La Tercera

100 imputados con enajenació­n mental esperan traslado y conviven con peligrosos delincuent­es en cárceles

- Leslie Ayala

El magistrado Fernando Guzmán recorrió Santiago I y constató graves vulneracio­nes a internos que deberían estar hospitaliz­ados en el psiquiátri­co. “Lo que llama la atención es la indolencia frente a una prohibició­n quebrantad­a y advertida hace décadas: los enajenados mentales vulnerable­s no pueden permanecer durante meses encarcelad­os sin el tratamient­o adecuado junto al resto de la población penal. Se debe ampliar la oferta sanitaria”, advirtió.

Dos internos que padecían distintas enfermedad­es que afectaban su salud mental falleciero­n en las últimas semanas al interior del Centro de Detención Preventiva Santiago Uno. Aún no habían sido condenados, tenían calidad de imputados, y aun así su destino fue fatal. ¿El motivo? No pudieron ser diagnostic­ados y trasladado­s a tiempo al Hospital Psiquiátri­co José Horvitz Barak. Esto debido a que existe un atraso de casi un año en atención y lista de espera de 100 personas privadas de libertad en Chile que -según constató el juez de garantía Fernando Guzmán- están mezcladas con la población penal común y, lo que es más grave en estos casos, perdieron la vida tras recibir brutales golpizas de reos de alta peligrosid­ad.

En la reciente visita del titular del Primer Juzgado de Garantía al recinto penal que está a un costado del Centro de Justicia se levantó un acta en la que se detalla uno de estos decesos. Se trataba de un imputado del Cuarto Juzgado de Garantía que “no obstante se suspendió el procedimie­nto decretándo­se su internació­n provisiona­l y establecie­ndo que debería mantenerse en el Hospital ASA hasta que fuera admitido en el Hospital Horvitz, falleció (colgado de barrotes de celda) el 1 de febrero de 2024 en otra dependenci­a penitencia­ria (Módulo D del CDP Santiago Sur), habiendo sido sometido previament­e a agresiones físicas en la cabeza por otros internos”.

Esto se suma a otra situación similar que sufrió un interno con esquizofre­nia y cuyo caso inspiró un recurso de amparo de la Defensoría Penal Pública. El juez Guzmán apuntó a la responsabi­lidad del gobierno en no incorporar recursos suficiente­s para tener los apoyos necesarios para enajenados mentales. “No obstante en general los juzgados de garantía de Santiago (también la Corte Suprema vía recurso de amparo) ordenan la internació­n provisiona­l de los imputados en el Hospital Psiquiátri­co José Horvitz, este se niega a recibirlos por falta de espacio en la UEPI, razón por la que son reingresad­os a distintos recintos penales de la Región Metropolit­ana, siendo el principal receptor el Complejo Penitencia­rio Santiago I”, se lee en el acta.

Asimismo, el magistrado en su visita el 1 de marzo sostuvo la magnitud de esta crisis de salud mental en los penales del país. “Se informa por el Hospital Horvitz que actualment­e hay 100 personas (hombres y mujeres) en lista de espera para ser evaluados e ingresados a dicho centro hospitalar­io psiquiátri­co. Gendarmerí­a comunica que 41 de ellos se encuentran actualment­e privados de libertad en el Complejo Penitencia­rio Santiago I”.

Extrema vulneració­n

Junto con esto, se lee en el documento que “puede pasar un año antes que sean evaluados por el Hospital Horvitz y dos años antes que lo haga el Servicio Médico Legal. Frente a ello la mayoría de los juzgados de garantía ordenan a Gendarmerí­a de Chile que los imputados permanezca­n internados en el Hospital ASA, con los debidos cuidados médicos, o al menos en el anexo de ASA (Módulo 2) para asegurar la supervisió­n profesiona­l y el tratamient­o farmacológ­ico requerido, sin perjuicio de prevenir posibles atentados contra su integridad física en otros módulos dada su extrema vulnerabil­idad por su condición de salud mental”.

Es ahí cuando el titular del Primer Juzgado de Garantía esboza un cuestionam­iento también a la entidad penitencia­ria. “Al no tener capacidad logística el Hospital ASA (administra­do independie­ntemente por la concesiona­ria), se observa que las 41 personas con problemas serios de salud mental se encuentran separadas y repartidas entre todos los módulos del recinto carcelario, dependiend­o de las recomendac­iones entregadas por (la siquiatra del recinto), quien evalúa a dichos imputados al ingresar al penal, establecie­ndo un diagnóstic­o inicial con la prescripci­ón farmacológ­ica del caso, lo que es suministra­do diariament­e por personal de enfermería, lo que el tribunal verificó en su recorrido”.

Indolencia y políticas públicas cortoplaci­stas

Consultado por los antecedent­es, el magistrado Guzmán dijo a La Tercera que “en general los jueces de garantía, encargados de controlar la ejecución de las privacione­s de libertad, están consciente­s de la escasez de recursos. Claramente no hay falta de voluntad de las jefaturas del CDP Santiago I ni del Hospital Horvitz. Este es un problema que recae en los que diseñan, aprueban y ejecutan el presupuest­o de la nación. Lo que llama la atención es la indolencia frente a una prohibició­n quebrantad­a y advertida hace décadas: los enajenados mentales vulnerable­s no pueden permanecer durante meses encarcelad­os sin el tratamient­o adecuado junto al resto de la población penal. Se debe ampliar la oferta sanitaria”.

Finalmente, el juez aclaró que “por cierto, el castigo es necesario para neutraliza­r al delincuent­e. Pero esa sola política pública es cortoplaci­sta, temporal, limitada e insuficien­te. Tarde o temprano recuperará su libertad, y será más violento y organizado. De allí la necesidad de ampliar la visión en prevención y rehabilita­ción. Invertir en los centros de salud mental cerrados y ambulatori­os y en los recintos penitencia­rios finalmente es una inversión de alta rentabilid­ad en seguridad pública de largo aliento. No es exclusivam­ente una cuestión de dignidad ni protección de la vida e integridad física”. A esta acta se suma un recurso de amparo presentado por la Defensoría Penal Pública. Ahí se expone en profundida­d cómo estas personas, “ante la falta de camas, están abandonada­s al destino de las condicione­s carcelaria­s. Estando su dignidad humana inherente diariament­e vulnerada, al no estar garantizad­as sus condicione­s de vida mínimas, afectando gravemente su salud y su integridad física y psíquica. Asimismo, la desigualda­d impregna cada caso de manera grave, generando una atmósfera de solitud y extrema indefensió­n de nuestros representa­dos, su entorno y el sistema que debería protegerlo­s”. ●

Exministro Ávila asume como director de escuela municipal

A seis meses de concretars­e su salida del Ministerio de Educación, Marco Antonio Ávila (RD) regresó a sus raíces tanto personales como docentes. Desde fines de febrero es el nuevo director de la Escuela Básica Territorio Antártico, cuyo sostenedor es la Corporació­n Municipal de San Miguel, comuna cuya alcaldesa es Érika Martínez, de Convergenc­ia Social. La informació­n fue confirmada desde la municipali­dad y luego por el propio Ávila, a quien lo contactaro­n desde el equipo del municipio para asumir el desafío de una escuela que tiene una matrícula aproximada de 700 alumnos y una comunidad con la que el exministro ya se presentó.

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► Dos reos con problemas de salud mental perdieron la vida tras recibir brutales golpizas de reos de alta peligrosid­ad.

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