La Tercera

Jaime Valdés relata el bochorno en la Supercopa que lo dejó con prohibició­n de ir al Superclási­co

- Christian González

Jaimev Valdés concurrió al duelo entre los albos y Huachipato, que no pudo finalizar luego de los graves incidentes. Estar en este listado le costará perderse el partido que muchas veces protagoniz­ó. Este miércoles, en tanto, la Corte de Apelacione­s declaró inadmisibl­es los recursos de protección interpuest­os por los fanáticos sancionado­s. El histórico alista su despedida.

Jaime Valdés está, por estos días, abocado a preparar su despedida del fútbol. El domingo 24, el exvolante emprenderá lo que, en función de su apodo, Pajarito ha denominado El Último Vuelo, su partido de despedida. Evento en el que las entradas están en venta a través de Puntoticke­t. Antes, eso sí, habrá otro duelo que el ahora exmediocam­pista se perderá por obligación: el Superclási­co del domingo, entre Colo Colo y Universida­d de Chile. No es por falta de tiempo ni de ganas de asistir al encuentro que se disputará en el Estadio Monumental.

El ahora exfutbolis­ta es uno de los 12.820 hinchas albos a los que el fallo de la Primera Sala del Tribunal de Disciplina castigó con la inasistenc­ia a los próximos cinco partidos del equipo popular como anfitrione­s. La medida fue justificad­a a El Deportivo por el presidente de la corte deportiva de primera instancia, Exequiel Segall. “Castigar a 12 mil es menos drástico que castigar a 40 mil. Si el tribunal no hubiera sancionado a los 12 mil, tendría que haber sancionado a jugar esos cinco partidos a puertas cerradas”, expresó el abogado. Por el contrario, la Garra Blanca respondió con nuevas amenazas. Este miércoles, en tanto, la Corte de Apelacione­s declara inadmisibl­es los recursos de protección interpuest­os por los fanáticos sancionado­s.

Se rebela

Valdés se rebela a la sanción que, por cierto, le incluye, como a los miembros de su grupo familiar, entre los que se cuentan sus hijos, por el solo hecho de haber adquirido una localidad en el sector norte del Estadio Nacional. “Es súper lamentable. Obviamente, nadie se esperaba un castigo así. No sé cómo el Tribunal de Disciplina ha tomado una medida tan discrimina­toria de castigar a 12.500 hinchas por 50 personas que reaccionar­on a una situación de violencia. Lamentable­mente, para mi familia y para mí, que teníamos pensado ir a ver el Superclási­co, como todos los partidos de Colo Colo en el Monumental, no vamos a poder asistir”, manifiesta a El Deportivo. “Ojalá que la medida la puedan cambiar y que se pueda resolver de buena manera, porque, así como estamos nosotros, hay mucha gente de la galería que solamente va a alentar y ver el partido y sufrir este tipo de castigos es sumamente doloroso, porque es gente que sigue a Colo Colo a todos los partidos y no va a poder ir a uno de los partidos más importante­s del año. Entonces, ojalá que se pueda solucionar lo antes posible”, añade, a modo de expresión de deseo.

Luego, describe los hechos desde la perspectiv­a que le ofrecía su ubicación en el recinto. “Yo, que estaba ahí, en galería, vi que los hinchas estaban, como en todos los partidos, colocando sus lienzos. Obviamente había muchos arriba de la reja y eso no está bien. Estaban acomodando los lienzos y todo y una vez que entró la seguridad privada y empezó a sacar algunos lienzos se empezó a formar toda la consecuenc­ia que vino después. Al final, si no hubiesen intervenid­o ellos, no estoy diciendo que estuvo bien lo que hicieron los barristas, sino que ellos reaccionar­on a una provocació­n de guardias de seguridad que les quitaron los lienzos. Eso fue lo que detonó todo lo que viene después. Obviamente que está súper mal, que no puede pasar y ojalá que no pase nunca más, pero eso fue lo que vi desde la galería. No vi más de 50 personas haciendo desórdenes, desarmes y creo que es injusto castigar a 12.500 personas cuando los desmanes los hicieron no más de 50”, sentencia. En esa postura, de hecho, coincide con Colo Colo.

Incertidum­bre

El relato de Pajarito deriva, luego, a las sensacione­s. Pero descarta la del miedo. “No. Nosotros estábamos a casi 100 metros de donde estaban pasando los desórdenes y enfrentami­entos”, dice. Pero admite la de decepción. “Queríamos que el partido siguiera y alentar, nada más que eso. Estábamos muy lejos de lo que estaba pasando entre barristas y guardias”, profundiza.

Luego justifica su presencia en un sitio poco habitual para figuras de su relevancia. “Mis dos hijos más chicos, que tienen 15 y 13 años, me decían siempre que querían ir a ver un partido a la galería. Obviamente, en el Monumental, es mucho más difícil. Yo tomé la decisión de ir a ese sector en la Supercopa porque es mucho más grande, más amplio, e íbamos a estar bien lejos de la mayoría de los barristas. Por eso fuimos”, explica.

La aventura, si se quiere, partió de acuerdo a lo proyectado. “Lo estábamos pasando súper bien. La gente se acercaba con mucho respeto a pedir una foto y todo. Una vez que empezó el partido iba todo normal”, añade.

Aquella situación cambió abruptamen­te y, naturalmen­te, la reconstruc­ción de las escenas adquiere otro matiz. “Nunca tuvimos miedo, ni nada. Empezó a llegar el gas pimienta y tuvimos que salir, porque mis hijos no estaban aguantando. No es que siempre vaya a la barra. Tomamos la decisión porque ellos querían ir, estar con la barra, cantar y todo. Y me parecía el partido ideal. En el Nacional, estadio grande, un partido en que íbamos a poder estar tranquilos. No tuvimos problemas con la gente. Se portaron súper bien, fueron súper respetuoso­s, pero lamentable­mente se vio empañado todo por esos enfrentami­entos”, sostiene.

En ese plano, aboga por una solución integral. “En todo el mundo existe el mismo problema. Es algo difícil de controlar. Países más avanzados, con mucha más tecnología, la controlan mucho más, pero se les escapan dos o tres veces estas cosas, que se enfrentan por cosas pequeñas la seguridad privada con barristas. Soy de la idea de poder establecer un diálogo. Sé que no se puede, que hay una ley que no permite tener acercamien­to con las barras, pero ese no es el camino. Debería haber un diálogo para solucionar el problema. Si no sabes lo que quieren o lo que piensan, es muy difícil poder imponer reglas con las que la gente de la barra no va a estar de acuerdo. Con diálogo y consenso será más fácil. Es mi pensamient­o, pero no sé la realidad. Quizás sería bueno”, postula.

Su condición de propietari­o de Deportes Linares, que compite en la Segunda División, le abona autoridad y alguna experienci­a en ese sentido. “En Linares tenemos gente muy fanática y también una barra brava. En algunos partidos del año pasado fuimos sancionado­s con partidos de visita. Esperemos que este año se puedan comportar de mejor manera y cumplir con los requisitos de Estadio Seguro para no tener los problemas. Me gusta la barra, que apoyen, pero hay que estar atentos al comportami­ento, porque así lo piden las autoridade­s”, concluye. ●

 ?? ?? ► Jaime “Pajarito” Valdés, exmediocam­pista de Colo Colo entre 2013 y 2019.
► Jaime “Pajarito” Valdés, exmediocam­pista de Colo Colo entre 2013 y 2019.

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