La Tercera

El estricto funcionami­ento de la cárcel que custodia a los reos más peligrosos del país

Son 59 los reos que permanecen en el recinto penitencia­rio, donde son vigilados por 387 cámaras. El régimen de visitas fue cuestionad­o por el juez Urrutia, lo que abrió una discusión de fondo que se resolverá en la corte, la próxima semana.

- Por Catalina Batarce

Fue el 19 de enero que una determinac­ión del juez Daniel Urrutia, magistrado del 7° Juzgado de Garantía de Santiago, encendió las alarmas en el Ministerio de Justicia y en Gendarmerí­a.

Ese viernes, el magistrado autorizó más de una decena de beneficios a internos de alta peligrosid­ad, en su mayoría asociados a criminalid­ad organizada y que permanecía­n privados de libertad en el Recinto Especial Penitencia­rio de Alta Seguridad (Repas), más conocida como la Cárcel de Alta Seguridad.

Visó, entre otros permisos, la realizació­n de videollama­das de internos con terceros, pese a que estos no contaban con autorizaci­ón para ello, además de visitas íntimas.

Frente a ello, rápidament­e Gendarmerí­a estampó un recurso de apelación, pero el mismo juez resolvió declararlo inadmisibl­e, lo que gatilló una nueva arremetida de la institució­n liderada por Sebastián Urra y que depende de la cartera encabezada por el ministro Luis Cordero.

En concreto, como explicó a La Tercera el secretario de Estado, se recurrió respecto de beneficios otorgados a seis de los internos -pues los demás obtuvieron visitas presencial­es que podían materializ­arse sin riesgo-, ya que no hay posibilida­d de garantizar que se mantendrá la seguridad del recinto penitencia­rio si estos se ejecutan.

“Este recinto tiene todos los tipos de cámara posibles, corporales, de reconocimi­ento facial, uso de inteligenc­ia artificial. Y tiene un mecanismo de segmentaci­ón muy estricto y un régimen de comunicaci­ón con las visitas por locutorio. Pero además de ello, la regulación de las visitas exigen el enrolamien­to de estas, a nivel general. Por eso las videollama­das hacia el exterior, fuera del país, con personas respecto de las cuales no es posible verificar su identidad, produce un mecanismo de vulnerabil­idad para la unidad de máxima seguridad”, comentó.

“No se debe olvidar”, como subrayó el secretario de Estado, que en dicho recinto es donde están concentrad­os los líderes de bandas de organizaci­ones criminales “de las más peligrosas” y cuyos juicios están pendientes.

Por lo mismo, que se concretara el beneficio otorgado por el magistrado, de acuerdo con lo expuesto por el ministro, implicaba que el establecim­iento quedaba “evidenteme­nte expuesto a vulnerabil­idades, junto con alterar el régimen de visita e impedir tener control de seguridad para saber con quién es la comunicaci­ón que el interno quiere establecer”.

El fondo del recurso presentado por Gendarmerí­a será resuelto por la Corte de Apelacione­s de Santiago, durante la próxima semana.

¿Cuáles son las condicione­s del recinto?

Este centro penitencia­rio fue inaugurado en marzo de 2023, luego de la refacción de la antigua Cárcel de Alta Seguridad, creada en 1994. Fue un proyecto que implicó restaurar las instalacio­nes y, como destacan desde Gendarmerí­a, mejorar la capacidad de contención para población penal de alto compromiso delictual, con una inversión total de 3.756 millones de pesos.

Posee una capacidad total para 296 personas privadas de libertad, divididas en dos subseccion­es: Máxima Seguridad (148 plazas) y Alta Seguridad (148 plazas). Actualment­e, como indican desde la entidad penitencia­ria, mantiene una ocupación total de 59 plazas.

Entre las medidas de seguridad con las que cuenta, se encuentra un circuito cerrado de tv de 387 cámaras, incluyendo cámaras térmicas y de reconocimi­ento facial, “lo que permite controlar la seguridad de los desplazami­entos internos de las personas privadas de libertad”, según precisaron desde Gendarmerí­a.

Asimismo, desde que reabrió sus puertas, en el recinto se implementa­ron nuevos sistemas de escaneo corporal para visitas, funcionari­os y para la inspección de bultos o encomienda­s. Cuenta con un sistema antidron automatiza­do, con un rango de hasta 10 km para la detección de drones que sobrevuele­n sin autorizaci­ón el espacio aéreo de la unidad y circundant­e.

El régimen de los internos

Las personas imputadas o condenadas que se encuentran en la unidad de Máxima Seguridad mantienen un régimen especial de reclusión de carácter excepciona­l.

Esto quiere decir que poseen antecedent­es que permiten a la administra­ción penitencia­ria presumir razonablem­ente que el sujeto podrá seguir delinquien­do desde y al interior del establecim­iento penitencia­rio, o que podría constituir, dirigir o reorganiza­r al interior del establecim­iento agrupacion­es, bandas, asociacion­es u organizaci­ones o vincularse con las mismas, para planificar o ejecutar hechos delictivos.

Para eso se consideran las circunstan­cias, connotació­n y trascenden­cia de los crímenes o simples delitos por los cuales ha sido condenada o formalizad­a la persona en cuestión.

Quienes quedan en Alta Seguridad es porque su perfil así lo amerita, dado que posee, valga la redundanci­a, alto compromiso delictual de acuerdo con la evaluación que se le realiza al ingresar al sistema y donde se analizan antecedent­es, detencione­s anteriores, si utilizó o no armamento, edad en que se inició en el mundo delictivo, entre otros elementos.

¿Cómo es la vida al interior de estas unidades?

Quienes se encuentran en estas unidades permanecen bajo reclusión en celda individual con salida diaria al patio por dos horas y media. Esto, de manera segmentada y diferida, a objeto de evitar el contacto de la población penal. Pese a que la vigilancia es extrema, por ejemplo, sí pueden realizar actividade­s recreativa­s y deportivas, pero solo en grupos reducidos.

Pueden tener visitas una vez por semana, previo enrolamien­to (como en todo establecim­iento penitencia­rio), a través de locutorio, o sea, no hay contacto físico directo con el interno.

No hay espacios habilitado­s para visitas íntimas y hay salas acondicion­ada para audiencias telemática­s. ●

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► La Cárcel de Alta Seguridad está emplazada en calle Pedro Montt, en Santiago.

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