La Tercera

Tabilo remonta un duro partido y se mete por primera vez en el top 40

El tenista nacional derrotó en tres sets al francés Corentin Moutet, verdugo de Nicolás Jarry en cuartos de final. El zurdo irá por el segundo título de su carrera en el Chile Open.

- Por Carlos González Lucay

Alejandro Tabilo (51º) llegó a las semifinale­s del Chile Open como la única carta nacional en el cuadro de singles, después de la sorpresiva derrota de Nicolás Jarry ante el francés Corentin Moutet (140º), precisamen­te el rival del número dos nacional en la arcilla de San Carlos de Apoquindo.

El galo venía de superar la qualy y llevaba largas horas acumuladas. En síntesis llegaba crecido tras su triunfo del viernes y con un libreto bastante definido. Bajo ese panorama, el crédito local buscaba superar su techo en Santiago y meterse por primera vez en el top 40 del ranking. Y claro que lo consiguió. Se impuso por 4-6, 6-4 y 7-5, en dos horas y 32 minutos de juego.

Como era de esperarse, el recibimien­to del público que lentamente fue llenando los asientos del court central Jaime Fillol no fue de lo mejor para el europeo. Una fuerte silbatina acompañó el ingreso del tenista, que la noche del viernes supo ganarse la reprobació­n del público tras diversas actitudes poco deportivas en su encuentro ante Jarry. De hecho, este último también le recriminó por sus maneras y, según el europeo, lo trató de “patético”.

Naturalmen­te, la recepción que tuvo Tabilo fue muy distinta a la de su adversario y en cada punto que consiguió se hizo sentir con fuerza el apoyo de la fanaticada. No obstante, eso no parecía importarle mucho al francés, quien intentó repetir la fórmula que le dio el éxito en el duelo de cuartos de final. Incluso, en el quinto juego sacó por abajo, pero su envío terminó en la red. Inmediatam­ente, la pifia del público no se hizo esperar.

Eso sí, las caracterís­ticas del pupilo de Guillermo Gómez son muy distintas a las de Nico. También zurdo como Moutet, el crédito local intentó manejar los tiempos con tiros angulados y amparado en su primer servicio. Sin embargo, no estuvo del todo sólido y eso lo terminó padeciendo hacia el final de la primera manga.

Cada uno mantuvo su servicio hasta el octavo game. Ahí el francés rompió el servicio de Tabilo, merced de un par de errores no forzados y un bajo porcentaje de primeros saques del chileno. Así, con la ventaja en el bolsillo, cerró sin mayores inconvenie­ntes la manga.

El remezón

Parecía que todo empezaba a complicars­e en demasía cuando Moutet rompió de entrada el servicio de Tabilo, quien se veía bastante contrariad­o y con muchas dudas. No obstante, la raqueta nacional reaccionó rápidament­e quebrando de vuelta, lo que le permitió tranquiliz­arse y volver a meterse en el partido.

Luego, en el tercer juego, el chileno tuvo cuatro puntos de quiebre, pero el francés supo salir de ese momento difícil, con buenos primeros servicios, velocidad de piernas y una cuota importante de talento. De ahí en más, la tónica continuó con cada uno manteniend­o su saque, con intercambi­os angulados y buenos puntos.

Sin embargo, la calma de Moutet para enfrentar esa parte final del set se fue al tarro de la basura. Y eso Tabilo lo olfateó a la perfección en el décimo juego. Ale devolvió de gran forma y el francés erró, lo que derivó en que lanzara su raqueta al piso, mientras el público reprobaba esa acción. Así, todo se definió en el tercer set.

El comienzo del capítulo final encontró al chileno de mejor forma. Muy concentrad­o y aumentando sus porcentaje­s de primeros servicios, parecía encaminars­e al triunfo ante un rival que, cada vez que no metió su primer saque, terminó sufriendo bastante.

Además, el francés siguió ofuscándos­e y nuevamente lanzó la raqueta. No obstante, esta vez generó un efecto inverso en su motivación y lo demostró en el juego siguiente, rompiéndol­e a Tabilo y dejándolo en una posición sumamente compleja.

De todos modos, el zurdo criollo batalló y tuvo tres oportunida­des de quiebre en el octavo game. Y no dejó escapar esa posibilida­d para equiparar las cosas gracias a un afortunado bote en la línea que desacomodó completame­nte al francés.

Luego consiguió ganar su saque en los dos turnos siguientes y le puso toda la presión al europeo para mantenerse en el partido. Ahí también el público jugó un rol fundamenta­l celebrando todos los puntos del chileno e incomodand­o a su adversario.

El desenlace se produjo en el duodécimo game. Moutet sintió los nervios y Tabilo lo aprovechó con maestría para ir por el segundo título de su carrera y firmar su primera final en el Chile Open, la segunda de la temporada.

En la definición jugará ante el argentino Sebastián Báez (21º) y el español Pedro Martínez (101º), quienes jugaban anoche.

En medio de su paso por el ATP de Santiago, el argentino habla con El Deportivo sobre su nuevo trabajo como entrenador de Nicolás Jarry. Detalla las claves de su pupilo y también hace una repaso por la actualidad del tenis en el continente

Dentro del circuito latinoamer­icano, la figura de Juan Ignacio Chela tiene un peso particular. Como jugador ganó seis títulos ATP, llegó al puesto 15 del mundo y disputó tres cuartos de final de Grand Slam. Como entrenador, dirigió durante siete temporadas a Diego Schwartzma­n, llevándolo a ser ocho del mundo, semifinali­sta de Roland Garros, cuartofina­lista del US Open en dos ocasiones y finalista del Masters 1000 de Roma, donde eliminó a Rafael Nadal en la ronda de los ocho mejores.

Fue tras su viaje con el Peque, que decidió sumarse al equipo de Nicolás Jarry. Un vínculo que recién comienza, pero que de alguna manera ya da frutos: en su primer torneo juntos, el chileno derrotó a Carlos Alcaraz en semifinale­s de Buenos Aires, para luego caer en la final ante el local Facundo Díaz Acosta. Mientras que en Santiago cayó sorpresiva­mente frente al polémico jugador francés Corentin Moutet.

También destaca por su particular humor, uno que lo ha llevado a ser una referencia tuitera para los fanáticos del tenis. “Me divierte mucho, tengo el personaje de antihéroe”, confiesa a El Deportivo en una terraza de San Carlos de Apoquindo. Distendido, aborda no solo aquella faceta, sino que también su nuevo trabajo con el número uno de Chile, el complejo momento que vive la gira sudamerica­na y su relación con Fernando González y Nicolás Massú. También tiene palabras para el difícil presente por el que atraviesa su ex dirigido, quien no gana un partido ATP desde octubre de 2023.

Nicolás tiene un juego totalmente opuesto al de Diego Schwartzma­n, ¿fue un gran desafío para usted como entrenador?

Sí, la verdad que sí, son dos jugadores completame­nte diferentes. Con Diego fue un proceso largo, muy bueno y cuando empecé a charlar con Nico y ver cómo encarar este proyecto, también fue eso; un gran desafío por las caracterís­ticas de Nico. Me puse a estudiarlo, a ver cuáles son sus fortalezas, debilidade­s y a partir de ahí armar un plan de estrategia para hacerlo cada día un jugador más completo.

Una cosa es estudiarlo, pero otra entrenarlo. ¿Qué fue lo que más le sorprendió?

A nivel de día a día, mental y de profesiona­lismo, me sorprendió para bien cómo tolera la carga de trabajo. Él puede estar de nueve de la mañana a ocho de la tarde dedicándos­e a su tenis y su carrera, ya sea con el fisio, con el entrenador o con el preparador físico, Los días de pretempora­da eran muy largos y en ningún momento se le vio frustrado o cansado. Creo que eso no todos los jugadores lo pueden tolerar. A veces es difícil sostenerlo mentalment­e y él lo consigue, lo logra.

¿Y tenísticam­ente?

Tiene muchas armas, es un jugador muy vertiginos­o, que genera incomodida­d y vértigo en cualquier jugador. No importa la categoría o el prestigio del rival, se lo genera a todo el mundo. El gran desafío es complement­ar eso con consistenc­ia y con regularida­d durante un partido y durante todo el año.

¿Cuál es el desafío que tienen con su juego?

Creo que el gran desafío es poder elegir el tiro correcto al momento correcto desde la posición en que te encuentres en la cancha. A veces él en eso se apura un poquito y termina generando algún error de más.

¿Qué falta para llegar al top 10?

La realidad es que no hay mucho misterio. Hay que ganarles a los mejores en los torneos grandes. Hay que ser regular durante todo el año o por lo menos una gran parte del año. Creo que lo positivo que tiene Nico es que él juega bien en todas las superficie­s, puede jugar bien en césped, en indoor, en cemento, en tierra... Sabemos que es un proceso y un objetivo, que es algo posible, pero a la vez realmente muy difícil. Lo bueno que tiene Nico es que es un jugador que vive para esto. Es súper profesiona­l y lo está buscando. Su techo nadie lo sabe, pero ese es el trabajo que estamos haciendo. Sin ir más lejos hace 10 días le ganó a Alcaraz, que es uno de los mejores del mundo.

El otro día, mientras entrenaba con Jarry, Fernando González le gritó desde la terraza. ¿Cómo es la relación con él y Nicolás Massú?

Muy buena, soy muy amigo de Feña y Nico Massú. Con Nico compartí entrenador dos ocasiones incluso, con Pablo Martín y Gabriel Markus. Nos vemos seguido, siempre que estamos juntos, pasamos un rato en un club o cenamos. Es una buena relación.

¿Hay similitude­s entre ellos dos con Nicolás Jarry y Christian Garin?

Nico podría estar más cerca de Fernando González por la potencia y por buscar acortar un poco los puntos o tener la iniciativa, dominar el partido. Massú era un jugador de ritmo, como puede ser Christian. Los veo más cercanos en ese sentido.

Un paso por Sudamérica

Juan Ignacio Chela puede jactarse de haber estado dentro del circuito casi de manera ininterrum­pida durante los últimos 24 años. Aquello lo posiciona como una voz autorizada para hablar del mismo.

Un estándar del que no escapa durante la conversaci­ón. A un costado del court cen

“Yo tengo mis dudas de que él (Wawrinka) haya sentido

eso en Suiza alguna vez, porque la gente le gritaba, le

cantaba y lo alentaba”.

Juan Ignacio Chela sobre el duelo entre Jarry y Wawrinka en

Buenos Aires

“Es algo posible, pero a la vez realmente muy difícil. Lo bueno que tiene Nico es que es un jugador que vive

para esto”. Las chances de Nicolás Jarry de

llegar al Top 10

tral de San Carlos de Apoquindo y esquivando el intenso sol capitalino, el que también fue conductor del mítico programa Tenis Pro, habla sobre los problemas que aparecen sobre la gira sudamerica­na, el presente del tenis argentino (ocho jugadores en el top 100) y el complejo momento que vive su ex pupilo Diego Schwartzma­n, quien no gana un partido ATP desde octubre de 2023. También, tiene un minuto para hablar de su relación con Twitter, una red social donde ha dejado marca.

La gira sudamerica­na vive un momento complejo, ¿siente que la ATP no la potencia lo suficiente?

Como argentino y sudamerica­no estoy muy de acuerdo y contento con las declaracio­nes que hizo Andy Murray. Obviamente, por la economía de nuestros países, es muy difícil competir contra otras potencias, pero a nivel de cultura tenística, el espectácul­o que se genera en cada país de Sudamérica es único. Un ejemplo es el partido de Wawrinka con Nico en Buenos Aires. Yo tengo mis dudas de que él haya sentido eso en Suiza alguna vez, porque la gente le gritaba, le cantaba y lo alentaba, fue algo impresiona­nte. Si se pierde el ATP de Córdoba (existe la posibilida­d de no renovar la licencia y se mude el torneo a Mallorca) sería una lástima para nuestra región. Me encantaría que hubiera más torneos y de mayor categoría, creo que tenemos la capacidad de organizarl­os y muchos jugadores sudamerica­nos están a la altura de cualquier evento.

Justo hoy aparecen ocho argentinos en el top 100, ¿cómo se explica aquello?

Me lo preguntaba­n mucho en la época de la Legión, que teníamos a 15 argentinos en un cuadro principal de Roland Garros o cuatro top 10. Era una locura lo que pasaba y la realidad es que no había un trabajo de formación especial o particular que hiciera que salieran tantos jugadores. Era el esfuerzo de cada uno, que en Argentina hay mucha cultura tenística y que hay grandes profesiona­les. También el argentino está acostumbra­do a lidiar contra todo, es como salir a la jungla y tener que defenderse. Cuando entras a la cancha para ganarte un punto te tienen que matar, entonces eso quizás te diferencia con otros lugares o federacion­es donde tienen mucho dinero o infraestru­ctura. Nosotros hemos tenido finalistas de Grand Slam en superficie­s que prácticame­nte no tenemos en el país.

Diego Schwartzma­n está fuera de ese grupo, ¿duele ver el momento que está atravesand­o?

La verdad es que con Diego tengo una relación muy especial, somos amigos, lo quiero mucho. Yo estuve presente y soy muy consciente de las etapas y los momentos de cada jugador. Para lograr todo lo que logró tuvo un desgaste físico y mental absoluto, es un ejemplo de superación. Él no podía bajar ni un poquito en cada partido, ya que al no tener grandes armas, su arma era la consistenc­ia, la regularida­d. Tácticamen­te es un jugador extraordin­ario. En cuanto detectaba un poquito de debilidad en el rival, no se salía de ahí. Lo podía sostener durante cinco horas en un Grand Slam, tuvo resultados increíbles. Yo veo muy normal su bajón. También creo que está en un momento de aceptar que está entrando en otra etapa, de relajar desde muchos lados su cabeza. Quizás darse un tiempito, un respiro, y volver, pero su carrera ya está hecha. Logró cosas increíbles y que todo lo que decida lo haga muy feliz.

El otro día fue nuevamente furor en Twitter. ¿Usted sabe lo que genera entre los seguidores del tenis?

Sí, por supuesto. Yo empecé con el Twitter siendo jugador y era la red social que más me gustaba. Ahora se volvió un lugar medio hostil, como que cualquier cosa ya es polémica, pero me divierte mucho. Tengo el personaje de antihéroe, que a la gente también le divierte mucho porque normalment­e no se ve desde un deportista. Cada tanto, cuando me cruzo con alguien que me dice que vuelva a Twitter que no escribo hace mucho, me motivo y meto algo más.D

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Alejandro Tabilo debió batallar muchísimo ante Corentin Moutet.
► Alejandro Tabilo debió batallar muchísimo ante Corentin Moutet.
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