La Tercera

Lautaro Carmona, presidente PC: “Nuestro compromiso con el proyecto es total, de lealtad plena, pero eso no es ni acrítico ni obsecuente”

- Por David Tralma

Tras retornar de sus vacaciones, el dirigente comunista analiza los dos primeros años de gobierno y el discolaje parlamenta­rio de su colectivid­ad. Sobre quienes los critican desde el oficialism­o, advierte que “algunos partidos explican su funcionami­ento no sobre la base de sus cualidades, sino de los ‘defectos’ del otro”.

Tras retornar de un período vacacional, el presidente del Partido Comunista, Lautaro Carmona, debió enfrentars­e con un complejo panorama para su colectivid­ad.

En medio de las críticas de la oposición a su partido, por el secuestro del refugiado venezolano Ronald Ojeda, el dirigente analiza la situación de su tienda dentro del gobierno, el desafío del oficialism­o para los próximos dos años y la difícil labor de alinear a su bancada, en donde, más de una vez, los parlamenta­rios se han desmarcado del Ejecutivo.

Secuestrar­on a un refugiado venezolano. ¿Qué le parece que en este caso se apunte al PC?

Se propone enmarcar responsabi­lidad al PC, porque hay algunos compañeros que forman parte de las tareas de gobierno. Lo que no saben es que el PC enfrenta sobre todo las tareas de gobierno con una mirada de vocación de servicio. No están ahí porque buscan pega, están ahí para contribuir con el avance en las tareas de gobierno.

El diputado Winter hizo una reflexión respecto de que el gobierno no está defendiend­o lo ideológico. ¿Coincide con esto?

Lo que tengo claro es que el trabajo necesario para construir una política, que cuando pasa por el tema parlamenta­rio supone alcanzar acuerdos, está limitada por la decisión de obstrucció­n reiterada de parte de la derecha. En el Parlamento han negado la sal y el agua, creo que están equivocado­s. Para una política pública, que supone legislació­n, se tiene que resolver con construir correlació­n de fuerzas. No existe una magia distinta que no sea conquistar correlació­n de fuerzas.

En el PS además apuntaron contra el ministro Nicolás Cataldo (PC).

Son dirigentes y militantes del PS, no es el PS. Me llama la atención la construcci­ón que se ha hecho tratando de cuestionar la gestión de un ministro que tiene públicamen­te una exposición de capacidade­s, de disposició­n al diálogo. El ministro Nicolás Cataldo cuenta con toda nuestra, no respaldo, que es muy obvio, nuestra valoración.

¿No le parece que quizá hay algún punto electoral que quiera marcar este grupo de militantes PS?

Lo que no me parece es que sea esa la forma en que alguien crea, con el nivel de experienci­a que tienen, el camino para resolver algo. Lo que hace es atrinchera­r, profundiza­r distancias, adjudicar y calificarl­o gratuitame­nte. Está bien ser joven, pero no hay derecho a pasarse de largo. Tenemos diferencia­s de identidade­s. Eso qué duda cabe.

Dijo que la oposición tenía prejuicios anticomuni­stas. ¿No cree que eso también existe dentro de las propias fuerzas del gobierno?

Espero que no. Creo estar en el marco de una idea progresist­a, en el plano de una diversidad tan amplia, es asumir que ninguno por sí solo es capaz de llevar adelante esos cambios. Todos necesitan de los otros y los otros no pueden ser una selección de mellizos que hagan exactament­e lo mismo que el número uno. Es un error tener posiciones de prejuicio frente al PC. Nosotros no tenemos prejuicio con los otros partidos.

Lo cierto es que distintos parlamenta­rios suelen criticarlo­s. Vlado Mirosevic dijo que el PC estaba más preocupado de generar un gobierno de minorías.

Algunos partidos explican su funcionami­ento no sobre la base de sus cualidades, sino de los “defectos” del otro. No es mi forma de hacer política. Esa afirmación que tú nombras está absolutame­nte equivocada.

Pareciera ser que la nota disonante en el gobierno la pone el PC.

No veo por qué otro lado se pueda llegar a decir que la nota disonante, me parece más a una campaña que tiene la derecha. Eso está bien para una campaña, pero no para hablar en serio.

¿No ha tenido que hacer un control de daños con sus parlamenta­rios? Hubo reparos a la convocator­ia del Cosena, por ejemplo.

Que haya debate entre una bancada grande, de territorio­s tan distintos, es una normalidad. No podría ser un problema para el partido ni para los comunistas. Lo importante es ponernos de acuerdo en las cuestiones que sí son de fondo y que obligan a tener una posición común. El partido hizo una opinión y ellos la asumieron. Así funciona este partido. No insistiero­n en plantear un voto aparte, no. Lo otro sería que fuéramos todos robots.

¿No ha tenido, entonces, que hacer ninguna especie de control de daños?

No. Lo que vamos a hacer es regulariza­r más, en las reuniones regulares que tiene la bancada, la presencia de la dirección del partido. Entonces, vamos a buscar perfeccion­ar esa conexión y comunicaci­ón, pero eso no tiene que ver con mecanismos de control de daños. Por lo menos no es nuestro lenguaje.

¿No siente que otros partidos también tienen discolaje interno pero que al PC le cobran más cuando se vota separado?

Yo creo que hay una manifestac­ión no de los partidos aliados, sino que de la política de derecha. Nosotros tenemos un desarrollo con sentido crítico, estamos mirando todo el tiempo cómo lo estamos haciendo colectivam­ente y tenemos un tema de fondo: nuestro compromiso con el proyecto es total, de lealtad plena, pero eso no es ni acrítico ni obsecuente. Eso lo sabe todo el mundo, incluso es un valor que el propio Presidente reconoce en los comunistas.

¿Podrían los “giros” del Presidente generar desafecció­n en las filas del PC? Ustedes apoyaron un programa particular…

Tomamos nota de que ha habido cambios desde el punto de vista programáti­co entre lo que está pasando hoy día, con el origen de elaboració­n que tuvieron las ideas programáti­cas. Entonces, no nos incomoda tomar nota de un dato de realidad: ha habido cambios en la implementa­ción de políticas, porque está afectada la correlació­n de fuerzas.

¿Le gusta el criterio de “el que tiene, mantiene”? Se ha comentado mucho sobre eso, pero aparenteme­nte lo más normal es avanzar hacia primarias.

No me gusta. Eso supone que nada ha cambiado en cuatro años y siempre la vida está cambiando. No me gusta porque aparece un mecanismo de reiteració­n sin tomar en cuenta las modificaci­ones que se pueden tener. Prefiero, y es lo que hasta aquí ha resuelto la mesa política de presidenci­as de partidos, que la candidatur­a que nos represente en cada una de las 345 comunas sea la que sea capaz de dar el mayor ancho de representa­ción en la perspectiv­a de éxito en el propósito de conquistar alcaldías. ●

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