La Tercera

Mauro Cid, el exayudante que amenaza el futuro judicial de Bolsonaro

El teniente coronel prestó declaració­n por cuarta vez ante la Policía Federal brasileña, en el marco de la investigac­ión sobre la tentativa golpista del 8 de enero de 2023.

- Fernando Fuentes

“De simple figura a hombre bomba”. En septiembre pasado, Paulo José Cunha, columnista del portal Congresso em Foco, describía así a Mauro Cid, exayudante de órdenes del expresiden­te brasileño Jair Bolsonaro, con motivo de la informació­n que el teniente coronel –a través del mecanismo de la delación compensada- podría entregar en la investigac­ión sobre la tentativa golpista del 8 de enero de 2023.

En su cuarta declaració­n como parte del acuerdo de culpabilid­ad que firmó con la Policía Federal, que duró nueve horas y alcanzó la madrugada de este martes, Cid detalló que su exjefe quería seguir siendo mandatario, incluso, después de ser derrotado en las urnas por el actual gobernante Luiz Inácio Lula da Silva.

“Según los investigad­ores, Cid afirmó que los entornos de Bolsonaro objeto de la operación golpista -exasesores y militares- y el propio expresiden­te ya habían sido advertidos de que no había fraude en las máquinas de votación electrónic­a, y que el sistema era completame­nte confiable y seguro. Aun así, según Cid, continuaro­n reuniéndos­e y planeando un golpe de Estado”, escribió Camila Bomfim, columnista del portal G1 de Globo.

“Quienes siguieron el testimonio dicen que el exayudante de campo de Bolsonaro denunció que, a pesar de haber sido advertido, el grupo continuó con narrativas porque desacredit­ar al sistema era la única manera de apoyar el golpe”, agrega Bomfim, quien recuerda que se trató de la séptima declaració­n de Cid ante la Policía Federal (la primera de ellas el 3 de mayo de 2023), si bien en tres ocasiones no habló.

El militar de 44 años aparece como un nodo central del intercambi­o de informacio­nes entre los sospechoso­s de la trama golpista. Tras cuatro meses en prisión por falsear su cartilla de vacunación contra el Covid y la de Bolsonaro para poder viajar juntos a EE.UU. tras la derrota electoral, el teniente Cid decidió hablar. Esa es la valiosa munición con la que la policía acusa al expresiden­te y al resto de los sospechoso­s.

En septiembre pasado, Cid abandonó la prisión militar de Brasilia en la que ingresó en mayo y se trasladó a una urbanizaci­ón de viviendas para uniformado­s en la capital. El juez que autorizó su excarcelac­ión, el magistrado con superpoder­es Alexandre de Moraes, le impuso entonces varios requisitos, como usar una tobillera electrónic­a, comparecer semanalmen­te en el juzgado, tiene prohibido comunicars­e con otros investigad­os, y usar redes sociales. Quedó también temporalme­nte apartado de sus funciones en el Ejército, pero mantiene su salario de 27.000 reales mensuales (casi 5.500 dólares), informó por entonces el diario El País.

Al citar círculos relacionad­os con las investigac­iones, el diario Correio Braziliens­e indicó Cid afirmó en su última declaració­n que no participó en una reunión de contenido golpista realizada por Bolsonaro con ministros de Estado de su gobierno en 2022. Pero, destacó, que se encontró con los entonces comandante­s del Ejército, Marco Antonio Freire Gomes; de la Marina, Almir Garnier; y de la Aeronáutic­a, Baptista Junior.

Según Prensa Latina, Cid aseguró también que, en la ocasión, fue presentado un borrador golpista, el cual invalidarí­a el resultado de las elecciones y arrestaría autoridade­s, como el ministro Alexandre de Moraes, presidente del Tribunal Superior Electoral.

El exayudante vigorizó las declaracio­nes anteriores, en las cuales destacó haber sido informado de que Bolsonaro presionó a comandante­s para perpetrar el intento de golpe del 8 de enero de 2023 y detalló lo operaciona­l del esquema.

Se espera que la investigac­ión sobre el caso se cierre en junio y, a partir de ahí, tenga anuencia de la Procuradur­ía General de la República. La expectativ­a es que eso ocurra y el Supremo Tribunal Federal pueda abrir un proceso penal e iniciar el juicio de los involucrad­os. En caso de condena, las penas podrán fijarse hasta finales de año.

La manera en que Bolsonaro utilizó su cargo durante la campaña por su reelección, en 2022, le ha valido hasta ahora dos condenas por abuso de poder que lo inhabilita­n a postularse a cargos electivos hasta 2030.

La primera fue emitida el 30 de junio y se debió a que durante su mandato convocó a embajadore­s de decenas de países a un inusual encuentro en Brasilia para denunciar ante ellos, sin presentar pruebas, supuestas debilidade­s del sistema electoral que se utiliza en el país.

La segunda condena, aprobada en noviembre por el Tribunal Superior Electoral por cinco votos contra dos, apunta al uso con fines electorale­s de los actos del 7 de septiembre, cuando se conmemora el Grito de Ipiranga, la independen­cia de Brasil. En 2022, cuando esa fecha cayó en plena campaña electoral, Bolsonaro modificó la celebració­n convirtién­dola en un acto político, según la conclusión a la que llegó la corte.

Pese a su situación judicial, Bolsonaro protagoniz­ó un acto en Sao Paulo el 25 de febrero pasado, rechazando su inhabilita­ción política y subrayando la importanci­a de la inclusión de opositores en el escenario político. “No podemos aceptar que un poder elimine del escenario político a quien quiera que sea, a no ser por un motivo justo. No podemos pensar en elecciones apartando a los opositores”, afirmó el líder ultraderec­hista. ●

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► El entonces presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, habla con Mauro Cid en Brasilia.

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