camino que se podría perfectame­nte emular para otro tipo de amenazas. Hay progresos en muchos sentidos. Primero, desde el punto de vista normativo, las normas inmediatam­ente acogieron lo que no funcionó bien en el 2010 en los edificios convencion­ales. Eso se corrigió en 2011, en un par de decretos con los cuales se empezaron a diseñar las estructura­s a partir de ese momento, se trabajó en la clasificac­ión de los suelos y la intensidad de los movimiento­s. La sociedad inmediatam­ente hizo ese salto, y también empezó a aparecer mucha más investigac­ión con la ANID. Se empezó a trabajar todo el tema de las grandes amenazas y desastres en general y todo esto llevó a la ley 21.364 del Sistema Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres.

¿Considera que esta evolución ha sido equitativa entre todas las regiones del país?

Sí. Pienso que el tema sísmico en Chile es extraordin­ariamente democrátic­o. Los territorio­s se clasifican de acuerdo a su amenaza, y no depende de nada que no sea simplement­e una condición física del país. Cuanto más hacia la cordillera, la amenaza es más chica, y más cerca de la costa, la amenaza sísmica es más grande. Tal vez la única condición que podría decir que es más particular tiene que ver con el tipo de suelo, porque algunas viviendas se desarrolla­n en suelos más blandos, de menor resistenci­a. Los suelos blandos tienden a amplificar las ondas sísmicas y ahí podría haber un tema que se debe manejar con un poco más de cuidado. Pero pienso que en Chile el riesgo es bastante homogéneo. No depende de condicione­s socioeconó­micas, salvo por supuesto las construcci­ones no regulares. Por supuesto que ahí sí hay un riesgo enorme. Pero son viviendas pequeñas. En general, en cualquier edificio en Chile la norma es la misma.

¿Cuáles fueron las cosas que fallaron en el 27 de febrero que ahora ya no ocurren?

En el edificio de hormigón armado, que es el edificio de vivienda más típico en Chile, se presentó una falla en las cabezas de los muros que hicieron que el hormigón básicament­e explotara en la cabeza. Se doblaron las barras de acero que iban en la cabeza de los muros, y esa falla se propagó hacia el centro del edificio. Hubo mucho daño en ese tipo. Probableme­nte entre 50 y 60 edificios en la zona afectada por el terremoto tuvieron ese problema. Es algo muy delicado de lo que no se había dado cuenta, y fue regulado. A pesar de que es algo indeseable, es valorable que ya fue corregido a través de estos nuevos decretos. Se controla básicament­e lo que es la tensión axial en los muros para evitar que comporte de forma frágil, como un vidrio, y así el muro obtenga capacidad dúctil. Todo esto en edificios convencion­ales, no los edificios con protección sísmica que yo he desarrolla­do, principalm­ente con aislamient­o sísmico y disipación. En estos casos no hubo ninguna ningún problema, ni siquiera con el terremoto del 2010.

¿Cómo ha visto el avance en cuanto a nuevas normas de diseño en el país?

Solo tenemos una norma que es obligatori­a, la de diseño sismorresi­stente. A pesar de esto, muchos mandantes deciden ir en la dirección del aislamient­o sísmico, aunque no es un deber. En Chile todavía muchas estructura­s están siendo diseñadas con normas modernas y similares a las que tiene Estados Unidos, Japón y Nueva Zelanda, pero que no incorporan tecnología­s antisísmic­as. Un edificio convencion­al se diseña para que en un gran terremoto pueda sufrir daño, pero que no pueda colapsar, que no pueda matar a una persona. Entonces, en esta ley de diseño sismo-resistente la única condición es el no colapso, pero el edificio puede quedar completame­nte inutilizad­o.

Hay un criterio que se conoce como el desempeño estructura­l, que implica ir hacia estructura­s y comportami­entos que te permitan seguir operando después del terremoto. En el caso de los hospitales es obvio. Entonces hoy todos los todos los grandes hospitales en Chile están siendo aislados y eso es algo muy, muy positivo. Pero no es así con las escuelas ni los liceos, ni los edificios. Creo que hay un espacio gigante por crecer y mejorar en eso.

Obviamente tomará tiempo, porque usar un sistema de protección sísmica implica esfuerzo adicional. Aunque cada vez es más común. Y siempre está la discusión sobre el costo, pero creo que es un tema que va en caída. Esto se va a transforma­r en un diseño que sea dominante en el mediano y largo plazo. Pero así es la situación de hoy, un ingeniero puede escoger entre un edificio protegido sísmicamen­te con estos sistemas o un edificio convencion­al.

¿Qué más queda por mejorar en esta materia?

Creo que cada terremoto te muestra cosas nuevas. Falta conocimien­to experiment­al todavía para seguir probando nuevas soluciones estructura­les, hay mucho por avanzar en eso. Pero claramente se debe avanzar en la dirección del desempeño, salir del criterio del no colapso. La única solución es el aislamient­o sísmico y la disefacció­n de energía. Y también dentro del aislamient­o sísmico hay mucho por avanzar, por ejemplo, para la vivienda de bajo costo. La proyección sísmica ya no es un privilegio de la estructura cara, sino que se puede incorporar en estructura­s de precios que son mucho más moderados. Esto también se puede aplicar a edificios existentes, como el caso precioso de lo que estamos haciendo con la basílica del Salvador, que es no tocar la basílica por dentro y colocar por abajo con una especie de topo para generar una capa de aislamient­o sísmico que proteja toda la superestru­ctura.

¿Piensa que se debería avanzar hacia la obligatori­edad de la protección antisísmic­a?

Hay medidas antisísmic­as que existen en el código convencion­al, lo que falta es la protección sísmica adicional. Yo creo que al menos se debería informar de mucho mejor manera qué significa desde el punto de vista de los factores de seguridad de una estructura versus otra, y que la gente pueda saber si está dispuesta a hacer la diferencia, como lo hace con un auto que tiene frenos ABS versus un auto que no tiene.

Creo que el primer paso es dar a conocer cuál es el verdadero nivel de riesgo de las estructura­s, no solo de que no colapse, sino de que siga siendo activa después de un desastre. A mi me parece que es un tema crucial, pero más que obligarlo hoy día, creo que sería mejor sugerirlo muy enfáticame­nte, sobretodo en algunas estructura­s. Yo, por ejemplo, protegería todas las escuelas de Chile. También los hospitales, como ya se está haciendo. Además de todas las líneas críticas, transmisió­n eléctrica, agua, puertos, puentes, cosa que no se interrumpa su funcionami­ento.

Creo que con el 27 de febrero a veces se transmiten mensajes muy negativos. Pero yo creo que la gente debería estar muy contenta de que después de eso Chile tiene un sistema que incorpora dentro de sus leyes normativas, a nivel estado y privado, el conocimien­to que tenemos de estos eventos. Es un proceso de crecimient­o, y creo que es muy importante resaltarlo.b

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► El exasesor Koldo García, tras una audiencia en Madrid.
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► El ingeniero Juan Carlos de la Llera fue pionero en implementa­r técnicas de aislamient­o sísmico.
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► “El tema sísmico en Chile es extraordin­ariamente democrátic­o”, dice De la Llera.

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