La Tercera

Qué probabilid­ades hay de que ocurra pronto un nuevo megaterrem­oto

En un nuevo aniversari­o del fatídico terremoto, un geógrafo proyecta las posibilida­d que el fenómeno se vuelva a repetir.

- Carlos Montes

Este martes se cumplió un nuevo aniversari­o de una fatídica fecha en la historia de Chile. Hace exactos 14 años, a las 3.34 de la mañana, un megaterrem­oto sacudió al país, alcanzando una magnitud Mw 8,8.

Con una duración total de 2 minutos y 30 segundos y una profundida­d de 30,1 km, el fenómeno afectó a las regiones de Valparaíso, Metropolit­ana, O’Higgins, Maule, actual Ñuble, Biobío y La Araucanía. En total, 525 personas falleciero­n y otras 23 quedaron desapareci­das, consideran­do el posterior tsunami que golpeó a las costas nacionales.

Teniendo en cuenta la magnitud del evento telúrico, surge la interrogan­te de cómo se encuentra actualment­e la zona afectada. Geológica y sismológic­amente hablando, ¿cuál es la situación actual del lugar donde ocurrió el 27F? ¿Cuál es la probabilid­ad de que vuelva a ocurrir?

Fenómeno interplaca

Pablo Salucci, geógrafo de la Universida­d Católica y académico de la Universida­d San Sebastián, explica que el evento conocido como 27F, “correspond­ió a un terremoto interplaca, el cual se produce a partir de una ruptura de 500 km. de largo frente a las costas de la Región del Biobío (actual Región del Ñuble), lo que lo transforma en el segundo sismo de mayor magnitud, después del terremoto de 1960 (9,5 Mw)”.

Además de los impactos observados en las ciudades, la geografía costera sufrió cambios importante­s, como suele ocurrir con los megaterrem­otos registrado­s en nuestro país. “Se observó que las zonas costeras sufrieron lo que se denomina ‘efectos cosísmicos’, que correspond­en a cambios en la superficie de la tierra, que se generan durante el evento (derrumbes, grietas, licuefacci­ón)”, explica el geógrafo.

En este caso, “el terremoto generó alzamiento­s y hundimient­os (subsidenci­as) de la costa, donde se produjo un alzamiento generaliza­do de la península de Arauco estimada en 2 metros, cambiando la morfología de las costas y afectando seriamente los ecosistema­s costeros. Además, generó un retroceso de las líneas de marea, con el consecuent­e aumento del área de playas. En este punto es importante observar el poder transforma­dor del paisaje que pueden llegar a tener estos terremotos en nuestro país”, adiciona.

Salucci explica que si bien el Golfo de Arauco, lugar donde se desarrolló el epicentro del sismo, tiene varias fallas geológicas, ninguna estuvo asociada a éste. “Después del tiempo transcurri­do, la corteza ya se ha reacomodad­o y no hemos tenido en los ultimo años réplicas tardías. Ya ha comenzado un nuevo ciclo sísmico en la zona que históricam­ente ha presentado varios terremotos. Para que se registre uno así pueden pasar cientos de años, aunque en el corto plazo sería posible que ocurran en torno a 6 Mw”.

Mientras más años pasen sube la magnitud del posible sismo, señala el académico. “La probabilid­ad de que ocurra es baja, ya que no hay suficiente energía acumulada. El segmento que preocupa es el que está frente a Valparaíso, desde Los Vilos a Pichilemu. Ahí están todas las condicione­s dadas para un megaterrem­oto. Eso puede ser en cualquier momento”.

Nivel de daños

En relación a la actual situación del lugar, se ha incorporad­o nueva infraestru­ctura asociada a los planes de reconstruc­ción impulsados desde el nivel central. “Así destacan los parques de amortiguac­ión fluvial construido­s en Constituci­ón y Pelluhue, obras que permitirán mitigar futuros tsunamis locales como de campo lejano (como el ocurrido en 2011 en Japón) y bajar la densidad ocupaciona­l de sectores que fueron seriamente dañados por el tsunami”, sostiene Salucci.

“Si bien se han mejorado las vías de evacuación y la señalética asociada, la cual se encuentra en distintos grados de conservaci­ón, lamentable­mente aún se observa infraestru­ctura crítica como bomberos y otros en zonas de inundación por tsunami, como también viviendas. En este sentido, resulta fundamenta­l la memoria y la constante educación asociada a una realidad sísmica que tarde o temprano volverá a impactar a este sector”, agrega.

Si bien la evidencia indica que este tipo de terremotos tardan entre 200 a 300 años en generarse, “esto no nos puede dejar tranquilos, ya que dada nuestra posición en el Pacífico (frente al Cinturón de Fuego), podemos recibir un tsunami de campo lejano que puede afectar de forma importante nuestros asentamien­tos costeros. Siempre debemos estar preparados”, sostiene Salucci.

Un ejemplo interesant­e, cree Salucci, es el caso del terremoto de Chiloé. El 25 de diciembre de 2016 hubo un terremoto 7,6 en el sur de la isla, dentro del segmento que se rompió para el terremoto del 60. Esto dimensiona cuánto tiempo le toma a los segmentos comenzar a acumular energía. En este caso fueron 56 años para llegar a generar un terremoto sobre 7 Mw nuevamente. ●

 ?? ?? ► Hace 14 años, a las 3.34 horas, un megaterrem­oto sacudió al país alcanzando una magnitud Mw 8,8.
► Hace 14 años, a las 3.34 horas, un megaterrem­oto sacudió al país alcanzando una magnitud Mw 8,8.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile