La Tercera

El acuerdo entre Interior y la oposición para aprobar la nueva Ley de Inteligenc­ia

- Por Víctor Rivera

La ministra del Interior, Carolina Tohá, impulsó la creación de una reservada mesa técnica que busca llegar a puntos de consenso respecto a cómo debe funcionar el Sistema de Inteligenc­ia del Estado. El proyecto busca, entre otras cosas, tener una Escuela de Formación de Inteligenc­ia, y “ejecutar actividade­s” operativas, como acceder a datos personales y el uso de agentes encubierto­s en la ANI.

El 27 de septiembre de este año se cumplirán 20 años desde que fuera promulgada la actual Ley de Inteligenc­ia, norma que ha querido ser modificada bajo las últimas dos administra­ciones: en el gobierno de Michelle Bachelet, en 2014, y en el de Sebastián Piñera, en 2019. Y ahora, el Presidente Gabriel Boric va por un tercer intento.

Durante la gestión del expresiden­te Piñera las intencione­s de tener un nuevo marco regulador para el Sistema de Inteligenc­ia del Estado (SIE) se tradujeron en la presentaci­ón de un proyecto de ley, en 2018. Sin embargo, a seis años de ingresada esta iniciativa sigue pendiente la modificaci­ón.

El gobierno del Presidente Boric tomó la posta de esa eterna pretensión y en enero del 2023 ingresó indicacion­es al proyecto de Piñera, donde apuntó a una nueva institucio­nalidad y nuevas atribucion­es para la Agencia Nacional de Inteligenc­ia (ANI). Ahora el gobierno busca sumar nuevos insumos, entre ellos la creación de una Escuela de Formación de Inteligenc­ia (EFI) y fortalecer el funcionami­ento del Comité de Inteligenc­ia del Estado.

Hoy, en el gobierno y en el Congreso -como también en las policías y Fuerzas Armadas (FF.AA.)-, reconocen que el tiempo apremia, más cuando el debate de las dos últimas semanas se ha concentrad­o en el secuestro del teniente (R) venezolano Ronald Ojeda.

En La Moneda saben que para que la nueva ley prospere se requieren acuerdos. Por lo mismo, desde noviembre del 2023 que trabajan en una reservada mesa técnica para llegar a puntos de consenso respecto a cómo debe funcionar el Sistema de Inteligenc­ia del Estado.

“Este proyecto es una prioridad para el gobierno. Estaba en la agenda priorizada en 2023 (...) Ingresamos una indicación y se mantuviero­n las diferencia­s con la oposición. Finalmente, durante el verano logramos instalar una mesa técnica con asesores de la oposición, más los técnicos del misterio, y en ese proceso se ha construido un acuerdo muy sustantivo para sacar adelante este proyecto”, explica a La Tercera la ministra del Interior, Carolina Tohá.

Tohá agrega que resta una fase de consultas a los parlamenta­rios, como también a los directores de Inteligenc­ia de la ANI, las policías y las Fuerzas Armadas (FF.AA.). “Estamos trabajando para ingresar una indicación bastante acordada para que en abril volvamos a votar y despachemo­s lo antes posible este proyecto de ley”, dice.

La mesa y los cambios

La resevada instancia tiene distintos actores. Quien lidera la mesa es la ministra Tohá, más asesores de corte político, legislativ­o y también operativo. Hasta ahora han tenido siete sesiones.

Por parte del gobierno, además de Tohá, la mesa de negociació­n la integran los asesores de Interior Alejandro Urquiza y Rafael Collado; el exsubsecre­tario del Interior Rodrigo Ubilla; el coordinado­r de Seguridad y Defensa de la bancada de los senadores de RN, Ronald von der Weth; el presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara, Francisco Undurraga (Evópoli), y también los expertos en inteligenc­ia David Hardy y Jorge Gatica.

Hardy y Gatica tienen un rol más operativo. El primero, contralmir­ante en retiro, fue subdirecto­r de la ANI y también director de Inteligenc­ia de Defensa en el Estado Mayor Conjunto.

Uno de los principale­s diagnóstic­os de la mesa es sobre la ausencia de una mirada a largo plazo respecto a cómo debe operar el Sistema de Inteligenc­ia.

Por lo mismo, se acordó crear una Política Nacional de Inteligenc­ia (PNI), lo que permitirá la construcci­ón de una visión de mediano-largo plazo respecto a las necesidade­s de “Inteligenc­ia que tiene el Estado a su más alto nivel”.

En una de las últimas sesiones se acordó que “como la política incluye lineamient­os de alto nivel político, la misma será definida por el Presidente de la República mediante decreto supremo expedido por el Ministerio del Interior, el que deberá ser firmado por el comité interminis­terial de Inteligenc­ia (Interior, Defensa, RR.EE., Seguridad y Hacienda). Para la creación o actualizac­ión de la PNI el Presidente recibirá la asesoría técnica de la Secretaría Ejecutiva del Sistema de Inteligenc­ia del Estado (SIE)”.

Pero uno de los elementos que más destacan al interior de la mesa es el acuerdo para crear una Escuela de Formación de Inteligenc­ia (EFI).

El objetivo de esta instancia será entregar formación a los agentes de Inteligenc­ia con una orientació­n de Estado, sin perjuicio de la formación que cada una de las institucio­nes como Carabinero­s, la PDI y las FF.AA. desarrolla­n. Además, como principal escuela de carácter civil, tendrá a cargo la formación del personal de la ANI, de manera íntegra.

Los planes de estudio para la formación, capacitaci­ón, estudio y entrenamie­nto común deberán ser aprobados por el Comité de Inteligenc­ia de Estado (CIE).

Además, podrá promover la celebració­n de convenios con institucio­nes nacionales e internacio­nales para la realizació­n de los programas de formación, capacitaci­ón, estudio y entrenamie­nto y podrá impartir, en conjunto con las institucio­nes de enseñanza de las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública y Fuerzas Armadas, cursos de inducción, capacitaci­ón, estudio y formación.

En tanto, el responsabl­e de la escuela deberá contar con capacidade­s técnicas probadas y requisitos legales por definir.

Los cambios en la ANI

El acuerdo que impulsa el Ejecutivo con los denominado­s “arquitecto­s” del nuevo Sistema de Inteligenc­ia busca una reestructu­ración total de la ANI.

En el gobierno y la oposición son consciente­s de que el funcionami­ento actual de la Agencia no cumple con las exigencias de la nueva realidad delictual, como tampoco con el avance de las nuevas tecnología­s.

“Cuando no hay una institucio­nalidad robusta en Inteligenc­ia se reflejan dos cosas: debilidade­s técnicas y desconfian­za en construir un sistema fuerte. Hasta ahora, lo que ha dificultad­o tener un sistema poderoso son desconfian­zas cruzadas en el sistema político, y eso es lo que ha hecho tan difícil avanzar con este proyecto”, advierte la ministra Tohá.

En esa misma línea, agrega que “cuando uno tiene una Inteligenc­ia poderosa la puede usar mal, pero la solución a eso no puede ser no tener Inteligenc­ia. Ese no es el camino”.

En la reformulac­ión de la ANI, según se acordó en la mesa de Interior con la oposición, se contempla “reorientar el objetivo permanente” de la Agencia para que tenga su foco principal en la generación de Inteligenc­ia de Estado. Sus funciones deberán, además, considerar especialme­nte aquellas materias que la Inteligenc­ia policial y la Inteligenc­ia de la Defensa no pueden abordar para proporcion­ar anticipaci­ón estratégic­a.

Su nombre también podría cambiar y pasar a llamarse Agencia Nacional de Inteligenc­ia Civil, para realzar su carácter civil frente a los otros integrante­s del sistema.

Desde lo operativo se le entregarán nuevos roles. Por ejemplo, se acordó que pueda producir Inteligenc­ia con medios propios, en el área de sus competenci­as, para generar anticipaci­ón estratégic­a y evaluación de la ampliación de su planta, y su relación de dependenci­a será directamen­te con Interior, por lo que dejará de relacionar­se con otras autoridade­s del Estado.

Además, de aprobarse esta ley, se autorizará a la Agencia ejecutar procedimie­ntos sin necesidad de recurrir a medios de las agencias policiales. Y ampliará la posibilida­d de usar “agentes encubierto­s sin autorizaci­ón judicial a la Agencia, siempre que sea en el marco de su competenci­a”.

Tras las sesiones también se llegó a un consenso para “el acceso y tratamient­o de datos personales en el listado de procedimie­ntos. Esta habilitaci­ón no está actualment­e en la ley y es importante agregarla para recurrir directa y legalmente a las fuentes de informació­n que tiene el Estado respecto de los ciudadanos”.

El tener un nuevo marco regulatori­o en Inteligenc­ia para el gobierno es clave y así comenzar a sacar adelante una batería de proyectos en materia de seguridad. El lunes, por ejemplo, ingresarán las indicacion­es para las Reglas del Uso de la Fuerza (RUF); se espera seguir avanzando en la discusión de infraestru­ctura crítica, además de consolidar la creación del Ministerio de Seguridad. ●

Tras las sesiones también se llegó a un consenso para “el acceso y tratamient­o de datos personales en el listado de procedimie­ntos. Esta habilitaci­ón no está actualment­e en la ley”.

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► La ministra del Interior, Carolina Tohá, es la encargada de la mesa técnica del Sistema de Inteligenc­ia.

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