Las historias de los niños ucranianos trasladados ilegalmente a Rusia: “Tenía mucho miedo de no volver a casa”
Se trata del Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas. Se han entregado 15 de estos reconocimientos a ingenieros, médicos y bioquímicos, entre otros. Además, sólo seis mujeres han recibido un Premio Nacional de Ciencias en toda su historia.
Entre los testimonios de quienes lograron regresar se menciona discriminación de sus pares rusos sobre el idioma, las mentiras dichas por la prensa rusa que apuntan a Ucrania como invasor y las técnicas de manipulación emprendidas por militares rusos, en sus esfuerzos por retener a los jóvenes cautivos.
La organización Museum of Civilian Voices reunió por primera vez los testimonios de niñas y niños ucranianos que fueron trasladados ilegalmente a Rusia y Bielorrusia y que lograron regresar a casa con sus familias. Entre los testimonios compartidos, se repite el abuso psicológico emprendido por las fuerzas militares rusas durante el tiempo de cautiverio, la discriminación recibida por el entorno ruso y la incertidumbre de no saber si volverían.
Los niños fueron llevados a la fuerza y con prohibición de salir del territorio. En sus lugares de cautiverio, fueron testigos de las atrocidades cometidas durante las operaciones militares rusas. Valeriia Halych, una de las víctimas de 17 años que estuvo retenida en la región de Luhansk por un año y medio, intentó escapar tres veces. “Todos los días pensaba ‘mi mamá me encontrará’, lo único que quería era abrazarla”, cuenta Halych.
Según registros oficiales del Gobierno de Ucrania, hasta este jueves se cuentan 2108 niños desaparecidos, 19.546 niños deportados y/o desplazados por la fuerza a territorios de Rusia o a los territorios que ha ocupado, 531 fallecidos, 1237 heridos y 13 abusados sexualmente. Se ha encontrado a 24.096 niños, pero sólo 388 han podido regresar a Ucrania.
Aún con estas cifras, el gobierno ucraniano advierte que “es imposible determinar el número exacto de niños heridos debido a las hostilidades activas y la ocupación temporal de una parte del territorio ucraniano”. Los niños relataron a la fundación el momento en que empezaron a escuchar los primeros disparos y bombardeos en sus pueblos de origen, que fueron tomados por Rusia.
“Primero hubo disparos, luego un avión sobrevoló y nos empezamos a reunir. Me acuerdo cuando llegaron los rusos, había batallas muy fuertes para la ciudad. Dijeron ‘¿quieren que sus hijos se vayan de vacaciones?’ y mi mamá firmó unos documentos y nos dijo que nos alistáramos. Fuimos detenidos por cinco semanas completas”, contó Kyrylo, quien al volver a su pueblo, lo vio completamente destrozado.
Kyrylo y su hermano mayor habían sido llevados por el ejército ruso de su pueblo Izium a Rusia durante las batallas por la ciudad, que fue tomada por los militares rusos. Sus padres, preocupados por su seguridad, los enviaron lejos del frente. Aunque inicialmente se les prometió que sería por unas semanas, los niños fueron retenidos en el territorio de Krasnodar por un tiempo prolongado. Mientras tanto, Izium fue liberado por el ejército ucraniano.
Como parte de la discriminación influenciada por la propaganda del Kremlin difundida por los medios de comunicación, los niños constantemente recibieron comentarios sobre que Ucrania había sido el invasor y que la guerra era culpa de Ucrania. El idioma también fue una dificultad que los niños debieron enfrentar en su tiempo cautivos. Los compañeros rusos de estudio de Halych constantemente le decían “Oye tú, tu idioma es feo, estás por debajo nuestro”.
“Absolutamente todo el mundo tenía lavado el cerebro. (...) Mis compañeros más tarde escribieron que deseaban que yo muriera allí. Mucha gente finge que van por la paz. ‘Estoy en contra de todo eso’. Pero después, cuando me fui, fueron las personas más fervientes en escribir ‘muérete’”, relató Valeriia.
“En los estudios había niños y niñas de la región de Jersón, de 14 años en ese momento. Todos estaban desconcertados. Pero luego [los rusos] dijeron que nosotros estábamos pobremente desarrollados. Siempre se consideraron de una raza superior, que por qué siquiera fuimos a su territorio. Empezaban a decir ‘tú no eres nadie aquí y tu nombre no es nada’. Empezaban altercados verbales que luego casi se transformaban en peleas”, cuenta Oleksii.
La Primera Dama ucraniana, Olena Zelenska, pidió en septiembre pasado a los líderes mundiales que ayudaran a garantizar el regreso de miles de niños ucranianos secuestrados por Rusia, mientras los medios estatales bielorrusos publicaban fotografías de docenas de niños ucranianos que llegaban a Bielorrusia desde partes de Ucrania ocupadas por Rusia.
En Rusia, “les dijeron que sus padres no los necesitan, que su país no los necesita, que nadie los está esperando”, dijo Zelenska. “A los niños secuestrados se les dijo que ya no son niños ucranianos, que son niños rusos”, añadió.
“Estuve en un campamento en Rusia, donde pasé casi la mitad de un año. Quería tanto ir a casa, todos allí querían ir a casa. Yo tenía mucho miedo de no volver a casa”, contó Daria, quien estuvo escondida con su hermana en un baño del departamento de su abuela, cerca de una base militar rusa de la que salían los fuertes ruidos de los bombardeos.
En marzo del año pasado, la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra el presidente ruso Vladimir Putin y la comisionada rusa para los derechos del niño, María Lvova-Belova, por su participación en la deportación ilícita de niños ucranianos. Esta orden supuestamente complicó los viajes internacionales de Putin, lo que lo llevó a emplear aviones de combate para escoltarlo durante su reciente visita a Medio Oriente.
Según el sitio web de Museum of Civilian Voices, recientemente los niños y niñas descansaron, se recuperaron y se sometieron a un curso de rehabilitación en el Blogger Camp en un sanatorio en la región de Zakarpattia, en el marco del proyecto de la Fundación “Rinat Akhmetov para los niños. Recreación pacífica para los niños de Ucrania”. ●
El médico psiquiatra Ricardo Araya ha trabajado por más de 30 años en promover el cuidado de la salud mental. Entre sus investigaciones destacan proyectos para mejorar el tratamiento de mujeres con depresión en la atención primaria de Chile. También estuvo a cargo de la primera Encuesta de Violencia Intrafamiliar, que sentó las bases para la primera ley contra este problema en el año 2005.
Estos y otros logros lo hicieron merecedor del último Premio Nacional Ciencias Aplicadas y Tecnológicas, en 2022. Otro ganador de este premio fue Horacio Croxatto Avoni, profesor de la Universidad de Chile y de la Universidad de Valparaíso. El médico y biólogo fue reconocido por sus investigaciones sobre métodos anticonceptivos y ser uno de los creadores del implante subcutáneo, anticonceptivo femenino que hoy es usado en todo el mundo.
Se trata de premios otrogados a hombres que han defendido derechos de las mujeres. Sin embargo, este galardón jamás ha sido entregado a una mujer. El Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas es el único de los 12 Premios Nacionales que nunca ha sido otorgado a una mujer.
Los Premios Nacionales fueron presentados en 1942 como “el máximo reconocimiento que otorga el Estado a las y los chilenos que se distinguen por su excelencia, creatividad, aporte trascendente a la cultura nacional y al desarrollo de sus respectivos campos y áreas del saber una distinción”. Los dos primeros fueron el Premio Nacional de Literatura y el de Arte, y hoy existen 12 áreas distintas en que los académicos son reconocidos por sus trayectorias.
Sólo seis mujeres han recibido un Premio Nacional de Ciencias en toda su historia. Esta cifra es bastante baja respecto del total de reconocimientos de esta área, considerando que esta disciplina comenzó a ser premiada en 1968.
En 1992, el Premio Nacional de Ciencias se dividió en tres: Ciencias Exactas, Ciencias Naturales y Ciencias Aplicadas y Tecnológicas. Todos ellos se entregan cada dos años, por lo que hasta ahora hay 15 galardonados por cada una de las tres categorías.
El premio de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas ha sido entregado a médicos, ingenieros, bioquímicos y otros profesionales que han destacado en el desarrollo tecnológico y práctico de Chile, aplicando las ciencias a soluciones de la vida cotidiana. Todos los ganadores hasta ahora han sido hombres.
“Me parece muy preocupante que esta brecha se mantenga”, comenta la astrónoma María Teresa Ruiz. Ella fue la primera mujer de la historia en recibir un Premio Nacional de Ciencias, en el año 1997, y le parece que si bien las brechas se han acortado, aún queda mucho camino por recorrer para que sea común entregar este reconocimiento tanto a hombres como a mujeres.
Falta de nominadas
Las personas nominadas a los premios nacionales corresponden a académicos de trayectorias excepcionalmente destacadas. Los nombres y antecedentes son presentados al Ministerio de Educación, entidad pública encargada de gestionar y organizar el jurado de cada concurso. Son las universidades y gremios de profesionales quienes en su mayoría presentan a los candidatos, aunque un científico también puede presentar su postulación de manera autónoma.
De acuerdo a las destacadas María Teresa Ruiz y Cecilia Hidalgo, las dos primeras mujeres en obtener la condecoración en las otras dos ramas del Premio Nacional de Ciencias, suelen ser pocas mujeres nominadas en las disciplinas asociadas a STEM.
Para la doctora Hidalgo, quien recibió el Premio Nacional de Ciencias Naturales en 2006 el gran problema recae en que “es di
fícil encontrar mujeres con un currículum tan competitivo como el de los hombres en la misma área”. La también actual presidenta de la Academia Chilena de las Ciencias cuenta que este año tampoco consiguieron nominar a una mujer para recibir el premio en 2024, y eso se debe a que “el camino a la especialización es más complejo para las mujeres profesionales”.
Las nominaciones a este reconocimiento no son públicas, por lo que no existe claridad sobre cuantas mujeres se han presentado a este premio hasta el momento. Sin embargo, las universidades suelen difundir los nombres de los nominados, como fue la académica de la Universidad Católica Gloria Montenegro en la última edición de este concurso.
Hidalgo dice que ella fue una de las profesionales que apoyó la nominación de la profesora Montenegro “con una carta muy contundente”, que fue parte de los antecedentes que la UC presentó al Mineduc. La académica “ha aportado a la ciencia y la innovación en nuestro país a través de sus aportes a la botánica, en especial de la conservación y bioprospección de plantas nativas (...) Ha inventado 41 patentes solicitadas a nivel nacional e internacional, y ha publicado más de 200 publicaciones científicas y libros”, de acuerdo a la presentación de la UC en su sitio web.
Según Hidalgo, Gloria es de las pocas mujeres del área que “tiene el currículum para ser Premio Nacional, pero no sé por qué no lo obtuvo”.
Cómo se escogen
De acuerdo a la ley 19.169, el jurado de los Premios Nacionales (a excepción de los del área cultural) se compone de forma permanente por el ministro de Educación de turno, el rector de la Universidad de Chile y el último galardonado en su respectiva disciplina.
Además, para el Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas en específico, se suma a la deliberación un académico designado por el Consejo de Rectores y un representante del Ministerio de Ciencia desde el año 2018, cuando este último organismo fue creado.
La participación de mujeres ha sido reducida en este jurado. Debido a que nunca han habido mujeres seleccionadas, el juez que corresponde al ganador del año anterior siempre ha sido un hombre. A su vez, sólo desde 2022 la rectora de la Universidad de Chile es una mujer. En cuanto a los ministros de Estado, 13 de los 20 titulares de Educación desde 1992 han sido hombres.
En este 2024 se escogerán nuevos ganadores del Premio Nacional de Ciencias Naturales y de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas. El jurado será conocido en el mes de julio, según la misma ley 19.169, y tendrán un plazo máximo de treinta días para hacer su fallo.
El artículo 16 de esta ley señala que “las deliberaciones del jurado serán confidenciales, como la información que hayan tenido a la vista para discernir los respectivos premios. El fallo deberá ser fundado, destacando los méritos intelectuales de los agraciados y la trascendencia de su obra”.
Al cierre de esta edición, el Ministerio de Educación no había entregado una respuesta oficial a La Tercera sobre este tema. Por otra parte, al momento de solicitar una entrevista con la rectora Rosa Devés de la Universidad de Chile para conocer su perspectiva sobre la falta de mujeres en este premio, se nos señaló que “en su calidad de jurado permanente, la Rectora no puede pronunciarse sobre el premio. Esto la inhabilitaría para cumplir su rol”.
“No se trata de regalar”
“Después del premio que recibí yo tuvieron que pasar muchos años para que otra mujer recibiera otro Premio Nacional de Ciencias”, comenta la dra. María Teresa Ruiz para La Tercera. “Espero pronto se transforme en algo normal, ahora hay más candidatas que en el pasado. Hay carreras científicas en las que hay muchas más mujeres que hombres, pero aún así ellos son quienes reciben más premios nacionales”, dice la académica.
Para la profesora Cecilia Hidalgo, esta brecha se explica en que las mujeres tienen una mayor dificultad al momento de ascender a cargos importantes dentro de las universidades y las investigaciones en sus especialidades. Para ella, la solución no sólo es que hayan más nominadas, sino que se impulse el desarrollo de las carreras de las mujeres científicas y así que en el futuro tengan la trayectoria necesaria para recibir el reconocimiento.
La académica menciona con firmeza que la ausencia de mujeres en este Premio Nacional “es evidencia de lo difícil que es para las mujeres llegar a puestos de liderazgo”.
La subscretaria de Ciencia, Carolina Gainza, espera que por ejemplo desde el área de la salud surjan más nominadas, ya que hay una mayor cantidad de mujeres, “aunque nos encantaría tener una ingeniera o alguien asociada al ámbito de la tecnología. Eso sería un mensaje potentísimo para todas las mujeres que estudian y un incentivo para quienes ya se están desarrollando en ellas”.
“Hoy hay más mujeres interesadas en la tecnología, con proyectos startups, etc. Esa actividad se puede traducir en una mujer destacada que pueda recibir el Premio Nacional, en el futuro Es importante estimular las mujeres que tienen un currículum en esas especialidades para que se sigan profesionalizando y se presenten, o que sus compañeros las nominen”, comenta la astrónoma Ruiz en el mismo sentido.
“No se trata de regalarles el premio a las científicas (...) Pero no pierdo la esperanza de que esta brecha se cierre pronto. Y no basta con una, tienen que ser varias para que empiece a normalizar”, cuenta con optimismo. ●